“Restituir es volver a vivir”, eso dice Giovani Yule, director de la Unidad de Restitución de Tierras (URT), entidad que estuvo la semana pasada en Cartagena brindando atención integral a más de 800 familias de los Montes de María que aún están a la espera de la restitución de sus predios.
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La jornada se realizó entre el 18 y el 21 de abril y contó con la presencia de entidades como el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Vivienda, el Banco Agrario, la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría.
El encuentro tuvo como propósito buscar soluciones para lograr la restitución de los territorios. Al respecto, Yule habló con El Universal sobre la estrategia de la URT para cumplirles a las familias.
¿Qué balance hace de la jornada realizada en Cartagena?
Nos reunimos con más de 800 víctimas despojadas de los Montes de María que ya tienen sentencias donde se ordena la restitución de tierras, pero el Estado aún no les ha cumplido. El balance de la jornada fue excelente, porque las familias volvieron a sembrar en sus corazones la esperanza de volver a sus territorios.
¿Cuánto tiempo tienen estas sentencias de haber sido proferidas?
Hay sentencias de seis, siete, ocho y hasta nueve años de haber sido proferidas. Muchos mayores y mayoras han muerto esperando que se les restituya su espacio de vida. Ahora son sus hijos los que están tratando de que el Gobierno les materialice ese derecho que tienen y allí es donde nosotros hemos venido a establecer un diálogo para mirar cómo en un plan de choque podemos darles cumplimiento.
¿En qué consiste este plan de choque?
Cuando llegamos al cargo, detectamos esta gran deuda que tiene la URT con los despojados. En ese sentido, organizamos un plan estratégico para llegar a todas las regiones, reunirnos con las víctimas y propiciar una ruta para darles cumplimiento a estas sentencias.
También hemos hecho jornadas en otras regiones del país y ya son 2.300 las víctimas que han sido enrutadas hacia la posibilidad de volver a sus tierras.
¿Cuál es el objetivo en los Montes de María?
Llegamos a Cartagena para atender la región de los Montes de María, que ha sido una de las zonas más golpeadas por el despojo. En esta zona, el paramilitarismo logró infundir el miedo y desplazar a la población. Incluso, después llegaron empresas a comprar tierras a precios muy bajos y las víctimas accedieron porque en ese entonces no tenían ninguna posibilidad de regresar.
En este sentido, se han proferido sentencias donde los jueces y magistrados han logrado demostrar que estas empresas actuaron de mala fe y se instalaron en el territorio para montar industrias y despojar a los campesinos.
Llegamos aquí para ver cómo le damos cumplimiento a estas sentencias. Estamos asumiendo este compromiso con mucha voluntad y estamos liderando un proceso para que con la fuerza organizativa de las comunidades, la rama judicial y el Gobierno, podamos curar estas heridas rápidamente, porque restituir es volver a vivir y posibilitarles a las víctimas su armonía cultural, espiritual, económica y familiar.
Vamos a seguir haciendo estos diálogos hasta que logremos el cumplimiento de esta deuda y así aportemos a la reparación, que es la que nos va a permitir la reconciliación y caminar por el sendero de la paz.
¿Cómo se articula esta labor con la reforma agraria?
Estamos contribuyendo enormemente porque estamos regresando los predios a sus legítimos dueños. Allí comienza la reforma agraria.
Si somos capaces de curar las heridas del conflicto y de la guerra, seremos capaces de avanzar hacia el perdón y la reconciliación.
Esto significa que no solo estamos haciendo el ejercicio de sanación sino que también estamos contribuyendo a que estas personas vuelvan a sus territorios a cultivar la tierra y consolidar sus proyectos de vida.
¿Cómo incentiva la URT el desarrollo de proyectos productivos?
La misma sentencia nos da la orden judicial de constituir los proyectos productivos y eso lo hacemos en coordinación con las familias. Inicialmente son de seguridad alimentaria, para garantizar la alimentación de las familias y de las comunidades.
También trabajamos en coordinación con otras entidades como la Agencia de Desarrollo Rural, el Ministerio de Agricultura, el Ministerio de Vivienda, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Salud y la Unidad de Víctimas para la reparación integral.
No se trata solo de restituirles el territorio sino que sus proyectos productivos se puedan consolidar.
¿Cuál es la meta que tiene la URT?
En regiones como Montes de María, Norte de Santander y parte del Urabá tenemos más 12 mil hectáreas que restituir. Tenemos 7.457 sentencias que dan 159.333 órdenes judiciales e involucran a 61 entidades nacionales, sin contar departamentales y municipales. También involucran a 18 empresas.
Eso significa que tenemos una gran tarea que desarrollar, por eso desde este medio quiero pedirles perdón a las víctimas que desde hace años tienen la sentencia y el Estado no les ha cumplido.
Ahora estamos haciendo este plan de choque para ver cómo podemos sanar esas heridas. Nos corresponde a nosotros saldar esta deuda y avanzar en la restitución.