Semanas atrás, el barrio Arroz Barato fue escenario de indignación colectiva: dos jóvenes atacaron brutalmente con un machete a un perro. Otro caso fue el de una mujer que envolvía las crías de su gata en bolsas de basura y las arrojaba. También trascendió el testimonio sobre un hombre que golpeaba a su perro por hacer sus necesidades dentro de su casa.
Lamentablemente, estos casos no son aislados. Ciudadanos consultados por El Universal coincidieron en que el maltrato animal está normalizado por algunos en Cartagena. “Sí, se da atención, pero si los casos continúan, debería haber otro camino más contundente”, expresó una ciudadana.
Para Patricia Patiño, activista y miembro de la Fundación Roztro, la situación es “desalentadora”. Con más de 20 años en defensa animal, afirma que las falencias institucionales permiten que el problema se siga agravando. Le recomendamos leer: Video: hombre patea brutalmente a caballo cochero en Chambacú; Dumek lo busca
El maltrato animal en Cartagena
El abandono es identificado por los ciudadanos como la forma más común de maltrato. A diario se reportan animales desnutridos, golpeados o envenenados. “Los maltratos más comunes que he visto en Cartagena son el abandono, los golpes y la falta de alimentos”, aseguró un encuestado.
Adolfo Pérez, director de la Umata (Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria), también afirma que la denuncia más recurrente es el abandono. “No solo en las calles, también en balcones, patios o terrazas, sin condiciones adecuadas”, precisó.
¿Qué dice la psicología sobre el maltrato animal?
Las psicólogas Luisa Monroy y Dorys Morales coinciden en que el maltrato animal puede estar ligado a la falta de empatía, frustración acumulada, ambientes violentos y, en algunos casos, a trastornos mentales.
“No todas las personas que maltratan animales tienen un trastorno, pero muchas presentan señales preocupantes”, dijo Monroy. En niños puede ser un síntoma de trastorno de conducta; en adultos, del trastorno antisocial de la personalidad.
Morales advierte que el maltrato en menores puede deberse a falta de educación sobre el valor de los seres vivos, mientras que el adolescentes podría reflejar dificultades emocionales o influencia del entorno. Ambas subrayan la importancia de no minimizar estas conductas. “Es un signo de alerta que no debe ignorarse”, afirmó Monroy. “La forma como tratamos a los animales dice mucho de nuestros valores”, complementó Morales. Le puede interesar: Nuevo centro de bienestar animal en Cartagena tendrá 2 sedes: ¿dónde?
Las denuncias por maltrato animal
La activista Patricia Patiño critica la falta de acciones efectivas por parte de las autoridades. “Se muestran casos aislados como soluciones, sin tocar la problemática de fondo”, afirmó. Para ella, el avance ha sido más por iniciativa ciudadana que por responsabilidad estatal.
Adolfo Pérez asegura que diariamente la Umata recibe entre cinco y seis denuncias, de las cuales, en promedio, tres son reales. Relató un caso viral de un perro en un balcón del Centro Histórico, donde se comprobó que no existía maltrato, y el seguimiento permitió verificar condiciones adecuadas. Afirmó que muchas personas han comenzado a “humanizar” en exceso a los animales, lo que confusiones. “No todo lo que parece maltrato lo es. Un perro puede dormir en el patio, si tiene condiciones dignas”, aclaró.
Según Pérez, el aumento en las denuncias se debe a que ahora hay un sistema funcional. “Antes no existía una entidad visible. Hoy la Umata tiene un equipo con veterinarios, abogados y psicólogos, y una Alcaldía interesada en el tema”, dijo.
A pesar de esto, Patiño insiste en que ni Cartagena ni Bolívar cuentan con una entidad verdaderamente responsable de la rehabilitación animal. “Cuando se hacen proyectos, no incluyen a activistas o fundaciones reconocidas”, puntualizó. Sin embargo, Pérez explicó que, ante una denuncia, se activa un protocolo que incluye visita al lugar con la Policía Ambiental, recopilación de pruebas y la apertura de proceso si se verifica un maltrato. De no encontrarse evidencias, se dejan recomendaciones a los dueños.
Sanciones por maltratar a un animal en Colombia
Desde 1989, con la Ley 84, Colombia cuenta con normativas de protección animal. En el 2016, la Ley 1774 reconoció a los animales como seres sintientes e incluyó sanciones penales por maltrato. En el 2020, la Ley 2054 reforzó medidas como la creación de centros de bienestar y campañas de adopción y esterilización.
La legislación más reciente, la Ley 2455 del 2025 o “Ley Ángel”, endureció penas: hasta 70 meses de prisión, multas de 60 salarios mínimos y prohibición de tenencia de animales por hasta 7 años. Esta ley también contempla un registro nacional de agresores y capacitación obligatoria para autoridades. Lea también: Petro sancionó la Ley Ángel y Ley Lorenzo: buscan frenar el maltrato anima
“Una vez se investiga y verifica el caso, la Policía realiza la aprehensión, la Umata denuncia ante la Fiscalía y el juez toma la decisión final según la ley”, explicó Pérez. Las denuncias se pueden hacer a través de la línea 123 de la Policía, en estaciones, en la página de la Fiscalía o en plataformas digitales de las alcaldías y fundaciones.
Acciones para mitigar el maltrato animal en Cartagena
El Concejo Distrital aprobó la creación de un Centro de Bienestar Animal, dentro del Acuerdo 066 del 2025, con una inversión de $5.228 millones. Este buscará combatir la sobrepoblación, enfermedades zoonóticas y el abandono, en cumplimiento de la ley. Lea aquí: Concejo de Cartagena aprueba cambio clave al Plan de Desarrollo
Para Patiño, las soluciones deben ir más allá de lo institucional. Propone capacitar a la Policía en leyes de protección animal, campañas de esterilización, regulación de la tenencia responsable, sustitución de tracción animal y fortalecimiento de refugios.
“Estamos trabajando con niños y jóvenes porque son la base del cambio. La educación es el único camino”, señaló.
Adolfo Pérez, director de la UMATA
Las psicólogas Monroy y Morales insisten en la intervención adulta frente a señales de maltrato por parte de menores. Recomiendan no justificar estas conductas como simples travesuras y promover la empatía mediante el ejemplo. Ambas coinciden en que el respeto por los animales refleja el desarrollo emocional de una sociedad. “Una sociedad que naturaliza el maltrato animal no ha desarrollado su capacidad colectiva de empatía”, concluyó Morales.
“Invito a la ciudadanía a que seamos conscientes. Hoy existe una Umata y una Policía Ambiental que reciben denuncias. En Cartagena, los animales se tienen que respetar”, recalcó Adolfo Pérez.