La profesional de la salud que desde hace 30 años (1995) está vinculada al Laboratorio de la ESE Clínica de Maternidad ‘Rafael Calvo’, y que hace 27 lo coordina, tuvo que ‘picar mucha piedra’ –como dice el popular aforismo–, para despejar el camino por el que transita destacadamente hace muchos años, en el cuidadoso mundo de la microbiología.
Por eso lo primero que decidí preguntarle a esta facultativa de la salud, la bacterióloga y hematóloga Alicia Beatriz Gaviria Díaz, es... ¿qué sería del firmamento de la medicina sin la meticulosa rama de la bacteriología?, y con clara convicción ella responde: “¡Imagínate...! Sin la bacteriología no hay diagnóstico, y sin diagnóstico no hay tratamiento, y sin tratamiento no hay cura de la enfermedad”. (Lea también: Premian a bacteriológicos cartageneros).
La precisión de su respuesta concita ir más allá de la amalgama de aplicaciones de la bacteriología, para explorar las transiciones evolutivas de este determinante campo de la salud en la región, y en armonía con esa expectativa, su palmario dictamen es que “en Colombia estamos muy avanzados”.
“El año pasado estuve en el comité organizador del Congreso Latinoamericano de Bioquímica Clínica en Cartagena, con participantes de 34 países, muchos neumólogos, y en verdad nosotros estamos a la vanguardia no solo en Latinoamérica, sino a nivel mundial; estamos muy bien posicionados en la parte científica e investigativa, estamos a la vanguardia en avances y tecnología, y somos referente para asociaciones de bacteriólogos de otros países”. (Lea también: Bacteriología, la ciencia que descubre lo imperceptible).
La también presidenta del Colegio de Bacteriólogos de Bolívar añade que esa figuración, incluso transnacional, está respaldada por las universidades del país en el campo de la salud, puesto que “son instituciones altamente calificadas y certificadas, y los profesionales que de allí están saliendo son muy competitivos” para fidelizar estables mercados de la salud.

Por consiguiente, desde las evidencias empíricas y su profesionalismo, esta microbióloga le pinta una dominante prospectiva a las generaciones de bacteriólogos(as) que vienen detrás de ella: “Cada vez que surge un avance en el campo de la bacteriología, emergen nuevas competencias y campos de acción, como vemos ahora con la biología molecular, y cada vez hay más campos de acción para el bacteriólogo, tenemos muchas competencias los bacteriólogos de ahora y los del futuro”.
Créditos de investigación
Son diversas las investigaciones en microbiología clínica adelantadas por Gaviria Díaz, en equipo con otros profesionales, y el tamizaje neonatal (procedimiento médico o prueba a los recién nacidos para identificar enfermedades en etapa temprana, antes de que surjan los síntomas) ha sido de interés especial y sostenido en sus exploraciones. (Lea también: Bacteriología, herramienta vital).
Se remite a la Ley del Tamizaje Ampliado para Neonatos en Colombia (Ley 1980 de 2019), que se sancionó hace 6 años, y sólo hasta ahora es que se está haciendo cumplir extendidamente.
“En la Clínica de Maternidad ya estamos trabajando el tamizaje ampliado, se están consiguiendo los equipos, los reactivos, estamos prestando ese servicio con un laboratorio de referencia nacional”. Se refiere a la división científica y experimental que ella conduce en la estatal Clínica de Maternidad en Cartagena.
Congresos internacionales de bacteriología en Chile, Brasil, entre otros eventos, han sido escenario para divulgación de las diversas investigaciones en equipo de Alicia Gaviria junto a colegas, como en el año 2015, con un trabajo investigativo sobre virus respiratorios, desarrollado en equipo, en el Hospital Infantil ‘Napoleón Franco Pareja’ (Casa del Niño), para detectar la frecuencia de la circulación de la cepa de influenza (gripa) que estaba atacando en Cartagena.
Al respecto, la hoy bacterióloga de la Clínica de Maternidad ‘Rafael Calvo’ explica: “Fue un trabajo importante, porque nos dimos cuenta que la cepa que circulaba en Cartagena no es la que tiene mayor circulación a nivel nacional, que es la Influenza ‘A’, mientras que acá circulaba más la Influenza ‘B‘, y con ese trabajo logramos –junto al profesor Raimundo Castro y la doctora Inés Díaz, especializados en Microbiología Clínica– el segundo puesto en el Concurso de Investigación del Congreso Internacional del Colegio Nacional de Bacteriología, realizado en Cartagena.
Ritmo ascendente
Superando los normales requiebros que aparecen en medio de los sueños tallados por las dificultades propias de un hogar modesto, Alicia Gaviria narra que estudió Bacteriología con mucho sacrificio, en el exigente Colegio Mayor de Cundinamarca. (Lea también: Especial Bacteriología).
“En ese tiempo, de 2.000 aspirantes escogieron 120, y yo fui el puesto número 9. Era una universidad tan exigente que en el segundo semestre ya no éramos 120, sino 60, y nos graduamos, sin retrasos, apenas 9”.
Se graduó con la ayuda de sus familiares, amigos y vecinos, pues rodó por muchos sitios, y sin plata, pero en los momentos turbulentos “uno siempre encuentra sus ángeles que le ayudan, y yo encontré los suficientes”.
La bacterióloga Alicia Gaviria Díaz tiene Especialización en Hematología y Banco de Sangre con la Universidad Javeriana en convenio con Universidad de Cartagena; Especialización en Microbiología Clínica con el Colegio Mayor de Antioquia, y es magíster en Microbiología Médica de la Universidad de San Buenaventura de Cartagena, graduada en 2015.
Está afiliada al Colegio de Bacteriólogos de Bolívar, y lo representa como presidenta del gremio desde hace 16 años.
Además de estar al frente del Laboratorio de la ESE Clínica de Maternidad Rafael Calvo, el cual coordina desde 1998, tiene dos laboratorios clínicos de su propio esfuerzo, en sociedad con otras personas, y tal como ella lo dice, “soy bendecida por tener la mayor población de pacientes particulares, debido a la accesibilidad económica para los exámenes” en estas IPS particulares que ella ha forjado.

