Cundido de grandes y repulsivas garrapatas en sus orejas, cabeza, tronco y patas, e incluso alrededor de sus ojos color miel, como simulando lágrimas, deambulaba un perro llamado Ares por las calles del barrio San Fernando de Cartagena. Tenía esos bichos adheridos al 80 % de su cuerpo y le trasmitieron hemopárasitos, cuya peligrosidad radica en que atacan directamente algunos componentes de la sangre (leucocitos, glóbulos rojos o plaquetas) y producen infecciones que pueden ser graves.
Llegó a estar en peligro de muerte por anemia, cuyos síntomas más comunes en perros son falta de apetito, debilidad, depresión, pocas ganas de moverse, encías y lengua de color rosa o blanquecino, taquicardia, dificultad para respirar y coloración amarilla en los ojos. Su mirada permanecía perdida y triste; quizás ya se había resignado a fallecer en cualquier momento, pero Juan Carlos Montenegro Vanegas, un enfermero veterinario dispuesto a rehabilitar perros y gatos vulnerables, acudió a su rescate a tiempo, regalándole otra oportunidad de vida, y hoy no queda ni rastro de aquel canino moribundo. Lea: La mujer que rescata a perritos callejeros en Cartagena
Como él o seguramente en peores condiciones, “allá fuera hay tantos ‘peluditos’ de fauna callejera que necesitan de nosotros; quizás en estos momentos exista alguno herido en un andén esperando un milagro. Tú y yo somos ese puente, ese canal, esa conexión, ese intermediario entre el necesitado y el milagro”, expresa Montenegro, representante legal y director general de la Fundación Peluditos Colombia, quien con ayuda de terceros e incluso endeudándose está aportando al bienestar y a la protección de los animales que residen en las calles de Cartagena.
Asfaltadas o empedradas, estas calles arden ante los embates de las olas de calor o se humedecen ante la caída de gotas de lluvia. Y, ¿quiénes se compadecen de estos ‘peluditos’ indefensos?, ¿quiénes sienten tristeza por verlos padecer, al punto de actuar para aliviar su sufrimiento? Lea: ¿Cómo le va a Cartagena en protección y bienestar animal?
Juan Carlos no es indiferente ante estas situaciones y, por ello, desde su fundación emprendió la iniciativa de construir casitas para mascotas con pendones reciclados de la reciente contienda política, estibas de maderas y/o tubos de PVC. Peluditos Colombia, que tiene más de 31 mil seguidores en la red social Facebook, ha recibido ya la donación de 500 pendones y 50 estibas industriales grandes, materiales con los que en los próximos días se pondrá manos a la obra.
“Quiero entregarles a los perritos una casita, un refugio, una protección para su integridad física, quiero que se sientan seguros. Aspiro además a que la comunidad, al ver que yo ponga las casitas, se motive a llevarles agua, comida, de modo que juntos contribuyamos a que sean un lugar estable, donde el perrito supla sus necesidades”, manifiesta el cartagenero de 32 años, quien además es farmacéutico.
Agrega que será su primera vez construyendo casitas para mascotas y, dependiendo de qué tan difícil le resulte y de cuánto tiempo se demore, determinará si continúa haciéndolo. De momento, aspira a ubicar estas estructuras en los sectores El Zapatero, El Pozón, Chambacú, Blas de Lezo, La Central, Los Caracoles, La Esperanza, Zaragocilla, Villa Estrella y El Rubí, donde ha identificado animales necesitados de un refugio.
Él no se los lleva consigo porque -hasta el momento- su fundación no cuenta con albergues. Es en hogares de paso (su casa en Blas de Lezo o la de un compañero en Escallón Villa) donde brinda los primeros auxilios a los animales que rescata, para luego llevarlos a clínicas veterinarias para los servicios de hospitalización, exámenes y demás que se requieran. Esos traslados los hace en su moto o en un vehículo al que le paga por sus servicios. Todo por esa pasión de servir a los animales que le inculcó su padre.
Como Juan Carlos, autoridades ambientales, policivas, distritales, empresas privadas, fundaciones, ciudadanos del común, entre otros, han evidenciado que ponen su grano de arena a la problemática, pero no es suficiente ni es lo justo. La fauna doméstica callejera continúa en aumento y a la deriva. Lea: Avanza la política pública de protección y bienestar animal de Cartagena
Una acción ignorada
Para atender la sobrepoblación de perros y gatos en condición de calle, los ciudadanos Juan Carlos Cárcamo y Alberto Marín pidieron la construcción de un Centro de Bienestar Animal en Cartagena a través de una acción popular. En un fallo de primera instancia de septiembre de 2017, el Juzgado Sexto Administrativo de Cartagena ordenó al Distrito realizar un censo para estos animales e iniciar y culminar -en un plazo de ocho meses- la creación del mencionado centro o un coso distrital que permitiera la recolección de los animales sueltos en vías públicas y zonas de espacio público, con el fin de brindarles protección.
En un fallo de segunda instancia, en agosto de 2019, el Tribunal Administrativo de Bolívar confirmó tales medidas cautelares. Lea: El fallo que da otra esperanza a los animales callejeros en Cartagena
“William Dau dejó pasar sus cuatro años en la Alcaldía y no ejecutó la orden del Centro de Bienestar Animal”, lamenta Cárcamo. Para verificar el cumplimiento del fallo de acción popular, el Juzgado Sexto Administrativo del Circuito de Cartagena programó una audiencia para el próximo martes 28 de noviembre, a las 3:40 p. m.
Mientras, la atención de los defensores de animales comienza a centrarse en Dumek Turbay y su pronta llegada a la Alcaldía de Cartagena. Y es que, como gobernador, le apostó a su cuidado y protección instalando el Centro de Bienestar Animal de Bolívar ‘El Guardián’ en el municipio de Santa Rosa de Lima, con capacidad para 200 perros y 200 gatos. El anhelo de estos seres humanos y la urgente necesidad de animales como Ares es que con el nuevo alcalde los ‘peluditos’ de La Heroica por fin tengan quien los defienda.