Una de las cualidades más valiosas que tiene el arte es poder ser una extensión de la persona que lo crea, una manifestación de su ser, de su pensar y de su sentir. Eso plasmaron 90 niños y niñas del barrio Olaya Herrera en la exposición “Soy Caribe”, que está conformada por 30 pinturas que en los próximos meses serán exhibidas en varias ciudades de España.
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Esta oportunidad se da gracias a la Fundación Granitos de Paz que alianza con la Fundación Balms, que tiene origen en España, llevará las obras de arte a este país.
“Para este año la Fundación Balms nos invitó a una exposición que se va a llevar a cabo en la segunda semana de octubre. Las obras estarán en las ciudades de Marbella, Madrid y Galicia”, explica Marling Díaz Reyes, coordinadora de proyectos sociales de la Fundación Granitos de Paz.

Los niños, cuyas edades oscilan entre los 8 y los 13 años, hacen parte del programa de Artes Plásticas de la fundación, el cual les brinda la oportunidad de aprovechar su tiempo libre a través del desarrollo de sus habilidades artísticas.
“Para nosotros esto representa algo muy importante porque estamos dando a conocer todo el trabajo artístico y cultural que se viene desarrollando con estos niños, que a pesar de su vulnerabilidad, son talentosos”, expresa Díaz.
Y es que si bien el programa de Artes Plásticas ya lleva tres años formando a niños y niñas de Olaya Herrera, esta es la primera vez que las creaciones de los menores saldrán del país, lo cual les permitirá tener un reconocimiento internacional y mostrar lo que es el Caribe a través de las obras que pintaron.
El poder transformador del arte
Jesús Díaz Corpas, profesor de artes de la Fundación Granitos de Paz y quien orientó a los niños en el proceso creativo, indicó que para llevar a cabo estas obras fue necesario hacer salidas pedagógicas que les permitieran relacionarse con el entorno y tener un contacto directo con todos los elementos que conforman la cultura de la región.
“La experiencia que hemos tenido con los chicos y chicas es comenzar a entender lo que es el Caribe, con todas sus manifestaciones gastronómicas, culturales, de colores e incluso a través de la caligrafía. Para llegar a este punto tuvimos diferentes encuentros. Los chicos conocieron parte del mercado de Bazurto, tuvimos guías, visitamos todo lo que es la estética popular donde el color, la magia y los sonidos acompañaron todo ese proceso para que ellos comenzaran a hacer bocetos y a ilustrar toda esa identidad caribeña”, indicó.

Luego de eso se hicieron talleres conjuntos y entre todos comenzaron a trabajar en las obras de arte. Para Díaz Corpas, lo valioso de todo este proceso ha sido que los niños puedan sentirse orgullosos de su propio trabajo y ser conscientes de que lo que hacen puede trascender más allá del lienzo, es decir, puede ser valorado y reconocido, incluso en instancias internacionales.
Es allí donde está ese poder transformador del arte, el cual además de ser una manera en la que pueden invertir su tiempo libre, también se convierte en una oportunidad para pensar en un proyecto de vida.

“Queremos que ellos sientan la importancia de cumplir los procesos para llegar a una meta. Acá no nos quedamos con hacer un dibujo y guardarlo en una carpeta sino que tratamos de llevar esto a un nivel profesional, para que ellos sientan un compromiso y vean cómo se pueden profesionalizar a través del arte”, indicó.
Un orgullo para su comunidad
Para el profesor Díaz Corpas, las 30 obras de la exposición “Soy Caribe” representan un logro de cada uno de los 90 niños que participaron en ellas, los cuales tienen todos los motivos para sentirse felices con el trabajo que realizaron.
“Yo en lo personal me siento muy orgulloso de que ellos se sientan alegres, de que puedan decirle a su familia y amigos que sus obras van a estar expuestas en otro continente. Esas son palabras mayores. Estamos hablando de que un niño de tercero, cuarto, quinto o sexto grado va a tener una pintura en Madrid, Galicia y Marbella. Estamos hablando de niños que están haciendo un trabajo serio, que están utilizando su tiempo de forma asertiva, donde no solo estamos haciendo dibujos para guardarlos en carpetas sino que les estamos mostrando el verdadero poder transformador del arte”, dice el docente.

Y es que los niños están contentos con que sus obras vayan a estar en España, tal como lo expresaron algunos de ellos. “Me siento orgullosa, estas obras van a tener un lugar en la historia y esta es una oportunidad que pocas veces se da”, comentó Valeria Alvarado, una niña de 9 años que participó en la exposición.
Así mismo, el joven Esleivis Cortes, de 13 años, manifestó estar contento de poder mostrar las obras que pintó junto a sus compañeros. “Esto me hace sentir alegre. Muchas personas van a ver las obras de arte de nuestro grupo”, dijo.
Este sentimiento incluso se traslada a los familiares, que también resaltaron lo que significa que estas obras vayan a llegar a otro país. “Me siento orgulloso, es muy bonito ver a un niño cumpliendo este logro, porque nosotros a esa edad no tuvimos la oportunidad. Esto es una motivación para ellos”, indicó Neider Payares, padre de familia.
Es de esta manera que estos niños hoy son orgullo de toda su comunidad al poder demostrar que su talento es capaz de traspasar fronteras y que con disciplina, constancia y sobre todo amor, todo lo que hagan tiene el poder de llegar muy lejos.