Continúa la demolición de Aquarela; sin embargo, los trabajos, que empezaron el pasado 22 de marzo, despertaron en los últimos días cuestionamientos por parte de Promotora Calle 47, constructora del edificio.
Promotora Calle 47 dio a conocer que “han recibido quejas de vecinos de Torices que están cercanos al edificio, por la forma ‘desastrosa’ como se está llevando a cabo la demolición y que se aparta de la promesa hecha por el alcalde Dumek Turbay, de que la demolición se haría adoptando todas las medidas de seguridad social y medioambiental”. La constructora también agregó que el proceso se está llevando a cabo con “altos riesgos sociales y ambientales”.
Según la constructora, residentes han reportado varios problemas, incluyendo “contaminación sonora, las vibraciones son más altas de lo previsto, también hay una alta exposición al polvo, la proyección de partículas en el ambiente es constante”, lo que ha llevado a múltiples quejas. Lea aquí: Constructora de Aquarela denuncia a inspectora por demolición
El Distrito, a través de Edurbe, ha respondido a estas quejas argumentando que, como cualquier obra civil de gran magnitud, especialmente una demolición de esta escala, es inevitable cierto nivel de polvo y escombros. “Obviamente habrá cierto polvo que los fuertes vientos del sector lleven a algunas propiedades cercanas, pero esto no es algo constante o frecuente”. Además, aseguraron que la situación fue debidamente “socializada en todas las actas de vecindad, en conversaciones con la comunidad del área de influencia y con la opinión local, nacional e internacional”.
“En cuanto al manejo de escombros, no tenemos quejas de vecinos a los que algún elemento les haya afectado o dañado su propiedad”, señaló Edurbe.
Adicionalmente, se ha confirmado que se están realizando ajustes para fortalecer los cerramientos del edificio, especialmente en zonas bajas, para minimizar el impacto de los escombros fuera de la zona de trabajo, dada la incidencia de fuertes vientos que pueden deteriorar estas protecciones con facilidad. Lea también: “Si el Distrito demuele por una sentencia, que la cumpla completa”: Aquarela
La empresa Atila, a cargo de la demolición, ha implementado un robusto Plan de Acción Socio Ambiental y de Seguridad y Salud del Trabajo para “prevenir, reducir, controlar y mitigar de manera oportuna y eficiente los potenciales impactos negativos y potencializar los impactos positivos de la obra en su área de influencia”, cumpliendo con la normatividad ambiental vigente.
Finalmente, Edurbe, la empresa involucrada, planea un manejo innovador de los escombros para “aprovechamiento económico y social en barreras costeras, empresas que puedan aprovechar este material u otras acciones en beneficio de la comunidad”.