El “Chernóbil estadounidense” sigue dando de qué hablar al difundirse una foto (aún en periodo de chequearse su veracidad) tomada por el tripulante de un avión en la que se registra una nube negra de 320 kilómetros de diámetro sobre la zona en Ohio, donde el pasado 3 de febrero se descarriló un tren con vagones cargados con más de 300 mil litros de cloruro de vinilo y otras sustancias altamente tóxicas.

Catalogada como una de las peores catástrofes medioambientales de los últimos tiempos y la que muchos han expuesto que el Gobierno ha querido ocultar con el derribo de ovnis (Lea: “Es un Chernóbil”: La catástrofe en Ohio que sacó a los ovnis a la luz)
La crisis se dio en East Palestine, localidad de Ohio, en Estados Unidos, y provocó la evacuación obligatoria de 2.000 personas en localidad en Ohio y Pensilvania. Doce días después, las autoridades estadounidenses aseguraron que los niveles de contaminación están en niveles controlables e invitaron al regreso a casa.
No obstante, la gente está reacia pues consideran que la toxicidad sigue en la zona. La solución gubernamental a una eventual devastación química fue quemar el cloruro de vinilo, lo que fue criticado por su alto riesgo de esparcirse en los cuerpos de agua y en el aire. Hay muchos registros de animales muertos y la ausencia del Sol da un clima mortuorio. Ahora, otro elemento alarma a las personas: una gigantesca nube negra tóxica que cubre al territorio y que poco ha sido cubierta por los medios.
La nube negra
Luego del desastre ferroviario y transcurridas dos semanas, desde aviones comerciales que pasan por la zona han fotografiado una nube de lluvia ácida tóxica que tiene un radio de 320 kilómetros de color negro que vaticina tormentas químicas.
Al respecto, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos ha asegurado que tras el monitoreo constante las toxinas en el aire se han disipado y no se detectan niveles peligrosos en el área desde que se ordenó que los residentes regresaran. Sin embargo, esta extraña nube parece que extenderá el exilio de muchos.
La exposición al cloruro de vinilo provoca ceguera y artrosis; cáncer de hígado, cerebro, pulmón y en otros órganos; abortos y malformaciones en los fetos; impotencia sexual e infertilidad; mutaciones en humanos y animales; irritaciones, quemaduras y decoloraciones en la piel; nauseas, desmayos y desvanecimientos mortales.
Al quemarse se convierte en fósgeno, un agente altamente tóxico que fue usado como arma química que fue usada en la Primera Guerra Mundial.