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Cartagena

Con libros, lágrimas y fe: cartagenera logró un puntaje Icfes perfecto

La joven Ana González desafió los pronósticos y tocó el cielo con 500 puntos en las Pruebas Saber 11°. Aquí los detalles del sueño que cumplió.

Con libros, lágrimas y fe: cartagenera logró un puntaje Icfes perfecto

Ana González, la cartagenera de 18 años que logró el máximo puntaje en las pruebas Icfes y sueña con estudiar medicina. // Foto: cortesía

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No todo en Cartagena es deserción o analfabetismo. No todo son carencias. También hay historias que inspiran, que devuelven la esperanza y que recuerdan que el esfuerzo, incluso en medio de las limitaciones, puede rendir frutos.

Historias como la de Ana Carolina González Arriaga, una joven que, con disciplina, fe y perseverancia, ha logrado algo extraordinario: el puntaje máximo en las Pruebas Saber 11°.

“Pensé que la página se había equivocado. La refresqué muchas veces y, definitivamente, no era un error”, dice aún incrédula Ana, al recordar el momento en que vio en la pantalla los 500 puntos: el puntaje perfecto en el examen que mide las competencias de los estudiantes que se preparan para ingresar a las universidades del país.

Cuenta que su primera reacción fue de asombro total. El ‘shock’ la dejó paralizada por segundos, hasta que corrió a contarle a su mamá. “Estaba temblando y llorando. No lo podíamos creer, pero lo primero que hicimos fue dar gracias a Dios por ese resultado”, relata la joven, quien recibió la noticia en los primeros días de junio.

Desde el barrio Chile al puntaje perfecto

Ana nació en Cartagena y vive en el barrio Chile con su madre y su abuela. Es hija única, tiene 18 años y se define como una mujer fuerte y disciplinada. “Me gusta el estudio, soy muy inteligente y comprometida. Me gusta ayudar a los demás. Espero que yo pueda ser un ejemplo para otros”, afirma con convicción.

Ana González, la joven cartagenera que logró un puntaje perfecto en las pruebas Saber 11°. // Foto: cortesía
Ana González, la joven cartagenera que logró un puntaje perfecto en las pruebas Saber 11°. // Foto: cortesía

Su madre, Érika Arriaga, cuenta que con orgullo que desde pequeña Ana mostró una inclinación natural por el estudio. “Siempre obtuvo menciones de honor, tanto en primaria como en bachillerato. Y el acompañamiento del colegio fue clave; estuvieron siempre muy pendientes de ella”, recuerda.

El camino no fue fácil, pero valió la pena

Obtener 500 puntos en el Icfes no fue cuestión de suerte ni de una sola presentación. La prueba consta de cinco partes: lectura crítica, matemáticas, ciencias naturales, sociales y ciudadanas e inglés, más un cuestionario socioeconómico. Son 278 preguntas en total, repartidas en dos jornadas de 4 horas y media cada una.

Ana presentó ese mismo examen por primera vez con la esperanza de ingresar a la carrera de sus sueños: medicina, pero no logró el puntaje requerido. Sin embargo, no se dejó vencer por la frustración. “Sabía que era fuerte, así que decidí intentarlo nuevamente”, relata.

Aunque ese primer resultado le habría permitido entrar a una universidad privada, los recursos no alcanzaban. “Mi mamá es cabeza de hogar, es abogada pero está desempleada, y no podía pagar una universidad privada”, confiesa Ana, dejando entrever que este no sería el punto final.

Lea aquí: Así puedes saber si tu puntaje Icfes te alcanza para pasar en la UdeC

Fue así como en lugar de rendirse, decidió prepararse mejor. Se inscribió en el Preuniversitario Luis Muñoz, donde estudió intensamente cuatro horas de clase por la mañana y entre 4 y 6 horas de estudio independiente en las tardes. “Hacía compilados de preguntas por materia, de lunes a viernes, y también los fines de semana realizaba simulacros virtuales”.

Mientras tanto, también se propuso aprender un segundo idioma, se decidió por el inglés, sabiendo que cada detalle podía marcar la diferencia. “El resultado fue fruto de su dedicación, su esfuerzo, su disciplina. Estaba entregada al 100% para lograr ese objetivo”, agrega Érika, su madre.

Un nuevo intento, un nuevo comienzo

El día de la segunda presentación llegó, y con él, la recompensa. Ana obtuvo 100/100 en cada una de las cinco áreas, sumando así los 500 puntos que la ponen entre los mejores del país.

Con ese resultado, no dudó en postularse a la Universidad de Cartagena para estudiar medicina y ahora está a la espera de noticias. Por lo pronto, su mayor deseo es contar con apoyo del Distrito para seguir escalando en sus estudios. Puede leer: ‘Mi primera chamba’: hasta esta fecha están abiertas las inscripciones

Espero poder estudiar medicina y también recibir apoyo de la Alcaldía de Cartagena para cubrir los gastos de transporte, o quizá conseguir una beca”.

 Ana González.

En medio de la inmensa alegría que se puede experimentar en un momento como este, Ana no olvida que este logro es también colectivo. “Mi mamá ha sido mi mayor motivación, la que me impulsó a no rendirme. Mis tíos, que son profesores, también me ayudaron mucho. El profesor Luis Muñoz, en el preicfes, fue fundamental. Y mi amiga Isabela, que siempre me dio fuerzas”, reconoce con gratitud.

El futuro prometedor de Ana

Mientras transcurre este presente, Ana se alza como símbolo de superación entrando al exclusivo grupo de estudiantes que han logrado la hazaña de obtener puntaje perfecto en las pruebas Saber 11°.

Su madre, aún conmovida, no encuentra palabras suficientes para expresar lo que siente. “Ana es una tremenda bendición que Dios nos ha regalado”, dice con los ojos llenos de orgullo.

En tanto que la joven cartagenera sueña con una bata blanca recorriendo laboratorios de investigación, nos deja una lección poderosa: la educación sí transforma vidas, y el talento florece incluso en los terrenos más inhóspitos.

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