Dieciséis adolescentes, entre los 12 y 18 años, han sido reportados como desaparecidos en Cartagena de Indias entre 2024 y lo que va de 2025. En el 75% de los casos, no fueron raptados ni se perdieron de camino a casa: decidieron huir tras discutir con sus padres. Lea: Desapariciones en Cartagena: ¿qué dicen las cifras del 2025?
Los datos, proporcionados por la Alcaldía de Cartagena, ponen sobre la mesa una realidad que se ha vuelto viral en la redes sociales, donde incluso esos mismos menores han publicado videos asegurando que no quieren que los busquen.
La solución, sin embargo, dista bastante de la violencia, pues según expertos, estamos ante un tema delicado que tiene que ver con la salud mental y requiere atención urgente.
Programa Alerta Rosa: van 24 desapariciones en 2025 en Cartagena
El programa Alerta Rosa, de la Alcaldía de Cartagena, tiene como objetivo ubicar y rescatar personas desaparecidas, con enfoque especial en niños, niñas, adolescentes y mujeres.
Según el Distrito, entre 2024 y mayo de 2025, se habían reportado 32 casos de desapariciones: 8 en 2024 (3 mujeres y 5 hombres) y 24 en 2025 (19 mujeres y 5 hombres).
De estos, 17 casos correspondieron a menores de edad: 2 en 2024 y 15 en 2025, la mayoría niñas adolescentes. Hasta esa fecha, habían resuelto 25 casos (6 en 2024 y 19 en 2025). De los reportados este año, 2 aún están abiertos. Le puede interesar: Con video se aclara situación de Natalia, de 15 años, desaparecida en El Pozón
Johanna Ordosgoitia, directora de la Oficina de la Mujer del Distrito, reafirma que “la mayoría de los casos en la franja de 12 a 18 años responden a episodios de discusiones con los padres, tras las cuales los hijos deciden huir y son reportados como desaparecidos.
“Aunque estos episodios se clasifican como desapariciones, se enmarcan en dinámicas familiares y requieren que los padres fortalezcan un modelo de crianza positivo enfocado en la comunicación asertiva, el establecimiento de límites claros y el apoyo emocional”.
¿Cómo enseñar a mis hijos la resiliencia? Claves para padres y cuidadores
Sonia María Cabana, psicóloga de la Unidad Residencial de la Asociación Niños de Papel, explica que aprender a manejar el fracaso y la baja tolerancia a la frustración en niños, niñas y adolescentes es clave para prevenir reacciones negativas extremas, como la huida del hogar, especialmente en contextos actuales y situaciones de vulnerabilidad en Cartagena y otras ciudades.
Es importante tener en cuenta que la baja tolerancia a la frustración es, según Sonia, “esa dificultad para enfrentar y resistir de manera eficaz eventos difíciles, desagradables, decepciones o situaciones que puedan interferir en la realización de una actividad o en la consecución de alguna meta”.
La psicóloga Cabana, experta en salud mental infantil y adolescente en Cartagena, destaca la importancia de desarrollar la tolerancia a la frustración desde edades tempranas. Le recomendamos leer: ¿Cómo controlar el berrinche de los niños?
Para lograrlo, recomienda una serie de acciones diarias y sostenidas desde una crianza respetuosa que comienza por permitir que los niños enfrenten desafíos controlados para fortalecer su creatividad, resiliencia y capacidad de resolución de problemas.
Además, Cabana señala que la familia cumple un rol clave al modelar conductas -el ejemplo enseña más que los gritos-, establecer una comunicación abierta y brindar un entorno emocionalmente seguro que valide y guíe las emociones de los menores.
Para fomentar la regulación emocional, se aconseja enseñar paciencia y autocontrol mediante juegos, establecer límites claros y promover el uso moderado de dispositivos electrónicos.
La psicóloga resalta que también es fundamental fijar metas realistas en todos los ámbitos, evitar la autoexigencia excesiva y fortalecer la autoestima de los niños y adolescentes.
¿Pero qué causa la baja tolerancia a la frustración?, irritabilidad, ansiedad, insomnio, impulsividad y en casos graves, conductas de riesgo como huida del hogar o intentos autolíticos (autolesiones), especialmente durante la adolescencia, etapa marcada por vulnerabilidad emocional.
El entorno familiar y escolar influye directamente en la respuesta de los menores ante la frustración. Por ello, se recomienda una crianza equilibrada, ni sobreprotectora ni autoritaria.
Además, es esencial el acceso oportuno a servicios de salud mental a través de instituciones, EPS y programas como “Conectados” de la asociación Niños de Papel.
Estos ofrecen orientación profesional y acompañamiento emocional, activando rutas de atención en caso de señales de alerta como cambios de comportamiento, aislamiento, agresividad o pensamientos negativos persistentes.
Señales de alerta de baja tolerancia a la frustración
De acuerdo con la psicóloga, hay ciertas señales que pueden alertar a padres y tutores sobre la baja tolerancia a la frustración:
- Reacciones excesivas ante la frustración (ira, agresividad, deseo de huir o abandonar situaciones).
- Cambios notables en la interacción familiar, en el rendimiento académico o social, y conductas impulsivas o de aislamiento.
- Dificultad para esperar, para regular emociones y para tomar decisiones asertivas, evidenciada por impaciencia, irritabilidad y estrés.
- Incapacidad para concentrarse o expresar sus sentimientos de forma constructiva, fluctuaciones de humor, ansiedad, insomnio y signos de aislamiento social.
- En adolescentes, tendencia a la evasión, abandono de actividades y pensamientos recurrentes de desánimo o miedo al fracaso.
Consecuencias de la baja tolerancia a la frustración para la vida adulta
No atender la baja tolerancia a la frustración no solo se convertirá un dolor de cabeza para los padres, sino en dificultades cuando ese menor se convierta en un adulto.
“Son personas que normalmente abandonan con facilidad las actividades que empiezan. (...) También se muestran muy ansiosas frente a cómo van a salir las cosas, a cómo estar cuando les toca esperar. Tienen muy débiles habilidades sociales de interacción y frente a cómo resolver conflictos”, explica la psicóloga.
Y es que huir es querer escapar de eso que no nos gusta, pero nadie puede pasarse la vida huyendo y ser feliz.