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Cartagena

Arroz Barato, un corazón resiliente de Cartagena

Esta comunidad celebra el inicio de las obras de alcantarillado y la legalización de su territorio. Su historia es una crónica de resistencia, unión y sueños cumplidos a pulso. Es el ejemplo de la Cartagena resiliente.

Arroz Barato, un corazón resiliente de Cartagena

Barrio Arroz Barato. // Archivo

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“La resiliencia es la capacidad de un sistema, empresa o persona para mantener su propósito principal e integridad ante circunstancias radicalmente cambiantes”, afirman los escritores Andrew Zolli y Ann Marie Healy. Cartagena es un ciudad de luchas y proezas que le han valido el apellido de La Heroica, pero también es una ciudad resiliente, cuyos habitantes trabajan día a día para salir adelante y hacerle el quite a las adversidades cotidianas e históricas. Uno de sus territorios que bien podría llevar esa bandera de la resiliencia en alto es Arroz Barato, una comunidad de casi siete décadas de existencia que ha luchado incansablemente por sus metas. (También te puede interesar: Cartagena, una musa sin igual)

Aguas en dirección correcta

Arroz Barato no solo es un nombre curioso. Es sinónimo de empuje, resistencia y una comunidad que nunca se ha dejado vencer. Esta semana, se escribió una nueva página en la historia del barrio: comenzarán las obras de alcantarillado que beneficiarán a más de 2.000 personas, con una inversión que supera los 8.000 millones de pesos. El anuncio lo hicieron Ecopetrol, Aguas de Cartagena y la Alcaldía, y llega apenas dos meses después de que el Distrito reconociera oficialmente al barrio como parte del perímetro urbano de Cartagena, un paso que tardó más de 40 años en concretarse y que hoy es celebrado con alegría por sus habitantes. “Esto ha sido una lucha de décadas. Primero por la legalización, luego por el alcantarillado. Nadie nos regaló nada. Cada logro ha sido a punta de trabajo comunitario. Gracias a Dios el alcalde Dumek tiene la voluntad de trabajar por las comunidades, de hacer las cosas bien y ha ayudado para que todo esto se dé, luego de varias administraciones que no nos prestaban atención”, afirma Pedro Baldovino, presidente de la Junta de Acción Comunal. “Incluso ya se está gestionando, a través de Control Urbano, para legalizar no el previo del terreno, sino las casas, las construcciones de Arroz Barato”, recalca. (También te puede interesar: Cartagena, una musa sin igual)

De parcelas de arroz al barrio que no se rinde

La historia de Arroz Barato se remonta a una zona de cultivos de arroz vendida lote a lote a forasteros que buscaban construir un futuro. “Al principio había puro monte, unas cuatro o cinco casas y ni siquiera había carretera”, recuerda doña Margarita Pertuz, una de las primeras habitantes del barrio. Ella, junto a su familia, fue de las primeras personas que ayudaron a ubicar el terreno donde hoy se erige la Institución Educativa San Francisco de Asís, un colegio que empezó con paredes hechas a pulso por mujeres del sector y que hoy alberga a más del 50% de la población estudiantil de la Comuna 11. Es una base de construcción de ciudadanía en la zona.

Pero no todo ha sido educación. También salud. El hospital local nació de la necesidad, de los trayectos eternos que muchos hacían hasta Blas de Lezo cuando se enfermaban. Un terreno donado, varios comprados, y hoy el hospital es uno de los pilares de la zona, aunque aún falta para que funcione como lo que puede llegar a ser: un centro hospitalario de segundo nivel.

Una lucha con muchos frentes

Antes del alcantarillado, vinieron otras batallas. La vía principal, por ejemplo, fue construida producto de la lucha de la comunidad. Hoy es una realidad. Luego vinieron los callejones, muchos de ellos pavimentados con gestiones comunitarias que consiguieron el concreto y organizaron jornadas para alisarlos. “El barrio siempre ha hecho todo con las uñas, pero también con el corazón”, dice Baldovino. Por eso el anuncio de las obras de alcantarillado no es solo una inversión más: “Es una conquista que cambia vidas. Es dejar atrás los tanques, las bolsas, las pozas. Es dignidad”. Ya el 30% del alcantarillado está construido y funciona para 306 viviendas. Ahora se beneficiarán otras 650 más. (También te puede interesar: “Estamos alegres”: Arroz Barato tras anuncio de alcantarillado)

Nuevas perspectivas

Ahora la comunidad lucha por escenarios deportivos, como una cancha para los niños y jóvenes que hoy deben salir del barrio para practicar deporte. Además, sigue pendiente la culminación de la sede Hijos del Agricultor, del colegio San Francisco de Asís, cuyas obras se detuvieron por falta de recursos. Pedro Baldovino lo resume así: “Aquí hemos luchado por todo: por la legalización, por la salud, por la educación, por las vías y por el alcantarillado, y seguimos luchando”. Y es que Arroz Barato es un barrio que no se rinde.

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