En la madrugada de este miércoles 15 de enero, falleció a los 88 años el padre Luis Jesús Ortiz Valdiviezo, reconocido sacerdote jesuita que dedicó tres décadas de su vida al servicio espiritual en el Santuario de San Pedro Claver, en Cartagena.
Miembro de la misma comunidad del papa Francisco, el padre Ortiz se convirtió en consejero y confidente espiritual para miles de personas de la ciudad.

Lucho, como lo llamábamos cariñosamente, tuvo tres hermanas y tres hermanos ya fallecidos, entre ellos el padre Pedro Ortiz, también jesuita y reconocido profesor de Biblia. Luis compartía la misma edad que el papa Francisco, su compañero de comunidad.
La Compañía de Jesús.
El padre Luis era conocido por su constante disposición para atender a hombres y mujeres de diversas condiciones sociales, quienes lo buscaban para recibir consejo y consuelo en el jardín español del convento. En este mismo lugar, siglos atrás, vivió y murió Pedro Claver, conocido como “el esclavo de los esclavos”. Puede leer: “Iglesia de puertas abiertas”: el llamado del Papa Francisco a sacerdotes

“Lucho conocía como pocos el alma de Cartagena. Escuchaba con amor y paciencia a vecinos de barrios populares, trabajadores, mujeres de clase media, familias de abolengo, dirigentes, niños, sacerdotes y obispos. Tenía siempre una palabra oportuna y ofrecía el perdón en confesiones, transmitiendo consuelo y misericordia. Muchas familias lo recuerdan con gratitud, pues bautizó a miles de niños en el Templo de San Pedro Claver”, destacaron sus allegados.
La Compañía de Jesús invita a la comunidad a participar en las exequias del padre Luis Jesús Ortiz Valdiviezo, que se celebrarán este jueves 16 de enero a las 11:00 de la mañana en el Santuario de San Pedro Claver. El cuerpo será velado desde las 9:00 de la mañana en la Capilla del Cristo, ubicada en la esquina nororiental del Santuario, junto a la Muralla.
Formado en humanidades, filosofía y teología, el padre Luis también realizó estudios en Bélgica. Sin embargo, su honestidad lo llevó a reconocer que la teología europea no se ajustaba a las necesidades del pueblo, lo que lo motivó a regresar y dedicar su vida a las comunidades más vulnerables.
“Su experiencia con los Guayú, los campesinos del Magdalena Medio, del Valle del Cauca, y los habitantes de barrios populares en Cúcuta, Cali y Bucaramanga, le enseñó sabiduría, sentido común y coraje. Era un hombre profundamente conectado con las angustias y esperanzas de las personas sencillas”, señalaron sus compañeros jesuitas.
Recordado como un incansable seguidor de Jesucristo, el padre Luis buscó siempre la verdad a través de la teología, la filosofía, la crítica social y las ciencias naturales, aplicando este conocimiento a las enseñanzas que recibía de sus feligreses.