Juan Pérez*, un venezolano oriundo del estado Aragua, se casó joven con la ilusión de formar una familia. De esa unión nacieron tres hijos, quienes hoy son su mayor tesoro. Sin embargo, cuando la crisis económica y política se agudizó en Venezuela, tomó junto a su esposa la difícil decisión de emigrar en busca de una vida mejor.
El destino fue Cartagena de Indias, donde se establecieron en un pequeño arriendo en el barrio El Pozón. Pese a las dificultades iniciales, la vida parecía tomar un mejor rumbo. Pero, un día, su esposa decidió irse. Alegó que “la cosa en Colombia estaba ruda” y optó por probar suerte en Estados Unidos.
La promesa fue que se ausentaría por poco tiempo y regresaría para continuar criando a sus hijos. Hasta el día de hoy, eso no ocurrió. Su partida se convirtió en un silencio largo y confuso, sin explicaciones claras.
Desde entonces, Juan trabaja largas jornadas en una tienda para proveer techo y alimento a sus hijos, quienes son cuidados por “una hermana de la iglesia que vive cerca de la casa”.
Han pasado varios años, y aunque mantienen contacto con su madre a través de redes sociales, los niños siguen esperando su regreso. Más que Juan, son ellos quienes cargan con la esperanza y la ausencia.
Historias como la suya se repiten en muchos hogares de Cartagena, donde, por distintos motivos, uno de los padres —en este caso la madre— se aleja del núcleo familiar, dejando un vacío profundo que afecta sobre todo a los hijos. Le recomendamos: La violencia intrafamiliar en Cartagena es real: van más de 200 casos
Abandono es sinónimo de desatención, desamparo, desvalimiento, desprotección, desabrigo, indefensión o aislamiento.
Real Academia Española -RAE.
Las cifras del abandono infantil en Colombia y Cartagena
Según datos del Observatorio Nacional de Violencias de Género, en 2024 Colombia reportó 9.820 casos de negligencia y abandono en la primera infancia, 5.308 en niños de 6 a 11 años y 3.244 casos entre adolescentes de 12 a 17 años.
En Cartagena, el Sistema de Vigilancia en Salud Pública (Sivigila) registró ese mismo año 43 casos de abandono en la primera infancia, dos más que en 2023.
Más del 60% de los casos corresponden a varones. En la franja de 6 a 11 años se reportaron 13 casos y en la de 12 a 17 años, 11 casos. Le puede interesar: Cartagena y la deuda con la primera infancia en el Día del Niño
El impacto psicológico de la ausencia materna
Luis Javier Valencia Monsalve, pedagogo e investigador del comportamiento humano, explicó a El Universal que la ausencia de la madre, ya sea por muerte o abandono, genera un trauma decisivo en la formación de la personalidad del niño.
“La falta de afecto, el rechazo o las hostilidades familiares interrumpen el desarrollo emocional normal. Por eso es crucial que exista una figura materna sustituta, ya sea desde el Estado —a través del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF)— o habilitada por el propio padre”, afirmó.
Aunque nunca iguala a la madre biológica, esta figura ayuda a mitigar el vacío psicoafectivo. Según el experto, el conocimiento humano se forma desde la primera infancia a través de las percepciones y sensaciones recibidas de los padres.
La ausencia materna no solo incide en la atención y crianza, sino que también puede influir en su educación, desarrollo emocional y participación en la sociedad.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, (Unicef).
Las secuelas del abandono en la adultez
Muchos adultos que en su niñez sufrieron abandono materno presentan un vacío emocional que puede derivar en comportamientos de inadaptación social, subrayó Valencia. “Se pueden manifestar trastornos como narcisismo, baja autoestima o dificultades para establecer relaciones afectivas sanas”.
El abandono también activa una sobreproducción de hormonas como la cortisona y la adrenalina, que afectan la capacidad cognitiva del niño. En la adolescencia, ese vacío puede ser llenado con alcohol, drogas u otras conductas autodestructivas, -aunque no sucede en todos los casos-.
El rol de la educación y el apoyo familiar, tras el abandono materno
Desde las aulas, asegura el también orientador familiar, se pueden inculcar valores fundamentales como el respeto, la ética, la disciplina y el amor propio. La formación espiritual también contribuye a fortalecer la autoestima y el carácter del niño.
No obstante, cuando la ausencia no es abordada a tiempo, puede derivar en problemas como adicciones o violencia intrafamiliar.
Los expertos coinciden en que es vital que las familias tomen conciencia del daño emocional que puede causar una separación no planificada. Recomiendan procesos de apoyo psicológico o acompañamiento en grupos especializados para estructurar la personalidad de niños y adultos afectados.
*Nombre cambiado.