En Colombia hay miles de niños que crecen sin una figura paterna y aunque la frecuencia con la que ocurre ha llevado a verlo como un aspecto normal, no deja de ser un punto esencial al que hay que ponerle la lupa porque puede producir afectaciones psicológicas a los niños, así como sentimientos de frustración e injusticia a la madre, además de falta de confianza en la ley en muchos casos.
La ausencia de padres responsables en Colombia es una realidad que se viene reflejando desde hace mucho tiempo. Para el 2020, por ejemplo, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) recibió más de 43 mil denuncias por abandono de familia. Puede leer: ¿Por qué los papás sí son claves en la crianza de los hijos?
De igual forma, según la Fiscalía General de la Nación, en ese mismo año se iniciaron más de 15 mil investigaciones por delitos relacionados con la falta de pago de pensión alimenticia. Al día de hoy, la situación no mejora.
De hecho, entre jóvenes está de moda bromear con el hecho de “no tener papá”. Por ejemplo, algunos utilizan mucho una expresión para despedirse: “Como dijo mi papá, los abandono”. Esto da una idea de la magnitud del problema.
La situación en Cartagena
Cartagena no está exenta de esta problemática, pues son numerosas las familias que tienen que lidiar con las paternidades ausentes e irresponsables.
“Toca seguir y superarlo, pero no deja de afectar”, dice Silvana López*, una cartagenera que a sus 24 años conoce perfectamente lo que es la realidad de un niño que crece sin papá.
Silvana es fruto de una relación con gran diferencia de edad y toda su vida se ha preguntado si fue ese el motivo por el que no tiene recuerdos de sus padres juntos. Su papá le lleva 20 años a su madre. Cuando ella nació vivió sus tres primeros años en compañía de ambos, pero no tiene ningún recuerdo de eso.
Cuanta que pasó 24 años de su vida buscando el amor de su padre, pero a cambio siempre recibía decepción. Lo esperó año tras año para celebrar su cumpleaños, pero él nunca llegó. Entonces, el tiempo pasó, dejándole un vacío inmenso. “No tengo plata”, eran las palabras del papá de Silvana cada vez que ella intentaba buscarlo.
“Ni siquiera con las cosas materiales que me dio, yo sentí su amor”, dice la joven. Sus ojos aún se llenan de lágrimas al recordar los momentos de su vida en los que anhelaba esa figura paternal.
A su madre le tocaba trabajar cada día para poder llevar el sustento a casa. Mientras tanto, era de conocimiento de todos que su padre era bastante adinerado, pero encontró formas de librarse de la ley para no pagar lo que debía.
Como su mamá trabajaba, Silvana veía a la salida del colegio cómo todos los niños corrían a abrazar a sus papás, mientras que a ella nadie podía ir a recogerla. “Yo era la niña a la que nadie iba a buscar al colegio, pero aún así nunca tuvieron quejas mías, me iba excelente en todas mis clases”, cuenta.
Silvana en su adolescencia visitó a su papá, guardando la última esperanza de ser tratada como lo que es: su hija. Sin embargo, las cosas no cambiaron. Desde ese momento hasta la actualidad, comprendió que se estaba llenando de sentimientos que no quería en su vida.
Llegó un nuevo cumpleaños y se repitió la historia: su padre no apareció; sin embargo, ya Silvana no lo esperaba. Entonces tomó la decisión de “cerrar el ciclo”.
“Tengo más de un año de no saber de él y estoy bien. Al narrarlo duele, pero ya hoy he sanado”, concluye.
Las implicaciones psicológicas de la ausencia de la figura paterna
Tatiana Navarro, psicóloga especialista en Psicología Clínica y magíster en Técnicas de Tercera Generación, explica que tanto padres como madres desempeñan un papel fundamental en el desarrollo psicosocial de los niños.
Sin embargo, en la actualidad la ausencia del rol paterno en la crianza es cada vez más frecuente, influenciada por construcciones sociales y estereotipos de género que refuerzan la idea de que “los hijos son responsabilidad de la madre”.
Navarro explica que la ausencia del padre representa un gran reto para las madres y puede dejar afectaciones psicológicas en los menores. A nivel emocional, es posible que experimenten dificultades en la construcción de su seguridad, autoestima y autoconcepto, desarrollando sentimientos de abandono, miedo al rechazo y apego inseguro. Además, pueden presentar problemas de salud mental como depresión, ansiedad y respuestas conductuales desadaptativas.
“Los niños y niñas que crecen con la ausencia de una figura paterna pueden presentar dificultades en la socialización con sus pares, muestran desconfianza hacia los demás y serias dificultades en el establecimiento de límites personales, complejizando la tarea de establecer relaciones saludables, tanto en la adolescencia como en la vida adulta. Esto también puede favorecer la tendencia a establecer relaciones basadas en búsqueda de la aprobación y validación de los demás, mostrando mayor vulnerabilidad, incluso respecto a sufrir algún tipo de violencia”, comenta.
No obstante, Navarro aclara que la ausencia paterna no es un factor determinante. La presencia de un entorno familiar y social saludable, con figuras de apoyo y estrategias adecuadas de crianza, puede disminuir los efectos negativos y favorecer el desarrollo emocional y psicológico del menor.
Lo que dice la ley sobre los padres ausentes
Jaime Sánchez, abogado de familia y socio fundador del bufete de abogados Sánchez-Ricardo Abogados S.A.S., explica que en Colombia, la legislación busca garantizar el bienestar de los menores y velar por el cumplimiento de las obligaciones alimentarias y de cuidado por parte de ambos padres. Además, asegura que los padres ausentes suelen presentar ciertos patrones o características comunes, que van desde problemas económicos hasta conflictos personales.
Por ejemplo, muchos de los padres que no cumplen con sus obligaciones alimentarias se encuentran en situaciones de trabajo informal, lo que dificulta la demostración de ingresos regulares. En estos casos, los padres muchas veces argumentan que no tienen la capacidad económica para aportar, ya que sus ingresos son irregulares o variables. Sin embargo, la ley presume ingresos equivalentes a un salario mínimo, lo que permite a los jueces establecer cuotas alimentarias aunque no haya pruebas claras de ingresos.
Otro patrón frecuente en padres que no responden por sus hijos es la falta de interés en mantener un vínculo afectivo o una relación constante con ellos. Este tipo de padres puede estar físicamente ausentes o, incluso estando presentes, emocionalmente desconectados de las necesidades de sus hijos. La despersonalización de la relación con los niños puede generar una falta de responsabilidad no solo en términos económicos, sino también en términos afectivos y de cuidado, aunque esto no exime del cumplimiento de la ley.
Sánchez asegura que también hay muchos padres que alegan estar desempleados o no tener capacidad económica para contribuir con el mantenimiento de sus hijos, pero esta situación tampoco los exime de la responsabilidad alimentaria.
El proceso legal para exigir que los padres cumplan con sus responsabilidades
El abogado explica que el proceso legal para que una madre exija que el padre cumpla con sus responsabilidades alimentarias comienza con una conciliación.
“Este es el primer paso en el proceso judicial, en el que ambas partes intentan llegar a un acuerdo sobre la cuota alimentaria y otras responsabilidades. La conciliación es un mecanismo pacífico que busca evitar que el conflicto se judicialice, pero si no se logra un acuerdo o si uno de los padres no asiste, la madre puede acudir directamente a la demanda judicial ante un juez de familia”, puntualiza.
Además, señala que la demanda debe incluir todos los gastos necesarios para el bienestar del menor, tales como vivienda, alimentos, salud, educación, recreación, entre otros. El juez, basado en los ingresos del padre, fijará una cuota alimentaria provisional mientras dura el proceso judicial. Si el padre no cumple, se pueden tomar medidas cautelares como el embargo de bienes, el reporte a las centrales de riesgo o la prohibición de salida del país.
Lo que las madres exigen
Aún así, en temas de obligaciones de padres sigue existiendo un gran vacío que no se ha podido regular.
“Es complicado, porque es un proceso largo y generalmente los hombres consiguen la forma de liberase de esto, más los que no tienen trabajos formales”, narra Ana Cortés, madre soltera que luchó por dos años hasta conseguir que su exesposo le pagara la pensión alimenticia a sus hijos.
La ausencia de una figura paterna no debe seguir siendo pasada por alto, los hijos no pueden obligar al padre a brindarles amor, pero las madres sí exigen reforzar las leyes para que cumplan con sus obligaciones.