Luz* era apenas una niña cuando comenzó a presenciar las constantes y acaloradas discusiones entre su padre y su hermano mayor. Las razones eran diversas, pero la más frecuente era la rebeldía de su hermano al incumplir las reglas impuestas por su padre, quien sostenía a una familia de cinco personas.
Aunque Luz no era el centro de los conflictos, siempre terminaba afectada. En muchas ocasiones, su padre, cegado por la ira tras las peleas, amenazaba con abandonar el hogar con frases como: “¡A ver qué harían sin mí!”.
Para ella, las agresiones verbales eran tan hirientes que calaban profundamente. Recuerda con claridad una escena particular: ya adolescente, se maquilló, vistió una falda un poco más corta de lo usual y se puso tacones. La reacción de su padre fue brutal: “¡Pareces una prostituta!”, le gritó.
Esta y otras experiencias dejaron cicatrices emocionales profundas. Luz sentía que, por más que se esforzara como hija, nunca era suficiente y cualquier detalle podía provocar una respuesta humillante.
Aunque con el tiempo su padre reconoció su comportamiento y mejoró, las heridas quedaron en su memoria. Hoy, como madre, está decidida a no repetir ese patrón, consciente del daño que genera. Lea también: De la violencia en el hogar al sicariato: un ciclo mortal en Cartagena
Este es solo uno de los miles de casos de violencia intrafamiliar que se viven en Colombia y el mundo. Una problemática muchas veces silenciada, pero real. En casos como el de Luz, este tipo de violencia puede deteriorar la autoestima, el autoconcepto y desencadenar trastornos como la ansiedad y la depresión.
Panorama de la violencia intrafamiliar en Cartagena
La violencia intrafamiliar abarca agresiones físicas, sexuales, psicológicas y económicas entre miembros del mismo núcleo familiar.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, entre enero y marzo de 2025 se registraron 13.823 casos a nivel nacional, lo que representa una disminución del 7,38 % en comparación con los 14.924 casos del mismo periodo en 2024.
En Cartagena, se reportaron 248 casos durante el primer trimestre de este año, una cifra inquietante pero inferior a la de otras ciudades como Bogotá, Barranquilla, Ibagué, Cúcuta y Bucaramanga.
La mayoría de los casos involucran a personas entre los 25 y 29 años. Del total reportado, 12 corresponden a niños, niñas y adolescentes; 14 a adultos mayores; 171 a violencia de pareja; y 51 a otros miembros de la familia.
En comparación con el primer trimestre de 2024, cuando se registraron 251 casos, la disminución ha sido mínima. Entonces se reportaron 17 casos contra menores, 13 contra adultos mayores, 157 de violencia de pareja y 64 entre otros familiares. Puede leer: Bolívar: Policía reportó 275 casos de violencia sexual en el 2024
Mirada experta: la raíz del problema
Analizando esta problemática, Luis Javier Valencia Monsalve, pedagogo y presidente de la Corporación para la Reconquista de Valores, considera que las marcadas desigualdades sociales en Cartagena influyen directamente en la aparición de entornos violentos en el hogar.
“Décadas de desinterés en la formación ciudadana han generado un tejido social débil, poco cívico y con una alta tolerancia a la violencia. Esto se traduce en comportamientos agresivos, baja calidad de vida y violaciones a los derechos humanos”, indicó.
Para Enelia Díaz Pájaro, directora del Instituto Cristiano Bilingüe Rescatando Valores, la clave está en la formación de padres y representantes. “Necesitamos educar a los adultos que están formando familias. Es esencial inculcarles valores fundamentales que aseguren una convivencia sana. Solo así podremos proteger a los niños y prevenir la violencia”, afirmó.
Por su parte, Valencia plantea que la solución comienza por reformar el enfoque educativo: “Debemos dejar atrás lo puramente técnico y académico para dar paso a una educación centrada en los valores”.
En su libro ‘Valores para la convivencia ciudadana’, propone la creación de redes de información, grupos de apoyo familiar y articulación con comisarías de familia e ICBF como herramientas clave para fortalecer los derechos y vínculos familiares.
Educación para prevenir: el rol de las escuelas
En ese mismo sentido, desde la Secretaría de Educación Distrital se implementa el programa ‘Barullos de Género’, con un equipo interdisciplinario conformado por politólogos, abogados, psicólogos y trabajadores sociales. Su objetivo es liderar acciones de prevención desde los colegios de Cartagena.
“El equipo visita las instituciones educativas para trabajar con estudiantes en temas de género, prevención de delitos sexuales y estrategias de actuación en entornos educativos y familiares”, explicó Alex Montes, director de Calidad Educativa de la Secretaría.
La iniciativa también incluye a directivos, docentes y padres de familia, quienes reciben orientación sobre políticas de prevención y activación de rutas de atención integral, especialmente enfocadas en la protección de menores.
“El año pasado trabajamos con 16 colegios y este año lo hacemos con 20. La meta es cubrir los 107 colegios oficiales durante el cuatrienio”, añadió Montes.
Líneas de ayuda contra la violencia
Si está viviendo o presenciando un caso de violencia intrafamiliar, recuerde que no está solo. Puede denunciar o recibir orientación a través de la Línea 155, disponible las 24 horas del día en todo el país. También puede comunicarse con la Policía Nacional al 123 o acudir a las Comisarías de Familia más cercanas.
*Nombre modificado.