Una joroba de ogro, una garra como mano, un cuello inexistente y un segundo párpado. Esa no es la descripción de un monstruo mitológico o de un ser de los cuentos de los hermanos Grimm, sino detalles extraordinarios que nuestro cuerpo tendría en el año 3000. (Lea: La Tierra podría calentarse 2,8 grados más este siglo)
Para cuidar nuestro cuerpo y tener una apariencia sana, no basta prohibir ciertos pescados de nuestra mesa porque nadaban en mares altamente contaminados por mercurio; tampoco eliminar el gluten de nuestra dieta o sacar el celular de la habitación por su radiación. Esa fue la conclusión de un estudio de TollFreeForwarding, una empresa que creó un modelo del ser humano que podría existir en unos años a causa del uso de dispositivos móviles.
La simulación fue llamada Mindy y fue creada tras un análisis de la evidencia de los efectos negativos que tiene la tecnología en nuestros cuerpos. Por ejemplo, los estudios que señalan que el cuello humano cada vez se encorva más para soportar la postura de la cabeza al usar tanto tiempo el celular.
La empresa trabajó con un diseñador 3D y con diversas investigaciones científicas para llegar a la conclusión de que en el año 3000 los teléfonos inteligentes, las tabletas, las computadoras y el uso de la tecnología afectarán la posición de la espalda, de los brazos y manos así como la estructura del cráneo.
Una garra como mano
Mindy revela cambios anatómicos significativos, causados directamente por el uso de un teléfono inteligente. El primero de ellos es la mano en garra, que surgiría de sostener constantemente el móvil en la mano curvando los dedos en una posición poco natural durante largos períodos de tiempo. El estudio lo relaciona con el actual síndrome del túnel carpiano, que tiene entre sus posibles causas la sujeción del teléfono.

Una joroba prominente y un cuello inexistente
La espalda y el cuello del modelo 3D estarán inclinados hacia su pecho. La causa es el uso de los dispositivos. “Tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y nos paramos. Mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura”, aseguró el estudio.
“Sería un desarrollo de lo que ya se llama ‘cuello tecnológico’ y está definido en la literatura científica. La recreación cita un artículo sobre el aumento del peso que soporta nuestro cuello si constantemente miramos hacia el smartphone que tenemos en la mano”, precisó el periódico El Mundo.

Un segundo párpado
El uso excesivo de pantallas puede llevar al dolor de cabeza o a la fatiga visual, por lo que el cuerpo buscaría cómo adaptarse y poder combatir estas dolencias. La hipótesis de Kasun Ratnayake, de la Universidad de Toledo (EEUU), sugiere que “los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, el amarillo o el rojo”.

Un cráneo más grueso
A Mindy también se le detalló la afectación que causa la radiación que liberan los celulares. La ciencia dicta en diversos estudios que ante posibles efectos adversos sobre el desarrollo de la memoria, el ser humano se protegería desarrollando un cráneo más grueso.
“Sin embargo, esos efectos adversos no han sido hasta ahora demostrados de forma inequívoca. Por poner sólo un ejemplo, el documento más reciente de la FDA estadounidense (la agencia reguladora de la seguridad de alimentación y medicamentos) afirma que ‘el peso de la evidencia científica no ha vinculado exposición a las emisiones de las teléfonos móviles con problemas de salud” en los niveles de emisiones regulados en la actualidad’”, expuso El Mundo.
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Un cerebro y un cuerpo más pequeños
Más de uno ha teorizado que los extraterrestres, con la apariencia que se ha popularizado, son seres humanos que vienen del futuro. Bueno, esa tesis recobraría fuerza con lo concluido por la empresa creadora de este modelo, pues la tecnología cambiaría nuestro cuerpo.
Codo en ángulo recto
Al sostener los celulares y tabletas, nos arriesgamos al síndrome del túnel cubital por la posición poco natural con la que usamos los dispositivos. “Mantener el codo doblado durante mucho tiempo (la mayoría de las veces, mientras sostiene el teléfono) puede estirar el nervio detrás del codo y ejercer presión sobre él”, explicó el estudio.
¿Qué esperar?
TollFreeForwarding realizó el hipotético modelo para alarmar a la humanidad ante el uso cotidiano de la tecnología, evidenciando los eventuales efectos en nuestra evolución si seguimos con los mismos hábitos. “El resultado es llamativo, aunque se encuentra a medio camino entre la ciencia y la ficción. Porque algunos elementos se basan en investigaciones ya existentes, pero otros no se cimentan sobre datos contrastados y se quedan en el terreno de la predicción”, evidenció El Mundo.
Por otro lado, el estudio no ha tenido en cuenta que las tecnologías también evolucionan y podrían irse adaptando para que los usuarios no tengan que estar en posturas malsanas durante su utilización, aunado con campañas necesarias de sensibilización.