En el 2018 estalló un escándalo en Cartagena, protagonizado por un hombre que decía ser español, pero que era alemán. ‘El Alemán’ fue denunciado por el delito de estafa, entre otros. Para ese año, el europeo tenía procesos en la Fiscalía relacionados con media década de “jugaditas”. Lea: Más denuncias por presunta estafa de hipoteca a casas
El presunto modus operandi consistía en, supuestamente, estafar incautos a través de falsas promesas de hipotecas inmobiliarias. Personas urgidas de un préstamo, para cubrir una necesidad o invertir en algo que les iba a cambiar la vida, eran presuntas víctimas del hombre, quien, supuestamente, convencía a la gente, tras visitar y tasar cuánto costaban sus propiedades, para hipotecárselas; sin embargo, lo que hacían era firmar pactos de compraventa con retroventa.
Luego, era común que el alemán desapareciera por un tiempo. Posteriormente, el quid de la estafa era que a los supuestos dueños de las propiedades les daban la mitad o menos de lo que costaban estas, o sea el “préstamo”, y luego les cobraban intereses exagerados, se levantaban procesos judiciales en su contra y les quitaban sus casas por menos de la mitad del valor del mercado. Las personas, bajo el aire acondicionado, ese manto “legal” de una notaría X, firmaban contratos de arrendamiento en blanco, un pagaré y las escrituras de la casa.
“Muchas veces rogaban por sus casas, por arreglos económicos en procura de no perder sus bienes, pero de manera inmisericorde eran sacados de sus hogares, bajo la mirada ineficaz e injusta y el olvido del aparato judicial”, contó un abogado consultado para este reportaje.
Las supuestas víctimas lo entregaban todo luego de ser enredadas por distintas figuras jurídicas. Nada de hipotecas, sino ventas puras y duras que ignoraban. Cuando los estafados desesperados lo atosigaban con su clamor, los denunciaban por perturbación a la propiedad y los mandaba a desocupar lo que semanas antes era suyo.
Así lo hacían: Lea: Más denuncias por presunta estafa de hipoteca a casas
En este caso fueron claves distintas personas que fueron denunciadas ante la Fiscalía. A continuación, cinco testigos que serán el puente para lo que presuntamente está pasando actualmente con David Vargas González y Natalia Muñoz Perea, un matrimonio que está denunciado ante las autoridades. Pero ya habrá tiempo para hablar de ellos.
Entre los denunciados en 2018 están Hugo Girón, Gonzalo Girón y Carlos Girón. Carlos trabajaba en ese momento de la Notaría 1 de Cartagena y el otro par en la Notaría 7. Según las denuncias, estos familiares atendían a los potenciales estafados y tiraban su atarraya leguleya por medio de papeleos y términos rimbombantes. Hoy, ni Gonzalo ni Carlos tienen antecedentes penales.
Otros en la lista de denunciados ante la Fiscalía en esa época fueron los esposos David Vargas y Claudia González Girón, padres del hoy denunciado penalmente David Alfonso Vargas González y su esposa Natalia Andrea Muñoz Perea, quienes registran varias denuncias por los delitos de estafa agravada, fraude procesal, entre otras conductas presuntamente punibles.
La conexión con 2023
Cuando el imperio del alemán fue perdiendo aceite, otras personas habrían proseguido según las denuncias, en la aplicación de un modus operandi que conocían bien y que necesita de roles fundamentales en notarías y en oficinas públicas.
“Trabajan en contubernio con varias notarías y manejan temas jurídicos y la jerga de los abogados mucho mejor que los que sí se gradúan de derecho”, contó un abogado de los múltiples denunciantes de haber sido estafados en el 2023.
David y Natalia, conocidos en algunos barrios como ‘Pastor Totto’ y ‘Pastora Natalia’, tuvieron por mucho tiempo una iglesia cristiana llamada Centro de Alabanza Oasis Cartagena, en el sector La Castellana; luego la movieron. Según los denunciantes, les servía de probeta para, al parecer, captar víctimas.

Natalia Muñoz Perea, quien defiende su inocencia ante cualquier delito que se radique en las denuncias, aseguró que ella y su esposo tienen una férrea línea que separa sus negocios de la religión.
“Los negocios de nosotros son totalmente diferentes a nuestra labor social y espiritual, es sin ánimo de lucro, y no tiene nada que ver con nuestras actividades personales”, expuso.
Por otro lado, un denunciante precisó: “David y Natalia, quienes se identifican como abogados, pero que, según investigaciones, no ostentan este título, también son conocidos como empresarios de finca raíz y como jóvenes pastores y profetas que instrumentalizaban su manto pastoral y religioso para disipar cualquier tipo de dudas o sospechas de las estafas perpetuadas, persuadiendo a sus víctimas en la búsqueda de más inversores que entraran al negocio inmobiliario y de hipotecas manejado por esta familia”.
A propósito de las dudas sobre sus perfiles profesionales, Natalia Muñoz indicó: “Nosotros terminamos académicamente y nos falta para grado trabajar como judicantes. Trabajamos con una firma de abogados donde gestionamos procesos jurídicos, pero no firmamos”.
Otro abogado de un denunciante aportó más contexto: Claudia, madre de David y suegra de Natalia, trabajó también con el alemán. El alemán las hipotecaba, supuestamente entregaba parte del dinero antes de celebrar el negocio, luego, presuntamente, enredaba con figuras jurídicas para convencer a las víctimas de firmar todo tipo de documentos, les decían que el resto del dinero se los daban cuando saliera la anotación en la Oficina de Instrumentos Públicos y al final terminaban quedándose con todo.
Y resaltó: “Esa fue la escuela que estos señores tuvieron, cuando se independizaron ya sabían cómo se manejaba la vuelta y, además, amasaron un robusto capital para hacer negocios de forma independiente”.
Presuntos vínculos con los Quiroz y con Manolo Duque
Hace once párrafos se mencionó a los primos Girón, Hugo, Carlos y Gonzalo. Ellos son familiares de Claudia González. Según investigaciones de los abogados, de las partes presuntamente afectadas, esta familia desde hace años acaudaló un importante poder político y social en Cartagena.
Ellos aseguran que su culmen lo alcanzaron en la administración de Manolo Duque, pues son cercanos a José Julián Vázquez, primo del exalcalde y el “gran cerebro” detrás de su campaña y luego “mandamás” en los despachos del Palacio de La Aduana.
Muchos recuerdan su poder oscuro y rol clave en el, aún sin juicio ni condenas, entramado de corrupción para elegir a Nubia Fontalvo como contralora de Cartagena, con el presunto contubernio de varios concejales fanáticos a la lectura. Recuerde: El escándalo de corrupción que sacudió al Concejo de Cartagena
En la misma época de Manolo se cae el edificio Blas de Lezo II, mueren 22 personas y se destapa la maraña inmobiliaria del Clan Quiroz, en el que Hugo Girón, según los abogados, fue uno de los presuntos cerebros de la rifa de licitaciones de construcciones falsas que hicieron ricos a los Quiroz. Eso fue en el 2017.

“Esta familia termina siendo -presuntamente- testaferra de los Quiroz. A juicio de nosotros, y además de las familiaridades, tienen vínculos con esta gente de los Quiroz, según las investigaciones que hemos realizado. Hay una relación entre estos estafadores y el grupo político de Manolo, son cercanos a estos”, expuso uno de los juristas denunciantes.
Bajo la lógica de las denuncias, a la familia protagonista de este reportaje esto le habría dado un posible acceso privilegiado a la administración, contactos en la Oficina de Instrumentos Públicos y en varias notarías.
“Todos ellos tienen investigaciones desde hace años y nunca ha pasado nada, tienen un manejo también en la Rama Judicial”, subrayó otro denunciante consultado.
*Espere mañana la segunda parte de este reportaje, en el que leerá los nuevos componentes de este caso y las denuncias recientes que hoy hacen que la Fiscalía investigue el presunto entramado. Además, conocerá lo que esperan los denunciantes y más detalles sobre la postura de Natalia Muñoz Perea.