En un evento trascendental para la resocialización, cinco mujeres privadas de la libertad (PPL) de la Cárcel Distrital de Mujeres de Cartagena se graduaron como bachilleres, demostrando que la educación es una herramienta clave para la transformación personal y social. Además, otras dos mujeres en libertad condicional recibieron su diploma, reflejando el impacto positivo de los programas educativos implementados en el centro penitenciario.
Este logro educativo no solo representa un avance académico, sino también un paso firme hacia la reintegración de estas mujeres a la sociedad. A través de una colaboración con el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), 27 mujeres recibieron certificaciones en cursos técnicos, 19 de ellas en la elaboración de productos químicos y 8 en manipulación de alimentos. Lea también: 7 internas de la cárcel presentaron las pruebas Icfes

Por su parte, Enrique Mercado, director de la Cárcel Distrital de Mujeres, destacó: “Este evento simboliza un ciclo de valor y esperanza, mostrando cómo la educación puede ser el motor de una sociedad más justa e inclusiva”. Con el apoyo del alcalde Dumek Turbay Paz, la primera dama Liliana Majana y el Secretario del Interior Bruno Hernández, la institución reafirma su compromiso de seguir brindando herramientas educativas que contribuyan a la construcción de un futuro más equitativo para las mujeres en el sistema penitenciario”. Le recomendamos: En fotos: así fue la visita real a la Cárcel de Mujeres en Cartagen

El impacto de estos programas educativos va más allá de las clases. Mujeres como Natalia*, una de las graduadas, son ejemplos vivos de resiliencia. A pesar de las dificultades, Natalia decidió retomar sus estudios y, en medio de sus temores, logró graduarse como bachiller. Su historia inspira a otras PPL a creer en su potencial y demuestra que nunca es tarde para empezar de nuevo.
Uno de los factores que más influyen en la reincidencia criminal es la falta de educación. Muchas de las mujeres privadas de la libertad no lograron culminar su educación básica antes de su encarcelamiento. Este proceso de formación no solo les permite superar barreras personales, sino también construir un futuro lejos del ciclo de la criminalidad.
*Nombre cambiado por petición de la persona.