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Cartagena

Así van las obras de conservación en las fortificaciones de Cartagena

La Etcar continúa con las labores de mantenimiento en los principales Bienes de Interés Cultural del patrimonio fortificado de la ciudad. Así van los trabajos.

Así van las obras de conservación en las fortificaciones de Cartagena

La Etcar avanza en su Plan Anual de Mantenimiento en las fortificaciones de Cartagena. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.

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La Alcaldía de Cartagena, a través de la Escuela Taller Cartagena de Indias (Etcar), avanza en la ejecución de su Plan Anual de Mantenimiento con intervenciones en los principales Bienes de Interés Cultural (BIC) del patrimonio fortificado de la ciudad.

Las labores incluyen trabajos en albañilería, carpintería y pintura en estructuras históricas como el Castillo de San Felipe de Barajas, el baluarte de San Ignacio, la cortina de muralla entre los baluartes de Santa Bárbara y San José en Getsemaní, y el fuerte de San Fernando de Bocachica.

Estas acciones, según informó la entidad, buscan garantizar la conservación estructural y visual de los monumentos defensivos que forman parte del sistema de fortificaciones de Cartagena, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984. Lea también: Jóvenes reciben formación en conservación patrimonial en la Casa Bolívar y Benkos Biohó

La Etcar realiza labores de mantenimiento en albañilería, carpintería y pintura en diferentes Bienes de Interés Cultural (BIC). // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.
La Etcar realiza labores de mantenimiento en albañilería, carpintería y pintura en diferentes Bienes de Interés Cultural (BIC). // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.

Intervenciones en el Castillo de San Felipe de Barajas

En el Castillo de San Felipe de Barajas, técnicos egresados de la Etcar realizaron la limpieza de la costra negra o biofilm presente en las escarpas del Bonete —la parte más alta del fuerte— y en los muros adyacentes a las rampas de acceso. El objetivo, explicó la institución, es evitar la meteorización y debilitamiento de la piedra coralina causada por la acumulación de humedad y contaminantes.

El procedimiento, que se realiza con cepillos de cerdas suaves, jabón neutro y agua, forma parte de las técnicas de conservación no invasiva recomendadas para monumentos históricos.

Además, se adelantó el mantenimiento de siete cureñas (armazones que sostienen los cañones) ubicadas en el Bonete, el cual consistió en reemplazar piezas deterioradas y aplicar una pintura protectora que sella los poros y mantiene la madera hidratada, previniendo daños por exposición prolongada al sol y la humedad.

Las fortificaciones son el Castillo de San Felipe de Barajas, el baluarte de San Ignacio, la cortina de muralla entre los baluartes de San Miguel y de Santa Teresa; entre los baluartes de Santa Bárbara y de San José en Getsemaní; y el fuerte de San Fernando de Bocachica. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.
Las fortificaciones son el Castillo de San Felipe de Barajas, el baluarte de San Ignacio, la cortina de muralla entre los baluartes de San Miguel y de Santa Teresa; entre los baluartes de Santa Bárbara y de San José en Getsemaní; y el fuerte de San Fernando de Bocachica. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.

Restauraciones en el recinto amurallado de Cartagena

Dentro del recinto amurallado, las cuadrillas de la Etcar trabajan en varios frentes. En el baluarte de San Ignacio, ubicado frente a la bahía de las Ánimas, se realiza el mantenimiento de réplicas de cureñas en madera recia, instaladas originalmente en 2014 como parte del “Plan Cureñas”. Estas piezas museográficas permiten a los visitantes comprender la disposición y funcionalidad de los antiguos cañones defensivos.

El proceso, según la Etcar, implica levantar cuidadosamente los cañones mediante andamios y un sistema de poleas para retirar las cureñas, restaurarlas y volver a colocarlas bajo la supervisión de maestros de obra y arquitectos especializados en restauración. Todo el procedimiento se ejecuta cumpliendo los protocolos de seguridad y conservación patrimonial.

Por su parte, en la cortina de muralla entre Santa Bárbara y San José, sobre la avenida del Pedregal en Getsemaní, se adelanta la consolidación de la “necesaria”, una estructura que originalmente funcionaba como letrina dentro del sistema defensivo.

El Castillo San Felipe de Barajas es uno de los sitios que realizan mantenimientos. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.
El Castillo San Felipe de Barajas es uno de los sitios que realizan mantenimientos. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.

Las obras comprenden la restauración de los elementos en mampostería que conforman la portada (pilastras, arco rebajado y arco abovedado), además de sus elementos de remate superior (cornisa).

Simultáneamente, la institución concluye la refacción del solado (piso) entre los baluartes de San Miguel de Chambacú y Santa Teresa. Este trabajo tiene como fin “evitar filtraciones al material fino del terraplén (relleno de la muralla) y favorecer el sistema de drenaje de la fortificación con una superficie lisa que permita la correcta evacuación de líquidos gracias a las pendientes (inclinaciones), que llevan las aguas hacia los canalillos y mechinales, o hacia la avenida Luis Carlos López”, explica el especialista en Restauración y líder del área de Obras, Mario Zapateiro Altamiranda.

Técnicos egresados de la Etcar hacen parte de las labores de mantenimiento. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.
Técnicos egresados de la Etcar hacen parte de las labores de mantenimiento. // Foto: Cortesía - Escuela Taller Cartagena de Indias.

Trabajos en el fuerte de San Fernando de Bocachica

En el fuerte de San Fernando de Bocachica, uno de los puntos más emblemáticos del sistema defensivo insular, un equipo de egresados y residentes del corregimiento adelanta el mantenimiento en pintura de los muros de la batería colateral de San Juan Francisco Regis.

El proceso incluye raspado, limpieza y repintado con técnica al temple, a base de cal y pigmentos naturales, respetando las prácticas tradicionales utilizadas históricamente en la conservación de estructuras coloniales.

Estas labores, además de proteger las superficies, contribuyen a mantener la autenticidad del conjunto militar del siglo XVIII, considerado uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura defensiva del Caribe. Le puede interesar: Fuerte de San Felipe de Barajas: por qué debe llamarse cerro y no castillo

“Nos enorgullece mucho contar que hemos ido cumpliendo con las acciones trazadas en nuestro Plan Anual de Mantenimiento, que nuestra mano de obra capacitada en la Escuela Taller permite que tengamos frentes de trabajo simultáneo en diferentes sectores, garantizando así la conservación en el tiempo de las fortificaciones. Es importante destacar que además de las labores mencionadas, también existe el mantenimiento permanente de jardinería, el cual se realiza de forma cíclica y permite proporcionar un entorno adecuado para la monumentalidad de los BIC bajo nuestra administración”, concluyó la Etcar.


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