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Cartagena

Luz y Karen: dos madres cartageneras a prueba de fuego

Luz Nelly Chico y Karen Margarita Maza desempeñan dos desafiantes roles: ser las primeras mujeres en el Cuerpo de Bomberos de Cartagena y ser mamás.

Luz y Karen: dos madres cartageneras a prueba de fuego

Luz Nelly Chico Hernández y Karen Margarita Pérez Maza. //Fotos: Cortesía

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Luz Nelly Chico Hernández y Karen Margarita Pérez Maza están haciendo historia en un oficio tradicionalmente dominado por hombres. Son las primeras mujeres que se encargan de apagar incendios y de prestar ayuda, rescate y protección durante accidentes o cualquier otro tipo de siniestro o emergencia en su natal Cartagena. Ellas son bomberas. Lea: Yeniree, una mujer que desafía los estereotipos con su lavadero de autos

Luz, de 39 años, es trabajadora social de profesión e ingresó al Cuerpo de Bomberos de Cartagena el primero de diciembre de 2017, en momentos en que pareciese no había la más mínima posibilidad de que una mujer hiciera parte de sus filas. Recuerda que tras asistir a una capacitación con una amiga le nació la inquietud por saber cada vez más sobre este organismo de socorro, pero no deseaba ser bombera hasta...

“Empecé a recorrer, conocer toda la estructura. Ya había ido a las estaciones de Bocagrande, El Bosque, y a principios de 2016 llegué a la estación de Santa Lucía, donde me recibió un teniente (prefirió omitir el nombre) y le expresé, “algún día espero estar aquí”. Con una sonrisa irónica, él hizo un comentario que cambió mi rumbo: “para que aquí entre una mujer tendrá que morirse un bombero y Cartagena tendrá que tener un alcalde marica”. Yo me le eché a reír y le dije, “me le presento, conózcame, yo voy a ser su primera mujer bombero”; él se me rio en la cara, yo me di media vuelta y en ese momento, por primera vez, dije, voy a ser bombero”.

Esa determinación la ratificó con un mensaje de Dios. Luz procedió a hacer el curso de bomberos y se empeñó por ganarse un puesto entre los oficiales de Cartagena. Fue así como logró lo que los estereotipos de género hacían ver como imposible.

“Cumplo la misma función que un hombre bombero, estoy en la línea de fuego, hago parte del primer respondiente de emergencia en las comunidades (...) Durante estos años mi lucha ha sido, primero, ondear las banderas de la mujer; segundo, enseñarles a ellos que aunque no seamos del mismo sexo podemos trabajar juntos”, contó la primera mujer bombera en Cartagena, agregando que “demostrarles que soy una mujer preparada para enfrentar ese cargo y cualquier cosa que me sea puesta ha sido la clave para que me miren con respeto y dignidad”.

Un sueño cumplido

Karen, a sus 37 años, es la segunda mujer en ingresar a Bomberos. Lo soñaba desde los 10 años, cuando vivió una temporada en el municipio de Soplaviento (Bolívar) y apreció de cerca la labor de los bomberos comunitarios. “Llegué a Cartagena, los seguí viendo y decía, algún día voy a ser bombera y le voy a poner el cuerpo y el alma”. Lea: Ella es Karen Pérez, la segunda mujer bombero en Cartagena

Lo intentó hace seis años y la puerta no se le abrió. Lo volvió a intentar con el cambio de Gobierno distrital y fue bienvenida. Está viviendo su sueño desde el pasado 17 de abril. Le pregunto si se siente en desventaja ante los 91 hombres que integran el organismo de socorro y responde con un contundente no.

“En la vida he tomado muchos riesgos y entendí que por mis hijos siempre tenía que sacar la fuerza para salir adelante. No me puedo sentir nunca en desventaja, ni permitir que me hagan sentir en desventaja por la ocupación que tenga siendo mujer, porque fui guarda de seguridad por muchos años, me tocó lidiar con muchos hombres y siempre me mantuve a la altura de que mis compañeros vieran que tenía la capacidad para hacer lo mismo que ellos”, explicó Karen.

En sus escasos días en Bomberos no ha experimentado actitudes machistas; por el contrario, se ha sentido muy bien acogida y apoyada por el sexo opuesto. “Somos bomberas de línea y si pasa algo, al igual que los hombres, tenemos que ponernos el uniforme y salir, salvar la integridad de las personas y, si me toca, tengo que arriesgarme, porque amo y respeto demasiado esta profesión”, resaltó. Lea: Joel Barrios se despide tras 28 años en el Cuerpo de Bomberos de Cartagena

Madre de una niña

En medio de la pandemia de covid-19, en el año 2020, Luz se enteró que estaba embarazada. Hoy agradece a Dios por la vida y el apoyo de su madre, Ada Hernández González, quien desde siempre la ha abrazado con incondicionalidad, ayudándola a cumplir el rol de mamá en la crianza de Abigail, de tres años.

“En muchas ocasiones me duele tener que dejar a mi hija para salir a trabajar, pero mis cargas han sido mucho más llevaderas porque tengo a mi mamá a mi lado. La figura materna que tiene mi hija en los momentos en que no estoy es ella. La ha acompañado cuando ha estado enferma, cuando se ha caído, cuando fue a su primer día de colegio; su primera palabra la dijo estando con mi mamá... Las madres que trabajamos nos perdemos muchos momentos con nuestros hijos, pero me llena de satisfacción saber que mi hija es criada por una gran mujer”, manifestó Luz.

Y se extendió en elogios hacia esa madre y abuela amorosa. “Mi mamá es una mujer trabajadora, emprendedora; dejó sus estudios y su gran sueño de ser abogada por criar cuatro hijos, entonces mi hija no puede tener mejor compañía. Las mujeres que trabajamos y tenemos madres que nos ayudan a cumplir ese rol somos afortunadas”.

Madre de sangre y de corazón

Karen no solo ha tenido que lidiar con varones en lo laboral. En casa tiene a cinco, de los cuales cuatro fueron gestados en su vientre. Luis Mario, de 23 años; Omar de Jesús, de 21; Juan David, de 19; y Jhon Kevin, de 17.

El otro varoncito a quien ella cuida como a un hijo, y sus hijos protegen como a un hermano, es Jeremi Antonio, quien nació con un soplo cardíaco y es asmático. “Es hijo de mi expareja. Lastimosamente ha recibido muchos golpes de la vida. Su abuela materna y su mamá murieron en 2018, su abuela paterna en 2020 y el año pasado su abuelo materno. Tiene nueve años y hace cuatro asumí el rol de ser su mamá. En el Bienestar Familiar figuro como su apoderada. Trato de cuidarlo al máximo, que no se me moje, estar pendiente de su medicamento y lo que necesite, si se enferma yo corro. Él me dice, Karen nosotros dos somos un equipo”, expresó.

Sobre por qué decidió acoger a Jeremi, quien asiste al colegio y a psicología con la ayuda de sus hermanos, contó que “crie cuatro varones sola, siendo madre y padre, ¿porqué no brindarle amor a un niño que lo necesita?”.

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