Luz María Torres De Llama tiene 93 años y perdió la visión hace poco. Vive con su hija Eneida Llama Torres, de 64 años, quien tiene una discapacidad mental, y con Kelly Johana Torres, de 30, hija de Eneida, quien nació con parálisis cerebral.
Las tres residen en una pequeña casa, en obra negra, en el sector 11 de Noviembre del barrio Olaya Herrera. Eneida prepara los alimentos y cuida a Kelly, mientras que Luz, como puede, lava la ropa y elementos de cocina.
Al entrar a la vivienda se puede observar la incapacidad física y mental de estas mujeres, además del abandono en que se encuentran. La oxidada nevera no funciona, el televisor se dañó hace muchos años. La ropa está sobre la cama porque no tienen clóset y tampoco tienen abanicos.
“Yo siempre he sido trabajadora. Me casé muy joven con un hombre que era policía y con él tuve ocho hijos. Me dediqué a coser, incluso, trabajé en la Policía haciendo uniformes y así levanté a mis hijos porque el papá me maltrató mucho, pero yo no lo dejaba porque quería darle un buen hogar a mis hijos”, contó Luz. Lea: José Arrieta no tendrá Navidad: le quitaron la vida en una calle de Arjona
Añadió que “logré que dos de mis hijos fueran policías, otros estudiaron algunas profesiones, pero Dios se me llevó a dos, así que ahora tengo seis hijos, pero solo comparto con Eneida”.
Luz María, pese a la dificultad en sus ojos y a su edad, se siente fuerte y vital, pero reconoce que necesita ayuda. “Mi hija Eneida depende de mí, mi nieta también. Lo único que tenemos es esta casita que me dejó mi mamá, porque mi exmarido y padre de mis hijos se separó de mí hace 40 años y no nos ayuda”, señaló.
Al lado de su casa vive una familiar que, pese a tampoco contar con recursos suficientes, les brinda ayuda en lo posible. “Ella y su familia cualquier cosa nos dan, eso lo agradezco a Dios y a ellos con el alma, porque mis hijos no tienen qué ver conmigo en nada”, anotó.
“A mí me dan el subsidio del Gobierno y con eso compramos arroz, azúcar, sal y aceite porque no alcanza para más. Tengo un hijo que me paga el servicio de luz de vez en cuando. Tengo otro que es pensionado de la Policía y como lo denuncié por no ayudarme, le quitan de su pensión 50 mil pesos para mí cada mes”, contó.
Para luz lo más doloroso de la situación no es la nula ayuda que ella dice, le dan sus hijos, sino la falta de afecto e interés de su parte hacia ella. “Para las fechas especiales, para cuando estamos enfermas, para cuando no tenemos qué comer o nos cortan la luz y el agua, ellos nunca aparecen. Los dos pensionados de la Policía tienen sus hogares, viven bien, pero se olvidaron de lo que yo luché para sacarlos adelante. Nunca me llaman, nunca me visitan, yo no fui mala”, expresó.
Agregó que una de sus hijas vive con el padre. “Mi hija vivía aquí en Olaya, pero ahora se mudó lejos y nunca más volví a saber de ella. Es como si no les importara yo, ni su hermana Eneida y menos su sobrina. Al padre si lo cuidan porque es pensionado de la Policía”, añadió.
Hubo citación en una Comisaría de Familia y esto pasó
Este medio conoció que el pasado 10 de enero los familiares de Luz instauraron una denuncia ante la Fiscalía contra cuatro de sus hijos (los dos pensionados de la Policía, la hija y otro hijo que vive fuera del país). La denuncia se realizó por abandonar económica, física y emocionalmente a su madre.
Los parientes de Luz aseguran que los cuatro hijos cumplen con condiciones económicas para apoyar en diferentes aspectos a la adulta mayor. Hay un quinto hijo que sufre de drogadicción y no labora.
Al no recibir respuesta de la Fiscalía y tampoco solución por parte de los hijos, los allegados se acercaron en marzo pasado a la Comisaría de Familia de la Casa de La Justicia de Chiquinquirá y solicitaron una medida de protección por violencia intrafamiliar de género.
En aquel entonces Luz no solo se denunció el abandono y el desinterés de sus hijos, además, Luz agregó que estos (sus hijos) intentaron sacarla de la vivienda bajo engaños.
“Me llevaron a una casa y allá me trataron mal. Luego supe que su objetivo era quedarse con la casa que me dejó mi mamá y eso no lo voy a permitir porque ese es el techo para mi hija Eneida y mi nieta”, dijo.
Agregó que “nadie tiene que ver con ellas, a nadie les importa si comieron, si están enfermas y yo no tengo corazón para irme y dejar abandonadas a mis dos hijas. Yo quiero que no se metan con mi casita, pero ellos me quieren sacar dizque para ayudarme y eso es falso porque ellos nunca me han dado un afecto de verdad”.
Tras la denuncia, una conciliadora resolvió que los hijos debían respetar la permanencia y ocupación de la vivienda por parte de Luz, Eneida y Kelly. También ordenó una medida de protección especial para la adulta mayor.
Además, en la resolución le solicitó a la Policía Metropolitana de Cartagena elaborar el protocolo de protección para evitar que las tres mujeres sean sacadas de la vivienda.
La última consulta de justicia en el caso se hizo hace pocos meses, donde la Comisaría de Familia emitió una citación para los cuatro hijos de Luz María con el fin de dialogar sobre la situación de la mujer, pero no se hicieron presentes.
“Para mí es doloroso como vivo yo y mis muchachas, pero aún así yo amo a Dios y tengo mi corazón y mente tranquilas porque sé que yo no obré mal, que fui buena mamá, pero no comprendo por qué, al crecer, mis hijos dejaron de sentir cariño por mí”, dijo la adulta mayor.
La ley en Colombia obliga a los hijos a responder por sus padres, adultos mayores
La ley que obliga a los hijos a responder por sus padres en Colombia en el Código Civil es la Ley 1850 de 2017, que establece la obligación de prestar alimentos (cuota alimentaria) a los adultos mayores en caso de necesidad. Esta obligación puede ser exigida judicialmente y su incumplimiento podría tener sanciones.
En el artículo 411 del Código Civil se explica que los adultos mayores tienen derecho a reclamar alimentos a sus familiares más cercanos, incluyendo hijos, en caso de no tener medios suficientes para su sostenimiento.
Ley 1850 de 2017 añade que existen medidas de protección para el adulto mayor y que penaliza el maltrato intrafamiliar por abandono desde la medida prisión hasta multas.
Los pensionados de la Policía Nacional no tienen una obligación legal de mantener a sus padres, pero sí tienen una responsabilidad moral y, en algunos casos, pueden enfrentarse a acciones legales si sus padres no pueden valerse por sí mismos y no cuentan con recursos.
“Yo solo quiero que no me saquen de mi casa y que ayuden a mi hija Eneida y a Kelly, porque yo aunque quiera, por mi ceguera no puedo. No quiero incomodar a mis hijos y a sus familias, pero ya hemos buscado las formas legales para que vean que los necesitamos y no logramos conmoverles el corazón. Gracias a mi hermana y demás familiares, que han estado ahí para nosotras, pero es triste que tus hijos te abandonen”, finalizó Luz María.
Si usted desea ayudar económica, psicológica, médica, terapéutica o jurídica a estas mujeres en condición de discapacidad, puede comunicarse al 324 3651376 o al 333 2527003.