Con una vida dedicada a desafiar las barreras de género y empoderar a las mujeres, Rubiela Valderrama Hoyos se ha convertido en un símbolo de resistencia y cambio. Oriunda de San Juan de Urabá, hizo de Cartagena de Indias su hogar y el escenario de su lucha por los derechos de las mujeres, un camino lleno de desafíos, pero también de grandes victorias.
Su lucha no es reciente. Desde el bachillerato se destacó como líder estudiantil y sus profesores la animaron a estudiar Derecho. Más tarde, se aventuró a cursar Filosofía a distancia, pero finalmente descubrió su verdadera vocación en el Trabajo Social, del cual se enamoró cuando ejercía como asistente de los docentes del programa en la Universidad de Cartagena.
“Fui una joven activista, participaba en muchos procesos sociales, barriales, en especial, siempre estuve en marchas protestando por cuanta cosa del ámbito de los derechos sociales que había en la ciudad. Siempre estuve ahí, sobre todo el movimiento estudiantil, porque yo fui del movimiento estudiantil”, rememora.
De aquella etapa de su vida, recuerda también que quedó embarazada de su hija Laura y, aun durante su maternidad, continuó atenta a la lucha estudiantil. Rubiela siempre defendía su criterio, independencia y ese llamado a la acción para defender los derechos humanos.
“Siempre pensé que las cosas no estaban bien, que había mucha injusticia social. Tal vez eso surgió porque me interesan las ciencias sociales: desde la filosofía, la historia y todo lo que estudiaba -incluso lo que enseñaban los profesores- percibía que, en la práctica, no se veía reflejado el tema de los derechos: dónde estaban, qué pasaba con los derechos de los jóvenes y con la educación. Por ejemplo, en mi época también existían, al igual que hoy aunque de formas distintas, demasiadas carencias en el ámbito educativo. Entonces, uno se daba cuenta de que era un problema social serio y había que exigir que se resolviera”, cuenta.

La menor de 11 hermanos terminó siendo parte de ese movimiento estudiantil que logró cambiar una constitución de más de 100 años de antigüedad. “Hubo una gran oportunidad: el proceso constituyente, en el que me involucré fuertemente desde mi etapa estudiantil, que desembocó en la Constitución de 1991. Antes de eso, del movimiento de la ‘Séptima papeleta’, el cual dio cabida a todo aquel gran movimiento estudiantil y social que exigía una nueva constitución para el país. A partir de ahí, realizamos numerosas actividades: recorríamos los colegios para concienciar sobre la necesidad de contar con una constitución moderna en Colombia, que incluyera los derechos humanos, estudiantiles y reconociera a todas las personas como sujetos de derecho. Fue muy indo y somos parte de ese proceso constituyente”.
El trabajo del movimiento de mujeres en Cartagena
Dicho aporte a la transformación social del país no sólo sentó un antes y un después en su vida, sino que le permitió encontrarse con el movimiento de mujeres. “Al principio, mi perspectiva se limitaba al movimiento estudiantil. No me reconocía a mí misma como mujer, sino como una sujeta más de los procesos estudiantiles, alguien más que luchaba por los mismos derechos. Nunca me había planteado que, además de esos derechos generales, también debía pelear por otros específicos como mujer. Entonces me encontré con estas mujeres que, desde la Constitución del 91 decían: ‘No, pero es que es que además de los derechos humanos, de todos los derechos que tenemos, las mujeres tampoco tenemos derechos. Para mí, aquello abrió un universo de posibilidades y dije: ‘Este es mi camino’”.
El movimiento de mujeres y el movimiento feminista en Colombia se convirtieron en el escenario para Rubiela Valderrama, no solo para demostrar su capacidad y determinación en favor de las mujeres, sino también para ejercer un liderazgo que hoy la consolida como referente para muchas otras.
“Más allá de ese proceso que se gana, que logramos el articulo en la Constitución, se creó la Red Nacional de Mujeres de Colombia, y con ello surgieron los primeros acercamientos que permitieron profundizar en el conocimiento y la comprensión de muchos aspectos relacionados con la mujer. Sobre todo, empezaron a discutirse otros derechos que, con el tiempo, se fueron conquistando, como la interrupción voluntaria del embarazo, la capacidad de decidir sobre el propio cuerpo y el abordaje de las violencias basadas en género contra las mujeres. Todo ello te lleva a reconocer que no solo estás presente como mujer, sino también como feminista. El feminismo, entonces, es el movimiento que lucha contra esas desigualdades”, explica.

Rubiela sonríe por las victorias alcanzadas. “Todas las leyes que hemos logrado hoy han sido gracias a la lucha del movimiento de mujeres y feministas de Colombia. La Ley 1257 de 2008, por ejemplo, que previene las violencias contra las mujeres, es una norma que el movimiento de mujeres impulsó: fuimos quienes la llevamos al Congreso, hicimos todo el lobby y realizamos la incidencia política para que fuera aprobada. Además, la llevamos a las comunidades y capacitamos a las mujeres: ‘Esta es la ley; puedes hacer uso de ella, puedes actuar aquí, esta es la ruta de atención’”, subraya.

La trabajadora social, quien también se destaca por su labor en la Secretaría de Educación Distrital, se prepara para conmemorar el Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo. Celebra la existencia de un movimiento feminista fuerte en Cartagena de Indias y la participación activa de muchas jóvenes en estos procesos.
“A la nueva generación feminista, a las mujeres jóvenes en general, les digo que abracen la causa de los derechos de las mujeres, la causa feminista es una causa antirracista, antihomofobica, anti discriminatoria, es la causa de la democracia completa, defender esta causa es defender la vida y la autonomía no solo de la mitad de la población si no de la sociedad completa”.
Defender esta causa es defender la vida y la autónoma no solo de la mitad de la población si no de la sociedad completa”.
Rubiela Valderrama
Rubiela confiesa que aún le queda un sueño por cumplir: escribir un libro. Mientras tanto, sigue demostrando que su fuerza interior y su lucha abren camino en favor de las mujeres.