A las 7 de la mañana del 27 de abril de 1999 se oyó una explosión en Pueblo Nuevo, corregimiento del municipio de Santa Catalina (Bolívar). El espantoso estruendo era tan solo el primero de una seguidilla y un mal augurio para lo que se avecinaba.
Los habitantes salieron a las calles a ver qué había ocurrido. Percibieron un fuerte olor a azufre, pero la mayor de las sorpresas se la llevaron cuando alzaron las cabezas y miraron hacia el cerro, donde se encuentran los “oídos” del Volcán del Totumo. Fue entonces cuando comenzaron a ver el humo que emanaba del lugar.
Escudriñamos el baúl de los recuerdos porque hoy es “throwback thursday” (TBT), que en español traduce “jueves de regreso” o “jueves de antaño”. Este día es usado para hacer referencia a los acontecimientos de antaño y que muchos quieren revivir en sus redes. Lea también: Espalda recta y sin mirar abajo: así eran las clases de mecanografía del colegio
Hoy hablamos del Volcán del Totumo, que se encuentra en la zona rural del municipio de Santa Catalina (Bolívar), en la región Caribe de Colombia, cerca de la ciénaga del Totumo y en las proximidades del departamento del Atlántico. Los corregimientos de Loma Arena, Galerazamba y Pueblo Nuevo son las comunidades más cercanas a este fenómeno geológico.
Emerge como un intrigante fenómeno natural. Aunque de tamaño modesto, este cono volcánico ha estado activo y exhibe una belleza espectacular desde su formación hace unos 40.000 años. Sus erupciones han dado lugar a depósitos de lava negra ricos en valiosos minerales como hierro, cobre y oro.
Estos registros fotográficos son quizá los más antiguos que se conocen del Volcán del Totumo. Las fotos fueron tomadas durante una expedición científica liderada por el paleontólogo Léonce Joleaud en Santa Catalina, en 1926.


La erupción en el 99
Aquel 27 de abril de 1999, tras escuchar la primera explosión, algunos curiosos en Pueblo Nuevo no se lo pensaron dos veces para acercarse al cerro, ubicado cerca del volcán que conocemos hoy (actual destino turístico), una extensión que los habitantes bautizaron como “un oído del volcán”.
Cuando llegaron, efectivamente encontraron una área de unos 300 metros cuadrados llena de lodo. Cuentan nativos que el barro estaba caliente y la tierra retumbaba y había un olor penetrante a azufre. “Es mejor que nos vayamos porque esto va a volver a hacer erupción”, dijo uno de los seis nativos que llegaron al lugar. Entonces corrieron y, cuando terminaron de descender del cerro, se oyó la gran explosión. Lea también: Festival de Música del Caribe: fotos inolvidables de aquella época en Cartagena
Esta última fue la que arrojó una mayor cantidad de lodo que aumentó el área afectada a unos 500 metros cuadrados y luego otra parte del barro descendió por el arroyo hasta llegar a las playas.
Gran parte del terreno vecino se agrietó debido al impacto de la explosión. Esta situación causó pánico entre los habitantes y sostienen que este fue el motivo del deceso de un nativo que murió “del susto”. Al parecer, sufrió un paro cardiaco.
“Leopoldo Martínez, un hombre de 45 años, murió de un paro cardíaco por el susto que le produjo la erupción. Unas 57 familias del barrio Los Olivos fueron evacuadas porque el lodo llegó cerca de sus casas”, se publicó en la edición de El Universal del 28 de abril de 1999.

El evento no dejó pérdidas en cultivos, ya que la zona es árida. Los grupos de socorristas de la Cruz Roja, Cuerpo de Bomberos, Policía Nacional, los jefes de las oficinas de atención de desastres en Bolívar y Atlántico se hicieron presentes en la zona para hacer la evaluación del hecho.

Ese año los funcionarlos de Ingeominas llegaron al lugar para determinar los motivos del fenómeno y su magnitud.

Las precauciones en 2014
Para la comunidad de Loma Arena, en especial aquellos cuyo sustento dependía del Volcán del Totumo, abandonar ese sector había sido una experiencia dolorosa. Durante varias generaciones habían prosperado gracias al atractivo que representaba para los turistas la oportunidad de bañarse en lodo. No obstante, eran plenamente conscientes del riesgo que enfrentaban. Sin embargo, la idea de abandonar el lugar de inmediato no parecía ser una solución viable para muchos de ellos.
Se preguntaban qué sería de sus vidas si lo hicieran, ya que el volcán era su fuente de sustento principal. Para ellos, abandonar el área significaría evitar posibles muertes ante un desastre natural, pero también se enfrentarían a una situación peor si no se les proporcionaban alternativas para llevar comida a sus hogares. Lea también: Las Power y el Embrujo Verde, así eran las busetas antes de Transcaribe
En 2014, el ingeniero civil Mauricio Sánchez, en aquel entonces gerente de la Corporación Promotora de Turismo del municipio de Santa Catalina, explicó que desde el Servicio Geológico Colombiano (anteriormente Ingeominas) se había emitido una alerta sobre el riesgo de erupción de los volcanes de lodo del Totumo y Pueblo Nuevo. Se había advertido que estos eventos podían ocurrir en cualquier momento, especialmente considerando que ya había superado el promedio de 15 años entre erupciones de esa magnitud.
Las supuestas filtraciones de 2022$>
Hace diez años, varios ciudadanos dieron a conocer a través de las redes sociales la situación que se vivía en el lugar. A través de un video que se hizo viral en redes sociales, se observaba el volcán y una supuesta filtración de lodo.
“Mira, se sale el lodo. ¿Qué estará pasando?”, era lo que se escuchaba en el video, mientras que otros habitantes comentaban sobre el “peligro que están corriendo”, pues la supuesta filtración de lodo sería “cada vez mayor”. De hecho, la Alcaldía de Santa Catalina se pronunció sobre la situación ese año y señalaron que apenas notaron esa actividad inusual, cerraron el lugar y reportaron el hecho a las autoridades competentes. Lea también: Videos de una antigua película muestran cómo lucía el Centro hace 41 años
“Ayer el volcán del totumo tuvo actividad volcánica haciendo salir lodo en grandes cantidades, por eso ayer se cerró el ingreso de turistas para verificar dicha actividad. La dirección de Gestión del Riesgo de Desastres Municipales pudo constatar a simple vista actividad del volcán, haciendo que expulsara el lodo”, explicaron desde la administración local.
La situación actual$>
El Universal contactó a Gary Jaramillo, líder del corregimiento de Lomita Arena, quien a sus 48 años ha escuchado todo tipo de anécdotas de sus familiares, desde las más descabelladas, hasta las más aterrizadas.
“Mis abuelos me decían que es imposible que ese volcán tenga una erupción peligrosa. Cuenta la leyenda que unos científicos llegaron del exterior y cortaron la vena que podía causar las erupciones”, dice el hombre entre risas respecto al mito urbano. También me cuenta que desde que tiene uso de razón ese volcán existe. Sin embargo, lo que ocurrió en 1999 dejó una marca en algunos habitantes.
“Quedaron muchas personas afectadas. Actualmente ahí no se puede habitar. Muchas familias fueron desplazadas, emigraron a otros pueblos, y a otros les tocó buscar un lugar en otros lotes para volver a construir. Pero ahí donde ocurrió ese evento catastrófico, actualmente no hay nada, está prohibido construir cerca de ese cerro”, contó Jaramillo a este medio.
En cuanto al volcán, reconocido a nivel nacional e internacional, dice que ha sido de gran bendición para la comunidad, ya que gracias al turismo han podido explotar al máximo sus habilidades de emprendimiento y arte, ofreciendo platos típicos y vendiendo sus artesanías.

“Vienen bastantes turistas, a nivel nacional y internacional este volcán es bastante conocido. Ahora mismo la Gobernación está socializándonos un proyecto turístico que se viene. También se le ha hecho mantenimiento constante, porque las lluvias a veces dejan secuelas, por lo que se han requerido intervenciones. Desde acá hacemos lo posible por mejorar cada vez más la atención al turista, para que la gente nos siga visitando”, concluyó Jaramillo.
