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Cartagena

198 años de la Universidad de Cartagena: historia de sus sedes emblemáticas

La Universidad de Cartagena cumple 198 años este 6 de octubre. Un repaso a su historia y a los orígenes de sus propiedades.

198 años de la Universidad de Cartagena: historia de sus sedes emblemáticas

La Universidad de Cartagena es la primera universidad en la costa norte colombiana. //Foto: Cortesía.

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La historia de la Universidad del Magdalena e Istmo, hoy conocida como Universidad de Cartagena y próxima a cumplir 198 años de existencia, comenzó a escribirse el 6 de octubre de 1827. En esta fecha se firmó el decreto que dio origen a la primera universidad pública de la costa norte colombiana.

En ese decreto quedó determinado que la nueva institución universitaria para su sostenimiento y funcionamiento recibiría las rentas provenientes de los bienes capitales, derechos y acciones del Colegio Seminario San Carlos Borromeo, las capellanías de derecho devuelto destinado a la educación pública y, del mismo modo, se estableció que tenía el derecho a usar las rentas establecidas en el artículo 72 de la ley de 18 de marzo de 1826: la de los edificios o conventos suprimidos, las donaciones por cualesquiera de los fundadores, testadores o donadores para la educación, entre otras.

Además, el artículo 8º del decreto del 6 de octubre de 1827 disponía que “[…]La Universidad se establecerá en el convento extinguido de San Agustín, luego que lo desocupe el gobierno, y entre tanto se pondrá en el edificio que normalmente sirve para el colegio de San Carlos”.

198 años de la Universidad de Cartagena y la historia de sus sedes. //Foto: Cortesía.
198 años de la Universidad de Cartagena y la historia de sus sedes. //Foto: Cortesía.

A pesar de las dificultades y el estado de abandono de algunos de los claustros -como el de San Agustín, donde se instaló la Universidad del Magdalena e Istmo (el 11 de noviembre de 1828), aun cuando tuvo que ser sometido después a reparaciones-, la fecha del 6 de octubre de 1827 marcó la historia de la universidad no solo por su creación, sino también por su presencia en distintos lugares y calles del centro de la ciudad de Cartagena de Indias. Una presencia de la que, a portas del bicentenario, solo queda en la actualidad el mencionado Claustro de San Agustín y el Claustro de la Merced, pero que vale recordar.

Edificios, conventos y capitales heredados

Pese a la firma del decreto en 1827 y la instalación de la universidad en 1828, las cifras más concretas sobre el valor de los edificios, conventos y capitales de la Universidad del Magdalena e Istmo se registraron después de 1845. En ese año, para cumplir con lo establecido en el Decreto Orgánico de Instrucción Pública de 1844, por primera vez, el rector Manuel del Río y su secretario Juan N. Pombo aprobaron el “Reglamento para el servicio de la tesorería de la Universidad del Segundo Distrito”, el cual, entre múltiples disposiciones, determinaba que se debía nombrar un tesorero, de cierta “honradez conocida”, para “[…] llevar el libro y la contabilidad de los bienes y rentas de la universidad”. Una función que hasta entonces habían llevado a cabo -con muchas dificultades y siempre expresando su queja, por no considerarlo inherente a sus funciones- los secretarios Santiago Blanco, su sucesor Juan Antonio Araújo y el referenciado Pombo. Lo cierto del caso es que después de esa normativa se nombró a José Joaquín Torres como primer tesorero de la universidad.

198 años de la Universidad de Cartagena: legado del Claustro de San Agustín. //Foto: Cortesía.
198 años de la Universidad de Cartagena: legado del Claustro de San Agustín. //Foto: Cortesía.

Los primeros informes de Torres pusieron en evidencia la enorme herencia recibida por la universidad después de 1827, al igual que las propiedades que tenía en muchos de los lugares y calles de Cartagena.

El tesorero en 1846 comunicaba que la universidad era propietaria de ocho edificios (entre los que estaba el convento de San Agustín, la casa del Colegio Real de San Carlos y otras dos en la calle de San Juan y la calle del Espíritu Santo, dos casas en la calle de la Carnicería vinculadas al convento de la Popa y una casa baja en la calle del cuartel) avaluados en $640.635,5 ½. Además de tener adjudicado $30.060 capitales para becas y los valores estimados de $31.936,1¼ del Colegio Real de San Carlos, $20.844,5¾ por el convento de la Popa, $44.667,7½ por el de San Agustín, $19.701,6 por la Merced, $7.340 por San Diego, $62.042, 4½ por Santo Domingo, más $62.344, 6¼ por capellanías devueltas, $4.486,7¼ por capitales de nueva imposición, recibía asimismo $3.000 por asignaciones del Tesoro y le debían $59.684. En total, la universidad poseía una riqueza de $410.112,4 por todos sus activos; razón por la cual Mariano Ospina Rodríguez, Secretario de la Nueva Granada, en sus informes decía que era “la más rica de las tres universidades existentes”.

Historia del Claustro de San Agustín y de otra de sus sedes. //Foto: Cortesía.
Historia del Claustro de San Agustín y de otra de sus sedes. //Foto: Cortesía.

Aunque era una riqueza a futuro, pues las rentas que tenía la universidad figuraban más en los listados de los ingresos por cobrar. De hecho, el tesorero Torres debió afrontar varios pleitos por el no pago de los deudores que vivían en las 344 propiedades que tenía la universidad en las distintas calles del actual Centro Histórico y en el barrio Getsemaní.

El Claustro de San Agustín de la UdeC

Más allá del pago o no a las rentas, el decreto del 6 de octubre de 1827 otorgó un lugar a la universidad como epicentro de la ciudad de Cartagena. No había una calle donde la universidad no tuviera una propiedad y los principales conventos llegaron a pertenecerle. En esas calles, plazas, esquinas, callejones y hasta en las playas (como la de Chambacú) habrá que conocer en qué momento dejaron de pertenecer al Alma Mater, para convertirse en parte del patrimonio de otras instituciones no educativas.

Hoy, a pesar de esas ausencias, además del Claustro de la Merced (con distintos dueños en su historia), sigue existiendo como testigo de esa memoria el Claustro de San Agustín, próximo a cumplir 198 años de su transformación en espacio educativo y objeto de muchas disputas en su historia.

De hecho, en 1839, cuando las órdenes religiosas estaban separándose de la universidad, la respuesta del rector Idelfonso Méndez y su junta de gobierno fue contundente: “Las rentas con que antes ha contado el Seminario […] bastaron en principio para plantear la grande obra de la Universidad […] porque no contaba con los ingresos de los conventos suprimidos de Santo Domingo y San Francisco […] y aunque se le habían adjudicado los de la Merced, San Agustín, San Diego y la Popa, es de considerarse que estos se invirtieron en preparar el local de San Agustín, cuya obra importó miles de pesos”. Por tanto, no estaba dispuesto ni a devolver, ni enajenar el claustro donde nació la hoy bicentenaria Universidad de Cartagena.

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