El 20 de junio de 1995, Cartagena fue testigo de un estruendo que sacudió la ciudad. A las 12 y 5 minutos de la madrugada, una placa de más de 200 toneladas del recién inaugurado puente Heredia se desplomó sobre la laguna de San Lázaro, dejando a los cartageneros estupefactos.
¡Se cayó el puente Heredia! repetían los habitantes, atónitos, mientras la noticia comenzaba una circular por cada rincón de La Heroica. El Universal, fue el primer medio en registrar el suceso con una fotografía y detalles sobre lo ocurrido.
El puente, que apenas seis meses antes había sido inaugurado con una inversión de 2.000 millones de pesos, se venía abajo, dejando en el aire la duda sobre si esa cifra había sido suficiente para asegurar la durabilidad de la moderna infraestructura que debía conectar los barrios Getsemaní y Pie del Cerro. En las calles, los murmullos no cesaban, y las teorías sobre las causas del colapso comenzaron a tejerse rápidamente.
El impacto del colapso del Puente Heredia
Éver Tobías, un cartagenero que vivía cerca, recordó con claridad el momento del suceso. “Sentí un gran estruendo, pegué un salto y observé que el puente se había caído”, relató, todavía sorprendido. Días antes, había notado algunas grietas en la estructura, pero nunca imaginó que el destino sería tan trágico.
Y el impacto no solo fue material. Dos hombres que viajaban en motocicleta por el puente al momento del colapso cayeron al vacío, resultando con múltiples fracturas, aunque afortunadamente sobrevivieron.
El escándalo generado por la caída del puente no solo fue mediático. A lo largo de los días, las críticas se dirigieron hacia los responsables de la obra, con una fuerte indignación ciudadana. La firma Civicon Ltda., fue la encargada de la construcción, y el consorcio Ingetec SA-Ingestudios Ltda. llevó a cabo la interventoría.
Las investigaciones iniciales descubrieron que el puente no había sido construido según los planos, lo que ocasionó el desplome de la placa principal. Mientras tanto, el viejo Puente Heredia, que aún se encontraba operativo, garantizó la movilidad en la zona mientras se evaluaban las consecuencias del desastre.
La figura del exalcalde Gabriel García Romero se convirtió en el centro de la polémica. La ciudadanía lo acusó de no haber supervisado adecuadamente las obras. Frente a los señalamientos, García Romero se defendió públicamente, declarando su inocencia.
El puente Heredia estuvo mal hecho desde un principio. Sin ser ingeniero uno se da cuenta que los materiales con que lo construyeron no fueron los más indicados. Pienso que si bien la firma constructora debe, y tiene, que responder, es sobre Gabriel Antonio García sobre quien recae la mayor responsabilidad”.
Edulfo Zapata, trabajador independiente de la ciudad.
En contraste, el consorcio Ingetec explicó que el colapso se debió a “un error humano”, tratando de eludir mayores responsabilidades. El hecho es que, el caso siguió su curso judicial, y en 1997, el Tribunal Superior de Bucaramanga resolvió precluir el proceso contra los directivos de Edurbe y la empresa interventora, argumentando que el colapso fue un accidente sin responsables claros: “El puente se cayó solo”.
No fue hasta 2014, casi dos décadas después, que el Consejo de Estado revocó esta decisión y decidió que el Distrito era responsable del incidente, permitiendo que los dos motociclistas heridos fueran finalmente indemnizados.
La decisión judicial.
El Puente Heredia hoy: un símbolo de resiliencia
A pesar de las tragedias que marcaron su historia, el puente Heredia hoy se mantiene como una estructura clave para la movilidad de la ciudad.
Según la Secretaría de Infraestructura Distrital, el puente se encuentra en óptimas condiciones gracias a un riguroso plan de mantenimiento y monitoreo constante. Desde el año 2022, la administración del alcalde Dumek Turbay ha intensificado las labores de restauración, reforzando barandas, reemplazando juntas metálicas y realizando tareas de limpieza y recuperación en la zona inferior del puente, afectada por la acumulación de desechos.
“El seguimiento técnico y preventivo ha sido una prioridad para la administración del alcalde Dumek Turbay, lo que ha permitido que el puente Heredia continúe siendo una pieza fundamental en la movilidad entre el Pie del Cerro y el Centro Histórico de la ciudad”, señaló la Secretaría de Infraestructura.
A decir verdad, el 20 de junio de 1995, pudo haber quedado en la memoria de los cartageneros como un simple incidente. Sin embargo, se transformó en uno de los episodios más polémicos y controversiales de la ciudad. Una caída inesperada que arrastró consigo no solo un pedazo de infraestructura, sino también una serie de responsabilidades que, aún hoy, siguen siendo objeto de debate.