La historia de Cartagena está marcada por una serie de eventos que han dejado una huella imborrable en las festividades de la Independencia. Uno de esos eventos trágicos fue el fatídico accidente que ocurrió un 13 de noviembre de 1923 en la calle San Agustín del Centro de la ciudad.
Ese día, un grupo de jóvenes cartageneros construyó una tanqueta de ‘guerra’ artesanal con la intención de lanzar buscapiés desde sus cañones. Sin embargo, un error en la ingeniería de la tanqueta llevó a una chispa a encender los artefactos, resultando en una explosión que cobró la vida de tres de los ocupantes: Hernando Román Del Castillo, Rafael Calvo Pasos e Isaac De La Cruz. Este trágico suceso tiñó de luto las coloridas Fiestas de la Independencia. Lea también: El mensaje detrás de las aldabas de animales en las casas del Centro de Cartagena
Escudriñamos el baúl de los recuerdos porque hoy es “throwback Thursday” (TBT), que en español se traduce como “jueves de regreso” o “jueves de antaño”. Hoy compartiremos dos fotografías. La Fototeca Histórica de Cartagena aún conserva algunas piezas de época, y compartió algunas a El Universal.
Lo que pasó en noviembre de 1923 no fue el primer hecho que interrumpió las festividades de Independencia. A lo largo de la historia, varios eventos, como la Guerra de los Mil Días en 1899, la gripe asiática en 1918, la muerte de Monseñor Pedro Adán Brioschi en 1943, la explosión en el Mercado de Getsemaní en 1965 y las fuertes lluvias en 2004 obligaron a suspenderlas.
El filósofo cartagenero Enrique Luis Muñoz Vélez, en su libro ‘Cartagena festiva’, explora estas festividades novembrinas y destaca el papel del buscapiés como símbolo de la insurgencia cartagenera ligada a la Independencia. Este artefacto pirotécnico se convirtió en un elemento emblemático de las celebraciones.
Eran tiempos en que las plazas de San Diego, Getsemaní y el Centro se llenaban de pólvora y grupos de jóvenes se lanzaban buscapiés como parte de las Fiestas. “En esa época había respeto. La agresión de la sociedad violenta es la agresión de las fiestas. En el año 70 en adelante comenzaron a aparecer los símbolos de la agresión festiva”, contó Muñoz en una entrevista pasada a El Universal.
Sin embargo, el uso del buscapiés no ha estado exento de peligros. Desde incidentes como el mortífero estallido del carrotanque en los años 20 hasta incendios en el Mercado de Bazurto en 2006 y tragedias individuales como la explosión en la casa de Sonia Herrera en 2012, el buscapiés ha sido asociado con peligros y desastres.
Foto 1
El “tanque blindado” donde murieron cuatro jóvenes de la ciudad, el 13 de noviembre de 1923 al estallar adentro mil doscientos buscapiés.

Foto 2
Foto de la época de la Calle de San Agustín, donde ocurrió la tragedia del tanque blindado, al fondo está la torres del Convento de San Agustín, más tarde transformada en la torre de la universidad.

A pesar de las prohibiciones legales y los riesgos evidentes, algunos aún defienden el buscapiés como parte integral de las festividades. Alberto Abello Vives, economista e investigador, plantea la necesidad de transformar esta tradición, buscando alternativas que preserven la diversión pero sin poner en peligro a la población. Lea también: Así fue el trágico final del prestigioso club que una vez existió en Cartagena
En última instancia, el buscapiés, con sus altibajos históricos y su papel ambivalente en las festividades, sigue siendo un símbolo arraigado en la identidad festiva de Cartagena, recordando tanto momentos de júbilo como de tragedia.