Luisa Fernanda Martelo Agámez. // Foto: Cortesía. Con tan solo 14 años resulta casi impensado que exista una pasión por compartir conocimiento y un deseo insondable de servir a tu comunidad, quizá porque podría haber otro tipo de prioridades que, comúnmente, son propias de un niño de esa edad que busca tan solo jugar, divertirse y aprender lo justo.Este es el caso de Luisa Fernanda Martelo Agámez, una niña prodigio, oriunda de San Joaquín, en Mahates, Bolívar, que desde muy pequeña ha sentido el deseo de contribuir a su comunidad, a un corregimiento de difícil acceso que tiene poca comunicación con el exterior, ocasionando así relaciones de dependencia y desequilibrio en su economía y en general.La curiosidad, el cuestionamiento y el amor por el estudio que siempre tuvo desde sus inicios, comenzaban a vaticinar un futuro prometedor. A sus 12 años empezó a ser oficialmente parte de un grupo de investigación de su colegio, la Institución Educativa Técnica Agropecuaria Ezequiel Martelo Pimienta de San Joaquín, cuyo objetivo radicaba en realizar un análisis sobre la calidad del agua, a través de los parámetros fisicoquímicos y bioquímicos, del pozo público en el corregimiento. En Huellas Verdes hizo sus primeros pinitos que empezaban a consolidar su vocación de investigadora. Su motivación siempre estuvo arraigada a la posibilidad de cooperar y lograr solucionar alguna problemática que aquejara a esta zona que se ha visto notoriamente afectada. Sin embargo, como se dice, su gente parece que ha heredado la tenacidad y la constancia con la que sus antecesores -con dolor y sangre- construyeron el canal del Dique, al menos así lo evidencia esta pequeña que sueña en grande.Su interés por la investigación, la ciencia y la física era cada vez mayor, a tal punto que entendió que en absolutamente todo lo que se hace día a día, hay ciencia. “La aplicamos todos los días”, dice con la certeza de quien entiende a cabalidad lo que hay detrás de cada práctica cotidiana. El propósito es buscar que los jóvenes se interesen en la ciencia y que todo lo que aprendamos en esta experiencia, lo podamos compartir con nuestras comunidades”. Luisa Fernanda Martelo Agámez. Luisa fue una de las escogidas para vivir una experiencia de inmersión científica, de tecnología y de innovación en Boston, EE. UU., donde visitará las instalaciones del Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de Harvard.Y como si se tratara de un sueño hecho realidad, y a tan corta edad, el programa Ondas (Minciencias) del que hace parte, busca fortalecer su vocación científica y la de todas estas niñas y jóvenes mujeres escogidas que provienen de comunidades poco representadas del país, como son las comunidades afrodescendientes e indígenas. Ver esta publicación en Instagram Una publicación compartida por Minciencias Colombia (@minciencias_co) Esta representante de Bolívar, orgullo de sus padres y de toda una región, tendrá la oportunidad de visitar importantes centros e institutos de ciencia y tecnología, así como de participar en un conversatorio con el Premio Nobel de Física 2001, el Dr. Wolfgang Ketterle, y con miembros de la diáspora científica colombiana.Nuevamente resulta impensado que alguien, de una zona en la que urge atender necesidades en salud, educación, vivienda y servicios públicos, tenga la posibilidad de vivir tan mágico sueño, razón por la que destaca que las oportunidades suelen pasar una sola vez en la vida, y que permitirse mostrarse, resulta ser clave y fundamental para seguir creciendo y aprendiendo. De hecho, es consciente de las escasas o inexistentes oportunidades que hay para los habitantes de su corregimiento, por lo que se propone sacarle provecho a esta nueva aventura que está por vivir y de la que reconoce, le permitirá seguir contribuyendo con las necesidades que hay en San Joaquín. Tal y como dijo alguna vez Seneca, “la suerte es donde confluyen la preparación y la oportunidad”. Hay que prepararse, porque aquel que se prepara y se forma es capaz de percibir mucho mejor las oportunidades, justo como lo está haciendo Luisa Fernanda Martelo Agámez.“El propósito es buscar que los jóvenes se interesen en la ciencia y que todo lo que aprendamos en esta experiencia, lo podamos compartir con nuestras comunidades y así fortalecer nuestros conocimientos en el área de la física, la química y la tecnología”, manifestó con el entusiasmo de aquella niña que empieza a cumplir sus sueños y cada uno de los deseos que con ilusión en sus ojos le contaba a sus padres. Luisa sueña con seguir velando por el cuidado del medio ambiente, un tema del que procura siempre estar comprometida, siendo vocera ante otros niños de la responsabilidad que debe haber en cada uno si se quiere un “mejor futuro”. Mi invitación para todos los niños es que no se rindan, que luchen por sus sueños, que sean perseverantes”. Luisa Fernanda Martelo Agámez. Por esto, dentro de sus próximos proyectos se encuentra abarcar todo lo que concierne a los árboles de la comunidad del corregimiento de San Joaquín, con el objetivo de concientizar e incentivar a las personas sobre el daño que le hacen a la naturaleza, producto de la contaminación que, consecuentemente, trae perjuicios a ellos mismos.La educación es clave, lo destaca con seriedad, y procura en todo momento enviar un mensaje que busque, de igual modo, animar a todos los niños a que estudien, porque reconoce que es la base de la sociedad del futuro.“Mi invitación para todos los niños es que no se rindan, que luchen por sus sueños, que sean perseverantes”, expresa. Y prepondera, así mismo, que busca fortalecer su vocación científica para así lograr impactos positivos que contribuyan al desarrollo y progreso de su territorio.