El conflicto armado en Colombia es un capítulo que aún no se ha cerrado. El rumbo de más de 105 mil personas es incierto, mientras que sus familiares claman por saber qué pasó con ellos y dónde están. Lea: “¿Y si fuera uno de los tuyos?”: la angustia de familiares de desaparecidos
De acuerdo con la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD) en Bolívar se reportan 3.109 personas desaparecidas. Los municipios más afectados por la desaparición de seres humanos en medio del conflicto son El Carmen de Bolívar, Cartagena y Calamar. También le puede interesar: ¿Lo ha visto? Buscan a hombre que salió de su casa y no ha regresado
Ella Del Castillo Pérez, coordinadora de la UBPD para Sucre y Bolívar, se refirió a unas fotografías exhibidas en la Universidad de Cartagena denominada ‘El Camino de la búsqueda’, dijo que estas actividades se replican en diferentes sectores del país.

“Estamos realizando esta exposición en cinco ciudades del país. Tratamos de sensibilizar a la sociedad civil respecto al drama de la desaparición que ha golpeado a muchas familias en Colombia y que se ha vivido muy en privado. Segundo, mostrar la complejidad de lo que es buscar a las personas desaparecidas”, indicó.
Del Castillo relevó que al igual que miles de colombianos, ella también espera encontrar a su tío que desapareció hace 37 años en Chambacú (Cartagena) sin ninguna explicación.
Las historias$>
A 15 minutos de Cartagena, en el municipio de Turbaco, se encuentra María Mercedes Elles Cervantes. Con lágrimas en sus ojos quiere saber qué pasó con su hijo que hoy tendría 40 años de edad. Contó que su futuro es incierto, no le dan explicación de qué pasó de la persona que un día le prometió irse al ejército para poder sacar adelante a su familia y no permitir que su madre siguiera trabajando como empleada doméstica.
“Mi hijo tiene 20 años desaparecido. La última vez que supe de él fue en 2002. Su nombre es Óscar Cantillo Elles y no sé si está vivo, si está secuestrado o está muerto. Ojalá en el resto de lo que queda de mi vida pueda tener razones de lo que sucedió con él”, dijo.
En medio de su desespero le pide al Ejército nacional que esclarezca el futuro de Óscar, pues este hombre se fue a hacer un curso de suboficial, terminó y después empezó a trabajar en el batallón Pichincha de Cali. Allí, el coronel de ese entonces llamó a la madre del joven para que fuera a sacar su tarjeta de identidad a Cartagena, y que en el puesto dónde estaba se había perdido un cargamento.
“Mi hijo me dijo que no tenía que no tenía nada ver con ese problema. Que él no había robado nada. Llamé al coronel y él me dijo que mi hijo tenía que regresar. En el viaje lo atracaron. Yo lo encontré en Barranquilla como un habitante de calle y me dijo que lo iban a matar. Allá lo hospitalizaron en el batallón El Paraíso, estuvo 10 días y después lo trasladaron para Cali”, agregó.
Esta madre desesperada ha tocado todas las puertas, interpuesto acciones legales y no ha obtenido respuesta. La única comunicación que ha tenido con su hijo es a través de sueños.
“Yo sé que mi hijo está muerto. Yo tuve un sueño con él y me dijo que no lo buscara. Nosotros éramos unidos, nos pasábamos comunicando”, dijo entre lágrimas la señora María.
Aún le guarda la comida$>
Las tristes historias de familiares de personas desaparecidas en el país se cuentan por montón. Julia Eva Cogollo, miembro del Comité de Seguimiento y Monitoreo a las recomendaciones del informe final de la Comisión de la Verdad se refirió a alguna de ellas.

“Hay una mujer que tiene desaparecido a su hijo desde hace 22 años y todavía le guarda la comida. Lleva todo ese tiempo guardándole el alimento a su hijo; 22 años durmiendo en una mecedora en la sala porque cree que va a tocar la puerta y si está en su habitación ella no lo va a escuchar. Es decir, son historias de dolor muy profundas que sobrepasan el proceso de búsqueda”, relató.
Cabe anotar que la información que la unidad recibe para la búsqueda de las personas desaparecidas no puede ser usada como prueba ante la justicia. Igualmente, garantiza la confidencialidad de quienes participan en el proceso de búsqueda.

