Ya está dicho. Emprender no es tarea fácil. El temor al fracaso o a sortear los tropiezos que se presentan durante el proceso puede ser agotador y en muchas ocasiones una razón para abandonar el proyecto o la idea de negocio. Lo cierto es que si apuestas por ejecutar una idea de manera efectiva tarde o temprano tu trabajo será recompensado. Lea: Macondia redefine la moda con un tejido de cambio
Así nació Kiki Latam, un emprendimiento que ofrece servicios de distribución y logística, liderado por los cartageneros Beatriz Dager, Katyna Dager y Camilo Marrugo. Su plataforma tecnológica ya simplifica la logística de distribución y el procesamiento de pedidos a numerosos clientes nacionales e internacionales, logrando fundar sedes en México y en Perú.
Estos emprendedores costeños todavía recuerdan con emoción aquella tarde de febrero de 2021 en la que idearon esta startup que los desvela y apasiona. “Hace tres años mi hermana y yo trabajamos en la empresa familiar que precisamente se dedica a la mensajería a nivel nacional. Era todavía plena época de pandemia y estábamos tratando de meterle la tecnología a esa compañía. Entonces llamamos a Camilo por su experiencia en tecnología, pero las cosas no se dieron”, relata Katyna, quien es profesional en ingeniería industrial.
Con la idea de negocio clara y una necesidad latente que identificaron en el mercado, este trío decidió avanzar de manera independiente y se toparon con una empresa que estaba a punto de cerrar pero que contaba con la plataforma tecnológica que ellos requerían. “Nos sentamos entonces con los dueños de esta empresa que estaba cerrando y que estaba vendiendo su plataforma, pero tras varias propuestas y reuniones ellos finalmente desaparecieron”, recuerda.
Este segundo gran tropiezo les causó una tristeza y frustración que los tres vivieron y superaron como se hace con una tusa, fue literal como la pérdida de “un gran amor”. “Fue una tusa tremenda porque nuestro modelo de negocio era innovador para el sector logístico y esta otra empresa se fue así de la nada, era como si el novio que te robó el corazón te dejara”, agregó Beatriz. Lea: Priscilla Gómez, la costeña que brilló en el Royal Opera House
En medio de la frustración, Camilo Marrugo, experto en desarrollo de negocios en la industria de tecnología, les propuso a las hermanas Dager seguir adelante con la idea de negocio.
Con un potencial cliente en “lista de espera” y la ayuda de un aventajado programador de Turbaco se lanzaron a la aventura. “En ese momento teníamos la idea de negocio, el cliente nos estaba esperando y solo nos faltaba el nombre”, recuerda Camilo.
Y el nombre de su emprendimiento también llegó de forma inesperada. “Queríamos un nombre corto, atractivo, de fácil recordación. Entonces recuerdo que Beatriz empezó a cantar la canción de Drake ‘In My Feelings’ que dice Kiki, do you love me? Are you riding? y ahí todos nos quedamos mirando. Entonces Katyna escribe en Google la palabra ‘kiki’ y nos aparece la caricatura de una brujita de 1986 de una película de animación japonesa llamada ‘Kiki: entregas a domicilio’ y sentimos que el universo se había alineado y encontramos el nombre”, cuenta Camilo.
A mediados de 2021, en abril, el trío cartagenero ya había conquistado a su primer cliente. “El primer cliente nos toca la puerta con una necesidad puntual tecnológica. Era un nicho de negocio bastante desatendido, así que presentamos nuestra propuesta y nos las aceptaron y arrancamos operando en Excel”, rememora Katyna.
Pero el desafío no ha sido fácil. Apostar por la gestión y el proceso de pedidos de forma eficiente es una tarea tan compleja como demandante, por eso estos emprendedores costeños han hecho equipo de la mano de talento local proactivo y con ganas de seguir conquistando más países.
“La mayoría de nuestros clientes están en Europa y Estados Unidos. Lo que nosotros hacemos es facilitar que su venta sea mucho más eficiente y rápida hacia Latinoamérica. Es decir, les ofrecemos la oportunidad de entrar en estos países y nuestra meta es seguir creciendo y fundar más sedes en muchos más países”, sostiene Katyna. Lea también: 5 consejos para iniciar un emprendimiento digital
Con la mentalidad del crecimiento
El sueño de estos emprendedores es consolidar una empresa donde prime el talento costeño y que puedan a su vez aplicar el “growth mindset” o mentalidad del crecimiento.
“Apostamos por el talento local. Brindamos la oportunidad de que cada uno de los trabajadores se desarrolle tanto profesional como personalmente. Tenemos empleados que no tenían un pasaporte y hoy lo tienen. Y nuestra meta es seguir apostando por el talento cartagenero”, expone Beatriz, directora financiera de Kiki.
Camilo destaca que son muchas las familias que son impactadas a través de su emprendimiento y reconoce que apostar por el talento humano es clave para aumentar la productividad de las personas.
“Con el talento local nos ha ido muy bien. El director tecnológico, Arnold Torres, es un arjonero que vivió mucho tiempo en Venezuela trabajando para la banca privada. Es un bárbaro. Tenemos a Evelyn Bueno, cartagenera, que arrancó con tareas muy específicas y hoy es la directora de recursos humanos a nivel global”.
Beatriz, Katyna y Camilo quieren inspirar y apoyar a los nuevos talentos, ser facilitadores de nuevas ideas de crecimiento y ofrecer sus servicios para contribuir al desarrollo de Cartagena de Indias, una ciudad que conciben como una cuna de talentos extraordinarios.