Para Ruby Flórez Garrido la tercera fue la vencida. Después de años de estar postulándose al premio Titanes Caracol, el cual reconoce labores sociales a nivel nacional, el pasado 30 de noviembre fue anunciada como la ganadora de la categoría de Integración, Inclusión y Reconciliación, gracias al trabajo que por años ha realizado en su barrio Olaya Herrera sector Central.
Se trata de la Corporación Social y Cultural Ruleli, la cual fue creada hace casi nueve años con el propósito de usar expresiones artísticas como la danza, el teatro o la música, como una poderosa herramienta de transformación social. Puede leer: Ruleli, la corporación que promueve el arte y la inclusión en Olaya
Por allí, cuenta Ruby, han pasado cientos de niños y niñas del sector, incluyendo a jóvenes en condición de discapacidad, o más bien, con capacidades diferentes, como prefiere llamarlos, que han encontrado en Ruleli un espacio para desarrollar todo su potencial.
“Ruleli ha sido una escuela para muchos y se siguen sumando chicos. Todos se quedan enamorados del trabajo que hacemos porque somos inclusivos, diversos y no juzgamos a nadie. Hoy estamos beneficiando a casi 200 niños”, resaltó.
Un reconocimiento para Olaya Herrera, sector Central
Para Ruby, el haber sido galardonada con este premio, no solo representa un logro para ella, sino para todo un sector que por años ha sido estigmatizado por la violencia, pero que gracias a iniciativas como esta ha venido demostrando que el arte sí es capaz de transformar vidas.
Es por eso que durante su discurso en la gala, no dudó en darle crédito. “Me siento orgullosa de que mi barrio Olaya Central tenga una titán. Las periferias de Cartagena tienen una titán”, fueron sus palabras, en medio de todo un mar de emociones tras haber recibido el premio.
Así lo ven también sus vecinos, familiares y todas las personas que la apoyaron en este sueño, del cual aún no sale del asombro, pues si bien siempre ha sido consciente de la labor tan importante que realiza en Ruleli, confiesa que jamás pensó que podía llegar tan lejos.
“Es la primera vez en la vida que nos dan un reconocimiento de estos que nos permite ser visibles, no solamente en Colombia sino en muchas partes del mundo. Cuando mencionaron mi nombre no podía creer que era yo y hasta se me salían las lágrimas. Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida”, comenta.
Y es que el premio Titanes Caracol no tiene una compensación económica, se trata más bien de darles un impulso a todas esas iniciativas que han venido trabajando para transformar sus entornos y permitirles mostrar con un mayor alcance todo lo que hacen.
“En el barrio la gente estaba muy contenta porque se logró reconocer nuestro sector por algo positivo, por eso esta experiencia ha sido tan gratificante para nosotros. Este premio no es solo es de Ruby, es de todos los que nos han apoyado”, aseguró.

Una vida dedicada al servicio
Sus padres, Alfonso Flórez (q.e.p.d) y Ruby Garrido, fueron los que inspiraron en ella esa vocación de servicio. Aún recuerda cómo, desde su juventud, decenas de niños llegaban a su casa a escuchar las novenas que organizaba su familia y que se convirtieron en esa semilla de lo que mucho después sería Ruleli.
Su proyecto comenzó cuando se formó como maestra en Artes Escénicas en la Institución Universitaria Bellas Artes y decidió abrirles un espacio en su hogar a esos menores para que aprendieran de todas esas expresiones.
Fueron ellos los que más adelante se convirtieron en ‘Los Caimaneros’, un grupo que en su mismo nombre rinde un homenaje a las raíces de su barrio, aledaño al puente Caimán, y que usa el arte como un medio para hablar de esas problemáticas que están en el entorno.
Es así que ya han montado obras de teatro sobre derechos sexuales y reproductivos, violencia de género, nuevas masculinidades, consumo de sustancias psicoactivas y otros temas con los que buscan invitar a la reflexión. Lea: En Olaya sector Central también hay talento para el teatro
Poco después llegaron los chicos de Ruleli Especial, el segmento de la corporación que trabaja con los jóvenes de capacidades diferentes. Con ellos, además de las expresiones artísticas también se trabajan habilidades para la vida diaria, con el fin de que puedan potenciar su independencia.
Hoy, gracias a todo ese trabajo, 16 de ellos tomaron grado como bachilleres, con miras a iniciar pronto una formación técnica laboral. Además, se han destacado en múltiples festivales no solo a nivel local sino nacional, con notables participaciones en el Festival de la Pollera Colorá de Sincé (Sucre) y en las Fiestas del Mar de Santa Marta. Lea: 16 jóvenes con capacidades diferentes se graduaron de bachilleres en Cartagena
“Desde que comencé a trabajar con ellos supe que eran capaces de hacer cualquier cosa. Me he dado cuenta que son muy buenos para el arte y han desarrollado un liderazgo impresionante”, resalta Ruby.

Ruleli, un proyecto en expansión en Cartagena
El éxito de todo este trabajo en Olaya Central es el que ha animado a Ruby a crear semilleros de Ruleli en otros puntos de la ciudad. El año pasado comenzó con Fredonia y El Pozón y este año en San Francisco y en Bayunca, con el apoyo de líderes de estos sectores.
“Los chicos están felices con sus clases de música, danza y teatro. Es muy chévere ya que estamos extendiendo nuestros brazos para apoyar a otros y si Dios nos lo permite, seguiremos llegando a otros espacios para dejar la semilla y motivarlos a que continúen”, expresó Ruby.
Ese es el sueño que tiene para seguir con su labor social e impactar a cada vez más personas, de tal manera que se pueda seguir fomentando esa integración a través del arte en la ciudad.
“A veces la gente piensa que la inclusión tiene que ver solo con la discapacidad, pero no. Inclusión es aceptar las diferencias en todos los aspectos: etnias, lugar de origen, orientación sexual. Ruleli es todo eso. Es diversidad. Y por eso vamos tratar de que el mundo entienda que ser inclusivo es simplemente respetar al otro”, concluyó.
Sobre Ruby Flórez Garrido
Ruby Flórez Garrido tiene 44 años, es maestra en Artes Escénicas y magíster en Gestión y Emprendimiento de Proyectos Culturales. Además de ser la directora de la Corporación Social y Cultural Ruleli, también es coordinadora de Teatro del Sistema de Formación Cultural y Artística (SIFAC) y tutora en la Institución Educativa de Bayunca.
