El pasado 2 de noviembre el Distrito les anunció a los cartageneros que la polémica torre Aquarela, que estaba en cercanías del Castillo San Felipe, había sido desmontada y casi nada quedaba de ese lugar. Las labores siguieron desde entonces y hoy el predio está totalmente vacío. ¡De la torre de 25 pisos ya no queda ni la sombra!
Esto se logró luego que la administración del alcalde Dumek Turbay indicara que asumía los gastos del desmonte e iniciara la demolición a comienzos de año a través de un contrato con Edurbe, abriendo luego un proceso jurídico en busca de que los constructores respondan por estos recursos.
El Distrito argumentó que tomó la decisión porque la torre Aquarela ponía en riesgo el estatus de la ciudad como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, título que le fue otorgado por la Unesco hace 40 años. Lea también: Víctimas de Aquarela: arranca etapa de notificación para repararlas
Cabe señalar que tras varios procesos jurídicos en contra de los constructores, en busca de recuperar lo invertido en el desmonte ($11 mil millones) y resarcir a las familias afectadas que invirtieron en el proyecto habitacional fallido, los restos de Aquarela, como los hierros y los seis lotes en donde se construiría el proyecto (en Torices), quedaron en manos de un agente interventor (por un proceso de toma de posesión).
El agente interventor es Ángel Rodríguez Sánchez, quien reveló los pasos necesarios para continuar el proceso de reparación a las víctimas.
“Ya estamos en todo el tema de un estudio y levantamiento topográfico de demarcación, ya que, como todo el mundo sabe, en la toma de posesión nos entregaron una parte, pero como fue en Medellín, no nos dieron los lotes que están aquí en Cartagena. Esos terrenos que están aquí, hay dos a nombre de la Promotora y hay cuatro más que están a nombre de la fiducia”, señaló el agente interventor.
Rodríguez contó que de los cuatro lotes que están a nombre de la fiducia, el 10% hace parte de la constructora.
“En ese orden de ideas, vamos a hacer el levantamiento topográfico para poder demarcar hasta dónde está cada uno de los lotes que se encuentran a nombre de la promotora, para ver si eso ya se puede enajenar; pero con los que están a nombre de la fiducia o el encargo fiduciario Aquarela, tocará liquidar el patrimonio autónomo, que en este caso es Aquarela, y en ese orden de ideas que la fiducia le dé lo que le corresponde a la constructora y así poder enajenarlo para comenzar la reparación de víctimas”, dijo.
El agente interventor indicó que se encuentran en el proceso de avalúos, con el fin de iniciar la enajenación de los lotes que están a nombre de la constructora. Señaló que, una vez que se haya solicitado al patrimonio autónomo a la Alianza Fiduciaria la liquidación de la constructora, se procederá con dicha liquidación, ya que no existe encargo fiduciario. Lea también: Listos para vender los lotes con los que pagarán a afectados de Aquarela
En ese momento, cada uno de los involucrados, incluidos los socios y la promotora, tomará su parte, conforme a su participación. A través de este proceso y la venta de los lotes, se espera obtener el flujo de efectivo necesario para iniciar la reparación de las víctimas.
“Una vez que el patrimonio autónomo, ya solicitado a alianza fiduciaria, que haga la liquidación de la misma, ya que no hay encargo fiduciario, para cuando se haga la liquidación, cada uno tome su parte, en este caso los socios y la promotora, leen la participación para que por medio de esta y tratando de vender los lotes se pueda obtener el flujo de efectivo necesario para empezar la reparación de víctimas”, destacó Rodríguez Sánchez.
Sobre la demolición del edificio Aquarela
Al llegar a la Alcaldía, Dumek Turbay declaró que Aquarela tenía sus días contados y que para agosto de 2024 pasaría a la historia.
El mandatario cumplió con su palabra, aunque el desmonte, realizado por la empresa Atila piso a piso, terminó el 2 de noviembre de 2024, cuando la Alcaldía, la UNESCO y el Ministerio de las Culturas no solo izaron sus banderas sobre los escombros, sino que prometieron que resarcirían a las cientos de familias que invirtieron su dinero en el proyecto y que no lo han recibido de vuelta siete años después. Le puede interesar: Los procesos judiciales que siguen tras la demolición del edificio Aquarela
Con todo este asunto, los constructores insisten que obtuvieron una licencia para llevar adelante el proyecto y que, con todos los permisos que exige la ley, procedieron a erigir las torres.