Hace justamente 24 años, el 10 de diciembre del año 2000, el mercado de Bazurto vivió el momento más crítico de su historia. Aquel lugar emblemático de acopio de Cartagena se enfrentaba a múltiples problemas, dentro de ellos, la falta de gestión en los cobros administrativos, inseguridad desbordada y un corte de energía eléctrica prolongado que afectó gravemente a comerciantes y compradores.

La Corporación Cordebaz, encargada de administrar el mercado en ese entonces, se encontró en el ojo del huracán tras la decisión del Distrito de liquidar su contrato. A su vez, Electrocosta, la empresa de energía eléctrica que operaba en aquel momento, había suspendido el servicio debido a una deuda acumulada que superaba los 600 millones de pesos. En ese contexto, Bazurto quedó sumido en la oscuridad y en un estado de vulnerabilidad extrema. Lea: ¿Qué pasará con Bazurto luego del traslado de los comerciantes?

Como consecuencia de lo antes mencionado, los comerciantes de entonces registraron que las ventas cayeron hasta un 50% debido a que la gente evitaba ir al mercado, temerosa de ser víctima de robos. Los hurtos eran tan comunes que se podían presenciar al menos diez casos diarios, según los testimonios.

Una escena recurrente en esos días resume el caos y fue publicada por El Universal en su edición del 10 de diciembre del 2000: “¡Allá va, agárrenlo que me robó la cadena!”, gritaba una mujer, mientras el ladrón escapaba entre los estrechos pasillos del mercado. Nadie intervino, y la víctima, resignada, abandonó el lugar. La Policía asignada al centro de acopio era insuficiente para hacer frente a la delincuencia.
Julio, un comerciante que entonces vendía yuca, plátano y legumbres, le dijo a El Universal: “Lo que hace falta aquí es autoridad para frenar los robos. Lo de la luz se arregla pagando, y la gente quiere hacerlo” . Sin embargo, el desorden administrativo y la falta de un liderazgo efectivo complicaron las soluciones.
La deuda millonaria a Electrocosta que dejó a Bazurto sin luz
Electrocosta planteó en su momento una solución: el mercado debía pagar una cuota inicial de 250 millones de pesos y saldar el resto de la deuda en un plazo corto. Quien era el gerente de Electrocosta en aquel entonces, Juan Carlos Díaz, aseguró en una entrevista a El Universal: “Una vez que se concretó el arreglo, firmamos un acta con la Alcaldía, Empresas Públicas en liquidación y la nueva administración de Bazurto para restablecer el servicio de energía”.

Por otra parte, José Miguel Char Chicre, encargado del mercado por el Distrito, inició gestiones para recaudar al menos 100 millones de pesos en una semana y así lograr el restablecimiento del servicio eléctrico. Ofreció incentivos, como un descuento del 15% a quienes pagaran la deuda completa, y advirtió:
No tendremos contemplaciones con los morosos; solo así podremos contratar una buena vigilancia y rescatar la imagen del mercado”.
Este episodio, aunque lejano, resuena como una lección sobre la importancia de la planificación y el manejo adecuado de los recursos públicos. Bazurto logró superar aquel oscuro capítulo, pero su historia recuerda los desafíos a través de los años en lugares emblemáticos de la ciudad. La resiliencia de sus comerciantes permitió que el mercado siguiera siendo un referente cultural y económico para Cartagena, incluso en los momentos más difíciles.


