Los casos de leptospirosis en el Corralito de Piedra han encendido las alarmas, pues hasta la semana epidemiológica 44 del presente año se habían reportado 255, cifra que duplica los casos registrados en el mismo periodo del 2022 (113). Lea: Temor en Cartagena por aumento alarmante de casos de leptospirosis
Esta situación mantiene con mucha preocupación a las autoridades sanitarias de la ciudad y a la ciudadanía en general, especialmente tras la reciente muerte de un menor en la Casa del Niño debido a un caso sospechoso de esta enfermedad. El adolescente que murió tenía 17 años. También le puede interesar: Investigan muerte de menor de edad por presunta leptospirosis en Cartagena
De hecho, Hernando Pinzón, director científico del Hospital Infantil Napoleón Franco Pareja (Casa del Niño), informó que la leptospirosis es un problema recurrente.
“En nuestra ciudad las lluvias empiezan en abril y terminan en noviembre. En ese periodo aumentan los casos de esta enfermedad, al igual que los casos de dengue. Cuando entra la etapa seca del año, estos disminuyen porque la leptospiras vive en los tubos renales de las ratas; estas se infectan, pero no se mueren. La leptospiras permanece en el suelo, y cuando empiezan las lluvias se multiplica. La leptospiras entra a la piel; cuando nos infectados, alrededor del 85% de los casos son leves”, dijo.
A los casos graves se les conoce como síndrome de Weil, que tiene una afectación renal, hepática, con sangrado y algunos niños fallecen.
Los casos leves son similares al dengue, pues los pacientes presentan fiebre, cefalea, entre otros síntomas. “A medida que pasan los días la reacción inflamatoria puede volverse más intensa hasta llegar al síndrome de Weil. El problema es que la leptospirosis con síntomas leves se confunde con dengue, influenzas y una cantidad de patologías; por eso pasan los días y el cuadro clínico empieza a afectar múltiples órganos. La mortalidad es directamente proporcional a la demora de la gente para acudir a los centros de urgencias”, agregó.
Contó que el tratamiento es complejo, pues hay que hacer procedimientos dialíticos: “Hay situaciones muy complejas cuando se afecta gravemente la función renal. El paciente se pone muy amarillo y las plaquetas disminuyen. Empiezan a sangrar y hay un shock en el paciente y muere”.
Pinzón indicó que entre septiembre, octubre y noviembre se tienen casi 137 casos atendidos en la Casa del Niño.
“Algunos de esos son confirmados y otros son sospechosos, pero el cuadro clínico es muy sugestivo y muchos de esos pacientes que son sospechosos terminan siendo confirmados”, agregó.
“Apenas la temporada de lluvias arrecia, aumenta el número de casos. Es alarmante la cantidad de basuras que hay en Cartagena. Nunca había visto a la ciudad tan sucia: canales tapados y las ratas se alimentan de los desechos alimentarios que hay en esas bolsas. Si creemos que esta enfermedad se soluciona en los hospitales, pues no es así, ya que parte del problema tiene que ser intervenido entre la secretaría de salud, los hospitales y el gobierno a través de la recolección de basuras, educación y campañas ciudadanas”, indicó.
Y continuó: “A principios de noviembre, cuando empezaron las inundaciones, decíamos que en una o tres semanas se iban a producir casos de esta enfermedad. Cada vez que hay brotes de leptospirosis vamos a tener muertes porque muchos de estos niños tienen una reacción inflamatoria severa que, hagamos lo que hagamos, se van a morir. Aquí en la Casa del Niño se han confirmado dos fallecimientos (de jóvenes)”.

Alertas tempranas$>
Pinzón recomienda que los niños con síntomas febriles, con dolor en los músculos y dolor de cabeza sean llevados a consulta médica. Deben evitar la confusión de que es una virosis, pues puede ser un caso de leptospirosis grave o dengue grave.
Los médicos en las clínicas deben estar alerta para reconocer estos casos y las instituciones deben hacer campañas de educación para que estos tengan presente ese diagnóstico.
En cuanto a la salud pública en la ciudad, las autoridades locales deben trabajar de la mano para educar a la población cartagenera, para que los padres de familia tengan presente que los niños que se bañan en los aguaceros, en caños o canales, pueden enfermarse.
“En años anteriores hemos tenido cifras similares, pero llama la atención que el mayor número de casos se presentaron en noviembre”, indicó.