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Los jóvenes de El Pozón que transforman su entorno con ciencia ciudadana

No traían promesas, sino datos, propuestas y sueños. Hoy, gracias al proyecto ‘Nuestra Voz’, lo que antes era carencia se transforma en esperanza.

Los jóvenes de El Pozón que transforman su entorno con ciencia ciudadana

Jóvenes que trabajan en pro de su comunidad con el proyecto Nuestra Voz. // Foto: cortesía

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La gente los reconoce desde lejos. Llevan unas camisetas azules que los identifican. Apenas los ven, los residentes empiezan a barrer la calle, y ahí mismo la comunidad comenta: “Están haciendo algo bueno”, refiriéndose a un grupo de adolescentes que movilizó la conciencia ciudadana en el barrio El Pozón.

“Nuestra Voz” es el nombre del proyecto liderado por el investigador Eduardo de la Vega Taboada, quien lo presentó inicialmente al Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos en junio del año pasado. Fue aceptado en julio, y en octubre arrancó con el grupo ecológico de la Institución Educativa Nuestro Esfuerzo.

Proyecto 'Nuestra Voz'. // Foto: cortesía
Proyecto 'Nuestra Voz'. // Foto: cortesía

Once adolescentes participaron directamente como ciudadanos científicos, identificando los principales problemas que afectan la salud y el bienestar de la comunidad, y proponiendo soluciones. Puede leer: ‘Nuestra Voz’, el proyecto que empodera a El Pozón con innovación social

Las etapas del proyecto Nuestra Voz en El Pozón

Fueron cuatro etapas. La primera se llamó “descubrimiento”, y la realizaron los adolescentes en noviembre del año pasado, utilizando una aplicación desarrollada en el laboratorio de la Universidad de Stanford, donde trabaja De la Vega Taboada. En esta fase recorrieron el entorno del colegio identificando elementos negativos.

Tomaron más de 250 fotos, todas con GPS, y también grabaron mensajes de voz o escribieron textos explicando por qué esos lugares eran problemáticos. Por ejemplo, detectaron que el agua acumulada en la basura podía generar criaderos de mosquitos transmisores de dengue.

Adolescentes de El Pozón utilizan ciencia y tecnología para transformar su comunidad. // Foto: cortesía
Adolescentes de El Pozón utilizan ciencia y tecnología para transformar su comunidad. // Foto: cortesía

Luego vino la segunda etapa: “discusión”. Aquí, los estudiantes revisaron sus propios datos, analizaron patrones en las fotos, identificaron las problemáticas y diseñaron soluciones. No se quedaron solo en el diagnóstico, sino que propusieron acciones concretas. Incluso usaron herramientas de inteligencia artificial para mejorar sus propuestas.

La tercera etapa fue “activar”. En febrero de este año se reunieron con los tomadores de decisiones del entorno del colegio para presentarles sus propuestas y buscar compromisos. Así comenzaron a generar alianzas para ejecutar las soluciones.

Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía

Y la última etapa fue el “proceso de cambio”, en la que los estudiantes acompañaron a las instituciones y líderes que se comprometieron a hacer las mejoras para cumplir con los acuerdos establecidos a uno, tres y seis meses. Esta semana finalizó el proceso con éxito. Le recomendamos: Un día para Dios: la propuesta juvenil que busca apoyo del Distrito

Los logros que dejaron en la comunidad

“Gestionaron que se pavimentara la calle frente al colegio, que antes era destapada y se inundaba. Los niños tenían que caminar por el barro, a veces quitándose los zapatos para entrar. Había un proyecto de la Gobernación de Bolívar para pavimentar algunas vías, pero no llegaba hasta allí. Los jóvenes lograron que se incluyera ese tramo, y hoy ya está pavimentado”, comenta De la Vega Taboada.

Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía

Asimismo, identificaron que hacía falta un contenedor para residuos grandes y gestionaron con Pacaribe que se colocara al menos una vez al mes. También, en sus recorridos por el entorno del colegio, se dieron cuenta de que era necesario educar a la comunidad sobre cómo manejar los residuos. Por eso, inscribieron 67 casas a un concurso en el que las calles competían por seguir cuatro reglas: sacar la basura a la hora indicada, usar bolsas negras resistentes, reciclar y no botar residuos en la calle ni en los canales.

Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía

Los jóvenes también aportaron a la recuperación del parque Las Pilanderas, que al inicio del proyecto estaba deteriorado. Las fotos que tomaron en septiembre y octubre mostraban techos oxidados, bancas rotas y muros en mal estado. Hoy es otro parque: tiene techos nuevos, muros restaurados, jardineras y zonas de calistenia renovadas. Las obras las realizó la administración departamental.

Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía

“Aún hay cosas por mejorar, pero los estudiantes siguen movilizando a la comunidad y a las instituciones para lograrlo. Ya había propuestas, pero gracias a ellos se ajustaron para que beneficiaran directamente al entorno educativo”, agregó.

Agentes de cambio en El Pozón

El cierre del proyecto no apagó la chispa de transformación que despertó en El Pozón. Los adolescentes de noveno y décimo grado que participaron ahora están entrenando a los más pequeños a través de la ciencia ciudadana, fomentando el sentido de pertenencia y promoviendo cambios que eleven la calidad de vida de su comunidad.

Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz en El Pozón. // Foto: cortesía

Quiero agradecer a la institución que lo acogió con tanto compromiso, y especialmente a estos once estudiantes que, a pesar de las dificultades, se mantuvieron firmes en su propósito de transformar su entorno. Yo sé lo difícil que es intentar generar cambios positivos, pero estos adolescentes han demostrado que, con disciplina y compromiso, sí se puede. Han encontrado un camino, y eso da esperanza”.

 Eduardo de la Vega Taboada, investigador científico.
Proyecto Nuestra Voz, jóvenes que transforman su realidad en El Pozón. // Foto: cortesía
Proyecto Nuestra Voz, jóvenes que transforman su realidad en El Pozón. // Foto: cortesía

Ahora, el reto es que este tipo de proyectos puedan encontrar nuevas fuentes de financiación desde el Gobierno nacional, la Gobernación, la Alcaldía o fundaciones, ya que son una forma eficiente de escuchar a la comunidad, actuar rápido e incidir. Los jóvenes son el futuro, pero también son el presente. Con confianza y herramientas, pueden ser verdaderos agentes de cambio.

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