Con la llegada de agosto, Cartagena se llena de un espectáculo único: el cielo cubierto de cometas de todos los tamaños, colores y formas. Esta tradición, que une a familias y amigos, se ha convertido en una de las actividades favoritas de los más pequeños, pero también de quienes buscan revivir recuerdos de infancia. Durante este mes, miles de cartageneros se dan cita en parques, playas y zonas abiertas para disfrutar de la experiencia de volar un barrilete. Un pasatiempo que, aunque hoy se asocia con la diversión y el esparcimiento, tiene un origen mucho más antiguo y fascinante.
Según Radio Nacional de Colombia, la cometa fue inventada en China hace unos 2.500 años. En sus inicios, se utilizaba como herramienta de meditación, para enviar señales militares o incluso para medir la ubicación de fuerzas enemigas. En Colombia, llegó a finales de los años 70 y principios de los 80, cuando comenzaron a importarse cometas desde el país asiático, convirtiéndose rápidamente en un fenómeno popular, especialmente en agosto, el llamado “mes de los vientos”.
En el Corralito de Piedra, la costumbre nació en barrios populares como una forma de entretenimiento familiar, y con el tiempo se ha expandido, manteniéndose viva por generaciones. En la actualidad, la ciudad cuenta con varios lugares ideales para dejarse llevar por el viento y disfrutar de este espectáculo multicolor.
Las Tenazas: tradición frente al mar
Pocos lugares representan mejor la tradición de volar cometas en Cartagena que Las Tenazas. Este icónico espacio, ubicado junto a las murallas, se convierte en un verdadero festival durante agosto. Familias enteras, grupos de amigos, colegios e incluso mascotas se dan cita aquí para ver cómo el cielo se llena de figuras que bailan con el viento. La brisa marina y el amplio espacio lo convierten en un sitio perfecto para esta actividad.
Parque Lineal de Crespo: picnic y diversión
En el barrio Crespo se encuentra uno de los lugares más cómodos para combinar la experiencia de volar cometas con un día de picnic. El Parque Lineal ofrece amplias zonas verdes, bancas y senderos donde las familias pueden disfrutar de una tarde relajada. Es común ver a padres e hijos armando sus barriletes, mientras otros simplemente se dedican a observar el espectáculo en el cielo.
Zonas verdes del Castillo San Felipe: historia y entretenimiento
A la sombra del imponente Castillo San Felipe de Barajas, las zonas verdes que lo rodean se convierten en un punto perfecto para elevar cometas. Este espacio al aire libre combina la historia de uno de los monumentos más importantes de Cartagena con la alegría de una actividad que une a generaciones. Además, la vista del castillo con un cielo lleno de barriletes crea una postal única para locales y turistas.
Playas de Crespo: brisa, mar y tranquilidad
Aunque no son el lugar más popular para esta actividad, las playas de Crespo, en esta zona de la ciudad, ofrecen un ambiente ideal para quienes buscan más tranquilidad. Con menos afluencia que otros sectores, el viento marino es perfecto para volar cometas al atardecer, acompañado del sonido de las olas y la luz dorada del ocaso.
Bahía de Manga: un rincón para compartir
En los últimos años, la Bahía de Manga se ha consolidado como un punto de encuentro para familias y amigos. Sus amplias zonas verdes y su vista al agua ofrecen un entorno sereno, ideal para armar un picnic y disfrutar de una tarde en compañía. El cielo, adornado con decenas de cometas, se refleja en las tranquilas aguas de la bahía, creando un ambiente de calma y belleza.