Luz Marina Porto Hernández es hija de la ‘otra’ Cartagena. Creció entre Olaya Herrera y Nelson Mandela. Siempre fue una niña risueña, curiosa y servicial pese a las penurias y privaciones de su cotidianidad. Nunca dejaba de soñar y tenía una meta clara: prepararse académicamente para transformar su comunidad.
Cuando tenía ocho años disfrutaba ver un programa en la televisión que mostraba cómo un grupo de personas lograban transformar sus comunidades a través de acciones claras y estratégicas, un ejemplo que, con el paso de los días, Luz Marina quiso replicar en su entorno más cercano: su barrio. “Empecé a trabajar sobre esa idea. Recuerdo que le preguntaba a mi papá qué carrera podía estudiar que me permitiera cumplir ese propósito y él me orientaba”, cuenta.
Sus ganas de alcanzar ese objetivo le permitieron concentrarse en sus estudios, eligió la carrera de Trabajo Social y se presentó para obtener un cupo en la Universidad de Cartagena. “Fue muy chistoso ese momento porque no teníamos dinero para comprar el PIN de inscripción, que para ese entonces costaba 100 mil pesos. Mi papá y mi mamá se pusieron como locos a buscar la plata y un cobradiario fue quien nos hizo el favor. Me presenté en el examen y gané un cupo”, rememora.
Luz Marina -o Maryna, como la llaman sus familiares y amigos- culminó sus estudios de pregrado en 2017 y justo en ese momento vio la oportunidad para cumplir el deseo de su niña interior. Su primer empleo lo consiguió en una institución educativa en Nelson Mandela cuya población estudiantil batallaba todos los días con fenómenos sociales tan complejos que Maryna no pudo ignorar.
“Las condiciones en este colegio eran muy difíciles, nosotros buscábamos ayuda para los niños y las niñas, acudíamos a las entidades públicas y privadas para conseguir ayuda y responder a esas necesidades. Esta fue una oportunidad que me permitió no solo aprender sino llenarme de herramientas para trabajar en beneficio del sector La Primavera de Nelson Mandela, donde yo crecí”, expone.
Las condiciones en este colegio eran muy difíciles, nosotros buscábamos ayuda para los niños y las niñas, acudíamos a las entidades públicas y privadas para conseguir ayuda y responder a esas necesidades”.
Maryna Porto
En medio de este proyecto, a Maryna se le presentó una oportunidad laboral en Cali. En esta ciudad conoció a Yeison valencia, un líder comunitario oriundo de Quibdó (Chocó) -hoy su esposo- que lideraba una fundación en beneficio de niños y niñas en San Basilio de Palenque. “Yo le pregunté a Yeison cómo podía ayudarlo y cómo a su vez podía llevar esa oferta a Nelson Mandela. Y así empezamos a trabajar juntos, a conseguir apoyo de otras organizaciones, de amigos y conocidos. El proyecto apuntaba a resolver las necesidades básicas de estas poblaciones afrodescendientes tanto en Palenque como en Nelson Mandela. Hicimos un convenio con el Banco de Alimentos y ellos nos proporcionaban mercados a bajo costo y nosotros se los suministrábamos a sus familias”.
El trabajo con los niños y niñas fue tan desafiante y transformador que cada vez iba aumentando el número de beneficiarios. Para 2020 ya no era solo población infantil, sino mujeres y adultos mayores.
“Empezamos a trabajar con las mamitas de los niños y niñas porque identificamos que algunas eran víctimas de violencia doméstica, entonces les brindábamos talleres de autoestima, emprendimiento y desarrollo personal”, destacó.

Maryna Porto consolidó así su Fundación Tabalá Suetto, dos palabras en lengua palenquera que en español traducen “tambores de libertad”, una respuesta no solo a su sueño de niña, sino a su vocación de servir y transformar lo que le rodea.
La beca en EE. UU.
La directora de la Fundación Tabalá Suetto celebra por estos días otro logro significativo y crucial en su vida: ganó una Beca Fulbright para Comunidades Afrodescendientes para adelantar estudios de maestría y doctorado en los Estados Unidos.
“Este es un proceso que arrancó el año pasado, cuando una amiga me habló de la convocatoria. Yo le compartí a mi esposo sobre esta posibilidad y recibí su apoyo. Entonces me puse en la tarea de organizar todos los documentos que pedían y arranqué el proceso. Siempre he dicho que necesito aprender más para dar más, porque lo que aprendí en la universidad ya lo di (risas). Presenté mi propuesta, pasé la primera fase, luego tuve una entrevista en la que hablé de mi trabajo con las comunidades y finalmente en agosto de 2023 me llamaron para notificarme que había sido seleccionada para la beca”, recuerda emocionada.

La propuesta que presentó Maryna Porto y que la hizo merecedora de la beca consiste en crear nuevos modelos de intervención para el desarrollo de las comunidades afrodescendientes en Cartagena de Indias. “Uno de los objetivos de esta propuesta es establecer programas educativos y preventivos en contra de la discriminación y la negación de los derechos fundamentales establecidos en la Constitución Política de Colombia”, expone.
Luz Marina Porto adelanta su pre académico en la Universidad del Norte de Iowa (University of Northern Iowa) y en agosto se alista para empezar su maestría en Políticas Públicas en la Universidad de Missouri (University of Missouri).
Su nueva meta es traer estos nuevos conocimientos para ponerlos al servicio de Cartagena de Indias a través de políticas públicas que beneficien a la ciudadanía. ¡Maryna lo está logrando!