En las calles y barrios de Cartagena, tres deportes tradicionales se resisten a desaparecer, y por el contrario continúan manteniendo viva la esencia de la cultura deportiva heroica: la bola de media, la bola de caucho y el bate tapita.
Estos juegos, descendientes del béisbol, han sido transmitidos de generación en generación y se han consolidado como un pilar de la identidad de la ciudad.
José Cabrera, uno de los principales promotores del bate tapita en Cartagena, nos contó sobre su lucha por preservar estos deportes, especialmente el bate tapita.
“He jugado los tres deportes y es algo que llevo en el corazón. La tradición no debe morir, y hacemos todo lo posible para que las nuevas generaciones también los disfruten”, afirmó Cabrera, quien integra la Organización Deportiva Amigos Tapiteros, y este fin de semana organiza el Segundo Encuentro Región Caribe de Clubes Deportivos, en el barrio Chiquinquirá, que acogerá a cuatro equipos de esta ciudad y a cuatro de Sincelejo, Barranquilla y Montería.
El bate tapita
El bate tapita, posiblemente el más singular de estos deportes, utiliza una tapita y un bate hecho de escoba con especificaciones precisas. Se usan entre 20 y 30 tapitas por partido, y por lo general no se pierde ninguna.
“El bate mide 1,5 metros y se fabrica con la ayuda de un muchacho en el barrio Fredonia que conoce las medidas y el peso. Un partido de bate tapita puede durar entre 15 a 30 minutos y se juega con cuatro defensores y cinco o seis ofensivos”, explicó Cabrera.
En Cartagena se juegan torneos en barrios como Paseo Bolívar, San Isidro, Los Calamares, Nuevo Bosque, Chiquinquirá, Ceballos, Santa María, El Líbano, Boston, Amberes, Bruselas, El Prado, entre otros, aunque en algunos hace varios años no hacen torneos.
“La dinámica del juego es sencilla pero emocionante. El pitcher lanza la bola hacia el bateador y hay out si a este le atrapan la bola en el aire o si la bola cae en el chocho donde está el plato. Hay varias formas de coger un out y por lo general los partidos quedan muy apretados, 1-0, 2-1, y así, en la tapita se fabrican poquitas carreras, sobre todo porque se juega a un solo out por inning”, detalló Cabrera.
La bola de media
La bola de media es otro descendiente del béisbol. Los cartageneros de antaño afirman que últimamente se le ha impuesto otro nombre: bola de trapo, pero para Cabrera este nombre no debería modificarse ni confundirse porque la bola de trapo se juega con los pies como el fútbol y a lo largo de los años se ha practicado más en otras ciudades de la región, no en Cartagena. Aquí -explicó- el nombre original es bola de media, que se juega con una bola hecha de medias viejas, esparadrapo o cuerina, bateando con bates gruesos de guayacán.
“Antes usábamos bolitas de balín y medias para hacer las bolas, ahora se usa cuerina para cerrarlas y esparadrapo para endurecerlas. Este juego todavía se practica en Crespo, Getsemaní y otros barrios”, explica.
Se juega con equipos de seis personas y se sigue el formato de tres outs por inning.
“Un equipo a la defensiva tiene pitcher, catcher, primera base, segunda base, tercera base y shortstop. Antes aquí bateábamos con palos de guayacán o caña brava, y la bola era una pelota casera fabricada con medias rellenas y cosidas”, manifestó Cabrera.
La bola de caucho
Este deporte también es descendiente del béisbol, se juega con una pelota de caucho y se batea con el brazo, empuñando la mano. Los equipos se conforman de seis jugadores: pitcher, catcher, shortstop, y jugadores de primera, segunda y tercera base. Este deporte aún es popular en barrios como Fredonia, Ceballos, Blas de Lezo, San Francisco, entre otros. “Con la evolución, ahora se ha convertido en béisbol 5 internacional, pero mantenemos las raíces del juego original”, añade Cabrera.
En la dinámica del juego, el lanzador utiliza una bola de caucho y los jugadores empuñan la mano para golpearla. Las reglas son similares a las del béisbol tradicional, con ajustes para el juego en espacios más pequeños.