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Cartagena

El descubrimiento de la India Catalina: una historia que marcó a Cartagena

Crónica sobre Judith del Carmen Arrieta Arrieta, la mujer que sirvió de modelo para la escultura de la India Catalina.

El descubrimiento de la India Catalina: una historia que marcó a Cartagena

El maestro Eladio Gil, autor de la escultura de la India Catalina. (Foto Archivo Familia Gil)

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Después de más de cuatrocientos años, los rastros de la India Catalina estaban tan cerca de quienes la buscaban afanosamente. Mucho antes de que se iniciara el Festival Internacional de Cine de Cartagena, en 1960, su fundador Víctor Nieto Núñez encomendó una misión compleja al escultor Héctor Lombana. Crear una estatuilla de sesenta centímetros que fuera la imagen de Cartagena de Indias y de su festival.

El mismo Lombana buscó entre documentos e imágenes qué podía representar a Cartagena, y se sorprendió cuando vio a la pequeña muchacha indígena sentada en una piedra en el escudo de la ciudad y en el monumento que donaron los italianos a Cartagena, en la que aparecía otra vez la muchacha indígena arrodillada a los pies del almirante.

La ocurrencia de Lombana fue luminosa pero jamás llegó a intuir que aquello señalaría un destino a la ciudad y una controversia que duraría toda la vida. “A esta india hay que ponerla de pie”, dijo descubriendo la imagen de la indígena delgada y emplumada que serviría para su estatuilla de sesenta centímetros. Catorce años después, ante el éxito abrumador de la imagen que salía de un personaje de carne y hueso de la historia secreta de Cartagena, el escultor español Eladio Gil Zambrana inició la construcción de una escultura monumental de cuatro metros sobre la India Catalina, pero su modelo no partió de la indígena de los escudos ni la estatuilla de Lombana, sino de una muchacha que tuvo cerca en su propia casa, Judith del Carmen Arrieta Arrieta, que trabajó para el servicio doméstico de su familia y se convirtió en su ahijada.

El día en que descubrieron a la India Catalina. //Foto: Cortesía.
El día en que descubrieron a la India Catalina. //Foto: Cortesía.

Lombana puso el grito en el cielo diciendo que le habían robado su India Catalina. Buscó abogados y emprendió un pleito encarnizado contra Eladio Gil y se enemistaron hasta el final de sus vidas. Entrevistados los dos por separados, descubrimos que cada uno era autor de una obra personal. La de Lombana, el diseño de una estatuilla, realizada por un escultor. La de Eladio Gil, la obra personal de un escultor. Cada uno es dueño de su India Catalina. Y en esencia, nadie es dueño de la India Catalina, porque es un personaje de la historia con casi quinientos años de historia. Habría que valorarlos individualmente, sin generar polémicas desgastantes, y reconocer que la imagen se volvió icónica de Cartagena en estos sesenta y cinco años de historia.

La mujer detrás de la India Catalina cuenta su historia

Tuve el privilegio de entrevistar en 2015 a Judith del Carmen Arrieta Arrieta, quien vive como vivió en su tiempo la India Catalina, en Santo Domingo. Fui a los dos talleres de los dos artistas y comprobé que los estilos eran diferentes, individuales. Eladio terminó siendo el padrino de la India Catalina de carne y hueso.

Judith del Carmen, la modelo de la India Catalina, me contó que nació en San Juan Nepomuceno y tenía doce años cuando llegó a la ciudad buscando trabajo en el servicio doméstico. Sus padres eran campesinos: Manuel Guillermo Arrieta, sembrador de yuca, ñame y plátano. Su madre Ana Josefa Arrieta. Era la segunda de siete hermanos, seis mujeres, y un solo varón. “Llegué a trabajar en la casa de la familia Gil, como niñera, yme acogieron como si fuera una hija”. “Era una muchacha noble, bella y montuna”, me dijo Fini Piñero de Gil. Los últimos días de la infancia de Judith del Carmen, los pasó en la enorme casa de la Cuarta Avenida del barrio Manga. En esa casa se conserva una escultura que antecede a la India Catalina.

El maestro Eladio Gil, autor de la escultura  de la India Catalina en 1974. (Foto Archivo Familia Gil)
El maestro Eladio Gil, autor de la escultura de la India Catalina en 1974. (Foto Archivo Familia Gil)

El maestro empezó a hacer su monumento con modelos de la Escuela de Bellas Artes, a principios de 1974. La niña que trabajaba en casa ya era una adolescente de dieciséis años, y fue Fini quien le sugirió a su esposo que la joven posara para la obra, con el permiso de sus padres.

El maestro y su esposa hablaron con los padres, y ellos aceptaron que su hija posara para el artista, quien improvisó una cortina en el patio durante tres meses, esculpiendo el cuerpo de su india, en arcilla y luego en yeso. “El cuerpo de la India Catalina terminó siendo el cuerpo de Judith Arrieta Arrieta”, contó Fini. Judith del Carmen fue modelo en la Escuela de Bellas Artes, alfabetizada por Émery Barrios Badel.

Culminó su bachillerato y aprendió inglés. En 1982 conoció a Carlos Arcila Arango, de Jericó, Antioquia, con quien se casó y tuvo dos hijos: Carlos José y Marcio. Le perdí el rastro desde que murieron el maestro Eladio Gil y Fini, dos seres entrañables que apadrinaron a la modelo de la India Catalina.

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