El trabajo infantil es una problemática que sigue vigente en la ciudad. Así lo muestra un informe del Observatorio de Mercado Laboral de la Universidad de Cartagena, que detalló las distintas facetas que tiene este flagelo.
La más conocida es aquella en la que los niños, niñas y adolescentes salen de su hogar a realizar actividades en búsqueda en ingresos. En esta se identificaron 2 mil menores.
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Sin embargo, esta no es la única forma de trabajo infantil. Otra dimensión poco valorada es la de las labores domésticas no remuneradas, en la que los menores pasan más de 15 horas a la semana realizando actividades como barrer, trapear, lavar, entre otras. En esta categoría hay 7 mil menores.
De igual forma, está el trabajo infantil representado en las actividades de cuidado no remunerado, en las que los niños, niñas y adolescentes actúan como cuidadores de otros menores, de adultos mayores, o de personas enfermas o en situación de discapacidad. Aquí se identificaron mil afectados.
De esta manera, según el informe, el flagelo del trabajo infantil en Cartagena trastoca a 10 mil niños, niñas y adolescentes, lo que representa el 5% del total de la población entre 5 y 17 años de la ciudad, que para el cierre del año 2023 ascendió a 207 mil.
Dewin Pérez Fuentes, director del Observatorio de Mercado Laboral, advirtió sobre cómo afecta el trabajo infantil a los menores de edad.
“El trabajo infantil los priva de su infancia, su potencial y dignidad; vulnera sus derechos fundamentales y rompe con los mecanismos de protección a su salud física y mental, lo que tiene consecuencias tanto en el presente como en el futuro a mediano y largo plazo”, dijo.
De esta manera, resaltó la incidencia del trabajo infantil en aspectos como la deserción escolar y las tasas de informalidad y precariedad laboral.
¿A qué se debe el trabajo infantil?
Pérez Fuentes resalta que un factor determinante en el trabajo infantil, especialmente en el que se realiza fuera de casa, es la pobreza que hay en los hogares. Para el 2023, el Dane determinó que el 41,1% de la ciudad estaba en esta condición, lo que equivale a 388 mil personas que viven con ingresos mensuales inferiores a $473.838, apenas lo necesario para cubrir su alimentación y artículos de primera necesidad.
“La falta de recursos para acceder a los bienes y servicios básicos hace que en muchos casos las personas menores de edad se vean en la situación de buscar la manera de contribuir a la economía familiar”, indicó.
Por otro lado, aludiendo a las otras formas de trabajo infantil, dijo que tampoco debe descartarse la cultura arraigada en muchos hogares a que los menores deben trabajar, lo cual también está ligado a una mala percepción del sistema educativo.
“En hogares empobrecidos y con bajos niveles de formación, por los altos niveles de exclusión social que hay en el país, no alcanzan a dimensionar el papel que puede jugar la educación y los valores familiares en la formación de las mujeres y hombres del mañana”, afirmó.
De igual forma, más allá de este planteamiento, aseguró que también están de por medio las barreras de acceso al sistema educativo.
“Los niños, niñas y adolescentes que no logran acceder al sistema educativo tienen una mayor probabilidad de tener que trabajar. De hecho, hay una relación estrecha entre la deserción estudiantil y el trabajo infantil, pues los estudios indican que uno de los principales determinantes de la deserción es que los niños comienzan a trabajar y tienen que abandonar sus estudios”, puntualizó.
Lo que proponen
Desde el Observatorio de Mercado Laboral de la Universidad de Cartagena, hicieron algunas propuestas para erradicar el trabajo infantil y la primera de ellas, es reforzar la lucha contra la pobreza.
“El acceso a trabajos decentes es una herramienta clave contra la pobreza y el trabajo infantil. Pero mientras se da el acceso al empleo, es importante que los hogares más empobrecidos cuenten con una canasta básica de bienes y servicios con enfoque de género, que sea condicionada a la permanencia de los menores en el sistema escolar”, indicaron.
Como segunda medida, proponen una política para la prevención de la deserción escolar y mejorar la calidad de la educación en todos los niveles, con el fin de garantizar la permanencia. “Con esto estamos pensando en mejorar las expectativas que tienen los hogares más empobrecidos sobre el papel que juega la educación en transformar las realidades económicas y sociales”, aseguraron.
Por último, afirmaron que toda la sociedad debe comprometerse a erradicar el trabajo infantil y a entender las consecuencias que tiene para los menores. “La lucha contra este fenómeno debe ser un compromiso decidido de todos, no solo de los gobiernos. Todas las fuerzas deben aportar: gremios, empresarios, sindicatos, autoridades, entes de control y por supuesto la academia”, finalizaron.
Acciones del Distrito
Ante esta problemática, desde la Secretaría de Participación y Desarrollo Social informaron que en Cartagena existe un Comité Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil, del que hacen parte, además del Distrito, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la Policía de Infancia y Adolescencia, el Ministerio del Trabajo, Migración Colombia, la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), entre otras entidades.
Desde esta instancia se realizan actividades relacionadas a la prevención del trabajo infantil, tales como:
- Búsqueda activa de menores afectados por la problemática.
- Jornadas de sensibilización en sitios claves.
- Talleres de prevención de riesgos sociales en instituciones educativas.
- Jornadas de control.
Ruta de denuncia y atención
De igual forma, desde el Distrito indicaron que existe una ruta de denuncia y atención ante el trabajo infantil.
Cualquier ciudadano puede exponer un caso ante las Comisaría de Familia, la Policía de Infancia y Adolescencia, el ICBF o el Ministerio del Trabajo cuando se trate de casos en los que empresas están contratando menores.
Tras la denuncia, las entidades competentes se deben encargar del restablecimiento de los derechos de los niños, niñas y adolescentes a través de la apertura de un proceso administrativo.