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Cartagena

¿Cómo dedicarle un premio a Rafael Vergara si ya no está? Recordándolo

Siete días antes de morir. Una semana bastó para que se convirtiera en la gran fuente para un texto, en un guía de la historia y de la vida, y... en un amigo.

¿Cómo dedicarle un premio a Rafael Vergara si ya no está? Recordándolo

Esta es la postal más solemne para recordar a Rafael Vergara, sin balas de oxígeno ni conductos para respirar debido a la enfisema pulmonar terminal que se lo llevó. El mural se encuentra en una pared del colegio Nuestra Señora del Carmen, más conocido como el Departamental. // Óscar Díaz Acosta - El Universal

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“He esperado a que se apagase un poco el ruido que me ha rodeado todos estos días antes de hablarle de todo corazón. He recibido un honor demasiado grande, que no he buscado ni pedido. Pero cuando supe la noticia, pensé primero en mi madre y después en usted...”. Así comienza una de las cartas de agradecimiento más famosas de una persona tras recibir un galardón. Lea: Mi papá Rafael Vergara Navarro... el imprescindible

La escribió Albert Camus luego de ganar el Nobel de Literatura (1957) en homenaje a su profesor de primaria Louis Germain, quien fue el artífice de que estudiara la secundaria después de convencer a la abuela del escritor argelino sobre su madera para llegar a ser el escritor estratosférico que hoy todos conocen.

Louis Germain y un Camus niño.

Pero yo no soy Camus y sería muy pretencioso creer que alguna vez pueda llegar a describir de esa forma tan maravillosa y lírica los desiertos y playas como él lo hizo en El Extranjero. Además, si bien gané un premio nacional de periodismo con una remembranza del primer periodista que informó sobre la muerte de Jaime Bateman, uno de los fundadores del M-19, a la persona que me orientó para escribirla nunca la conocí, ni le di la mano, ni toqué su sombrero habitual y tampoco vi las gotas de sudor recorrer su rostro barbado. A diferencia de Albert con su maestro, todo fue virtual, chats y audios de WhatsApp: una amistad que solo duró siete días, pues Rafael Vergara falleció 48 horas después de publicarse el texto. Lea: Luto en Cartagena: murió el ambientalista Rafael Vergara

Un eclipse

“El periodista Ángel Romero fue el primero en informar sobre la muerte de Jaime Bateman. Su gesta se metió en la historia como un cuerpo celeste en un eclipse”. Así empieza Un Ángel sin alas, pero con una “chiva” con el que gané ayer el Premio Nacional de Periodismo La Bagatela 2023, entregado en Cúcuta por el Círculo de Periodistas y Comunicadores de Norte de Santander. Lea Omar Carrasquilla León, crónica laureada de una primicia en El Universal

La información del accidente aéreo en el que murió Bateman en las selvas del Darién Panameño, hoy peaje mortuorio para tantos inmigrantes que buscan llegar a Estados Unidos, llegó de “chiripa” a la vida de Ángel Romero (Q.E.P.D.), como él mismo lo relató. Pero así como “el Flaco” entró a su carrera como la Luna en un eclipse solar, el exjefe de redacción de El Universal, primer medio colombiano en reportar el deceso de Bateman, lo hizo en la historia del periodismo colombiano.

Misma situación viví con Rafael Vergara cuando me enteré de su muerte el 16 de agosto de 2022 por una insuficiencia pulmonar. Nuestra breve amistad también se gestó como un “chiripazo” resultado de una polémica, la cual esporádicamente rememoro al escuchar los diferentes audios y al leer nuestras charlas de pantalla en medio de su lucha médica. Contextos históricos, consejos profesionales y alientos para seguir mi carrera como escritor, fueron parte del universo generoso que él me brindó en su ocaso.

Todo comenzó el 9 de agosto. Dos días después de la posesión presidencial de Gustavo Petro. Como editor político de El Universal relaté los momentos y pormenores del acto realizado el 7 de agosto de 2022 en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Contacto a Rafael Vergara buscando una voz experta frente a la crítica de un lector y las agitadas diferencias que tuve con un compañero en el periódico tras la publicación de ese texto.

“Un periodista legitima el fraude”

En la crónica que escribí el 8 de agosto sobre la posesión presidencial, en un apartado me referí a la pluralidad de banderas del M-19 que hondearon en la multitud agolpada en la plaza capitalina.

Al aportar contexto sobre la extinta guerrilla urbana mencioné que “nació luego del fraude electoral en el que Misael Pastrana Borrero, padre de Andrés Pastrana Arango, le ganó la Presidencia de Colombia a Gustavo Rojas Pinilla en 1970”. Para un lector esto le pareció un “horror”, pues un periodista de El Universal estaba “oficializando un fraude” que tal vez nunca se comprobará, y que se ha convertido en una discusión bizantina entre la izquierda y la derecha colombianas, aunque sendos textos académicos así lo confirmen.

Yo en la política prefiero ser un nihilista, por lo que no me meto en discusiones dogmáticas o mezquinas en cuanto a ideologías. Lo que sí agradezco es que en medio de la controversia que surgió al día siguiente, nuevamente de chiripa, conocí del suceso de Romero y Bateman. Luego de escuchar la historia, de inmediato visualicé los 22 párrafos con los que acabo de ganar el premio.

Es ahí, 9 de agosto, cuando busco la orientación de Rafael Vergara, quien fue militante y miembro de la Dirección Nacional del Eme, no solo para precisar la cuestión del presunto fraude electoral, sino también para conocer más sobre Bateman, mientras yo me enfrentaba al polvo y a los ácaros que perviven en las páginas viejas de nuestro periódico para saber más sobre Romero.

El 14 de agosto se publica la faceta en la edición dominical de El Universal y Rafael me dijo en su estilo lacónico, pero emotivo: “Muchas gracias por ese buen texto. Te pido el link para difundirlo con toda la gente del Eme”. Esas fueron las últimas palabras que escuché de él.

Epílogo

El martes 16 de agosto murió Rafael Vergara, reconocido abogado ambientalista en Cartagena. Todos los que nacimos en los 90 crecimos escuchando sus gestas sociales y ecológicas contra los invasores de terrenos públicos y los depredadores del manglar. En la ciudad algunos recordarán que además fue director de cine con los filmes: ‘El desalojo’ e ‘Invasión a Panamá: causa injusta: una visión’. Fue columnista de opinión, comentarista radial, fotógrafo y poeta en secreto, como una vez le confesó a Gustavo Tatis, otro maestro para muchos.

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