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Zully Salazar Fuentes, la lucha contra el cáncer de una mamá resiliente

La mujer que es reconocida por posicionar a Cartagena como destino turístico internacional enfrentó dos tipos de cáncer con una fuerza y fe desbordadas.

Zully Salazar Fuentes, la lucha contra el cáncer de una mamá resiliente

Zully Salazar Fuentes, una mamá resiliente. //Fotos: Diego Rosales- El Universal.

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Cuando fue diagnosticada con astrocitoma anaplásico (cáncer cerebral), Zully Salazar Fuentes pensó en sus hijos. La mujer que con su liderazgo y trabajo estratégico logró posicionar a Cartagena de Indias como un destino turístico internacional debía parar en medio de su apretada agenda para atender un asunto tan prioritario como esencial: su salud.

La administradora de empresas turísticas, que durante varios años estuvo al frente de la dirección de la Corporación Turismo Cartagena de Indias (Corpoturismo), enfrentaba la posibilidad tangible de su muerte, pero no temió. Se refugió en su fe y desde ese momento comenzó a transitar un proceso que hoy considera “uno de los más bonitos de su vida”. Lea: ¿Una esperanza contra el cáncer? Sustancia promueve una potente inmunidad

“Cuando me diagnosticaron con este tumor yo solo pensaba en mis hijos. Ellos estaban chiquitos para ese entonces y yo decía Dios mío, mis hijos todavía me necesitan. Eso es lo más duro del proceso, porque tú como mamá siempre piensas en tus hijos. Las madres somos protectoras y pensamos, ¿si yo no estoy, quién va a proteger a mis hijos? Obviamente los protegen mamita María y Dios, pero esos son los temores que tenemos y es lo más duro”, recuerda.

El tumor que yacía en su cerebro pronto ocupó toda la atención familiar. La mamá de Jorge Andrés, Juan Camilo y Diego Alejandro cumplía citas de control cada seis meses para monitorear aquel visitante indeseado mientras seguía trabajando por impulsar el turismo en el país. Un día cualquiera y tras sostener una conversación con un sacerdote cercano a la familia, Zully Salazar decidió someterse a cirugía tras corroborar que dicho tumor ya había crecido el doble.

“Entendí que ese era el mensaje que Dios me estaba enviando y por eso era urgente que me operara”, rememora.

El 3 de mayo de 2014 Zully entró a cirugía. En los días previos el temor la invadió. Incluso se reunió su esposo, Jorge Bustos, para entregar varias especificaciones si la cirugía se complicaba y ella no sobrevivía. “Le dije a mi esposo: yo quiero que me cremen, que todos mis órganos se puedan donar y que no haya resucitación, es decir, no quería vida artificial. Él me miró y me dijo que yo era una mujer de poca fe porque todo iba a salir bien, ya que Dios estaba con nosotros”, cuenta. Lea también: ‘Las cosas por contar’: mujeres al frente de un sueño colectivo

Tras superar un paro cardíaco durante el procedimiento, Zully despertó en una de las habitaciones de la Clínica del Country en Bogotá. Ese mismo día sus tres hijos la sorprendieron con su llegada al hospital. El amor inundaba aquella habitación hasta que ese instante de felicidad se vio interrumpido por la peor de las noticias: el tumor sí era canceroso. Zully miró a sus hijos y no expresó emoción alguna. Quiso protegerlos de la tristeza que la embargaba y solo le pidió a su hermana que la acompañara a caminar.

“Mis hijos tenían media hora de estar en la habitación y llegó el doctor con esta noticia. Recuerdo que le pedí a mi hermana que saliéramos a caminar porque tenía muchas ganas de gritar y cuando salimos, Juan Camilo se nos vino detrás, y recuerdo que fue tan duro ese momento porque él se acercó, me abrazó y empezamos a caminar por ese pasillo de la clínica mientras yo lloraba (...)”.

La mamá de tres afrontó tres meses de radioterapia intensiva y un año de quimioterapia. Las horas se le pasaban entre revisiones, tomografías y oraciones. Estas últimas se volvieron tan recurrentes como claves durante toda la batalla contra la enfermedad.

Zully Salazar Fuentes confirma que estuvo siempre acompañada por Dios. “Cuando me tomaba las pastillas que me recetaron, cuando me hacían las radioterapias, yo decía, Señor, estas pastillas las recibes, tú, estos rayos los recibes tú”.

Y así, esta mamá cartagenera encaró uno de los momentos más difíciles y cruciales de su vida: logró batallar y vencer un cáncer cerebral que avivó aún más su fe, fortaleció sus relaciones familiares y le permitió soltar muchos aspectos de su vida.

“Toda la vida fui perfeccionista y después de este momento empecé a soltar, porque pasa que todo lo manejamos desde el ego, desde el yo puedo, pero cuando tú empiezas a conocer el poder de Dios, tú sabes que eres solo un servidor y él es quien tiene el control”, reflexiona. Lea: En medio del cáncer, el amor prevaleció: la historia de Diego Guauque

Toda la vida fui perfeccionista y después de este momento empecé a soltar, porque pasa que todo lo manejamos desde el ego, desde el yo puedo, pero cuando tú empiezas a conocer el poder de Dios, tú sabes que eres solo un servidor”.

Zully Salazar Fuentes.

Dos años después de seguir celebrando la vida, Zully Salazar Fuentes visitó por segunda vez al quirófano (27 de marzo de 2017) para combatir un cáncer de mama. Otro capítulo de su vida en el que se sintió resguardada por el amor de Dios y el apoyo de su familia.

“Recuerdo que yo protesté cuando me entregaron el diagnóstico, ¿bueno, y esto qué significa?, ¿por qué yo?, ¿hasta cuándo? Y recuerdo que me monté en un taxi con los resultados en la mano. Y el conductor me preguntó si yo tenía celular, le dije que sí, y él me pidió poner una alabanza que representó otra respuesta de Dios en mi vida”.

Diez años después, la mujer de 53 años agradece estar sana y más viva. No escatima al hablar de la fuerza de su fe y del compromiso que ahora tiene como servidora de Dios para ayudar a otras personas. “Este es un proceso que remueve todo y que lo remueve para bien en la medida que nos vayamos por donde está la solución; primero Dios y los profesionales de la medicina, que son instrumentos de él para sanar”.

La Zully sobreviviente destaca que contó en medio de su batalla con un equipo maravilloso al que solo le expresa su gratitud: “Agradezco a la familia Bustos Salazar, la familia Salazar Fuentes, la familia Bustos Reyes, la familia Fuentes, a los doctores Pedro Penagos y Andrés Felipe Cardona. A Raimundo Angulo, Dionisio Vélez, Claudia Salazar, Andrea Blanco, el equipo de Oncología Fundación Santa Fe, José María del Castillo, mis amigas Neyda, Zulaima, Consuelo y Jaquelín; Mario Montero, Vilma Castillo, Magnolia Mendoza, el Padre Yamil y Alejandro Morato”.

Se considera una mamá consentidora, amiga de sus nueras, alcahueta cuando le toca y en la justa medida. Este Día de la Madre lo celebrara en familia, rodeada de sus cuatro hombres y, por supuesto, de la presencia incondicional de Dios en su vida.

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