La ‘Loma’ de Bazurto, como muchos cartageneros la conocieron, fue un puente emblemático que marcó la vida de la ciudad durante varias décadas. Situado en la ajetreada avenida Pedro de Heredia, este paso a desnivel, construido entre 1982 y 1983 por la firma barranquillera de Julio Gerlein con recursos de la Administración Departamental, se convirtió rápidamente en un punto de referencia.
Pico y placa en Cartagena del 16 de junio de 2025
REDACCIÓN CARTAGENADurante años, la ‘Loma’ fue un paso obligado para camiones de carga pesada, carros colectivos, taxis y viajeros de las diferentes rutas de la zona sur occidental. A su alrededor, el comercio informal se desarrollaba, entre ellos era común ver a un grupo de carpinteros, entre 16 y 60 años, trabajando en la fabricación de mesas y banquillos.
Sin embargo, estos emprendedores debieron enfrentarse a ladrones y personas adictas a las drogas de las zonas aledañas, para así instalarse bajo la sombra del concreto. Los amantes clandestinos también se encontraban en este lugar. Lea también: Que demuelan el Puente de Bazurto piden comerciantes independientes
Aunque la estructura tenía un diseño ambicioso, con orejas de entrada y salida, estos detalles no se pudieron concretar debido a la falta de recursos. A lo largo de los años, los vecinos de barrios como Alcibia, El Prado y La Esperanza fueron testigos del bullicio constante de los vehículos que circulaban por la llamada 34.
La construcción del puente requirió una inversión aproximada de 200 millones de pesos. Con una altura de 4,5 metros, el puente fue diseñado para conmemorar los 450 años de Cartagena.
El adiós a la ‘Loma’ de Bazurto
A finales de octubre de 2013, comenzó la demolición de la icónica ‘Loma’ de Bazurto, un hecho que marcó el fin de una etapa en la historia de Cartagena. La noticia generó una amplia variedad de opiniones, tanto a favor como en contra, reflejando la importancia que el puente tuvo para la ciudad durante más de tres décadas.
El desmonte del puente respondió a la ejecución del tramo 5A de Transcaribe, una de las intervenciones más complejas de este ambicioso proyecto de infraestructura.
La demolición no solo tuvo un impacto directo en la movilidad de la ciudad, sino que también influyó en el comercio informal del lugar. Le recomendamos: Transcaribe probará la resistencia de la “loma” de Bazurto
La primera fase de la demolición comenzó en la calzada derecha, en dirección hacia el Centro, implementando un riguroso plan de manejo del tráfico para mitigar el impacto en el flujo vehicular.
Este paso fue fundamental para preparar la llegada de la nueva rotonda, que, con una inversión superior a los 17 mil millones de pesos, dio paso a una nueva configuración vial que perdura hasta el día de hoy.