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Cartagena

A pura tijera: Héctor, el barbero venezolano que se abre paso en Cartagena

Héctor Mogollón Castro se abre camino en La Heroica realizando cortes de cabello. Se siente como un privilegiado de la vida.

A pura tijera: Héctor, el barbero venezolano que se abre paso en Cartagena

Héctor Mogollón se ha abierto campo en Cartagena. No ha sido fácil, pero con dedicación y pasión por lo que hace ha ido ganando clientes. //Cortesía

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De lejos se nota que es un buen tipo, trabajador, lleno de vida, con muchas ilusiones y metas por cumplir.

Le tocó salir corriendo de Venezuela, como muchos otros, golpeado por la crisis financiera y por el caos social permanente que lo estaba volviendo loco.

Su nombre es Héctor Mogollón Castro, venezolano, nacido en Caracas, quien por necesidad tuvo que abandonar a su país para probar suerte en otro. ¡Aproveche! Hay mercado campesino este viernes en Pasacaballos

Eligió a Colombia como escape, pasó primero por Bucaramanga, en donde no le fue nada bien, y luego llegó a Cartagena, ciudad en la que ha logrado volver a levantar el vuelo y seguir adelante.

“Tomé la decisión de venir a Colombia en 2016, para nadie es un secreto que en ese entonces se vivían cosas complicadas en Venezuela, hasta el punto que entrabas a los supermercados y no había alimentos, se pasaba por una crisis económica que agobiaba a todos. Era un país de locos”, dice Héctor.

Asegura que en Caracas trabajaba en barbería y estudiaba ingeniería ferroviaria. Tenía un primo que llevaba unos meses en Bucaramanga. Habló con él, se arriesgó y llegó a este país con un morral cargado de ganas de salir adelante.

“Viajé a Bucaramanga con la intención de abrirme camino en la barbería, pero las cosas no me salieron, la plaza de barbería estaba dura. Me dediqué entonces a trabajar como reciclador, duré un mes viviendo esta experiencia de vida, con mi carreta recogía cartones y así me ganaba unos pesos cada viernes. Fue muy duro”, recuerda. Universidad de Cartagena y UTB, entre las mejores universidades del mundo

Pero quería trabajar en la barbería, un oficio que conoce y le apasiona. Por eso, Héctor decidió empacar maletas hacia Cartagena.

“Aquí llegué gracias también a un primo que me dijo se necesitaba personal para unas barberías nuevas que estaban abriendo, me recomendaron y así arrancó mi historia en esta ciudad, hace varios años. Cartagena cambió mi vida para bien”, agrega.

Estando en el ‘Corralito de Piedra’, con unas tijeras y una máquina, inició a abrirse paso y a mejorar sus ingresos financieros.

Lo acogieron

“Agradezco muchísimo a los dueños de Barba Azul por haberme dado la oportunidad de trabajar ahí, duré dos años con ellos, me acogieron como un hijo más. Posteriomente, en pandemia, decidí emprender mi negocio como trabajador independiente y abrí una barbería propia en un pequeño local”, asegura lleno de felicidad este joven, de 30 años, amante de la salsa y quien aprendió a bailar y amar la champeta, un género musical característico de La Heroica.

Ha sido organizado, medido con los gastos, por eso fue ahorrando para poder mandar a buscar a su esposa (Liliana Frangiel) e hija (Ashley Valentina).

“Fue muy duro separarme de ellas, venirme para acá, ver cómo lloraban, también me separé de mi otro hijo (Dylan). No fue fácil, pero en Cartagena hice muy buenas relaciones en la barbería en la que trabajé, busqué un local en El Socorro y ahí, poco a poco, lo fui acomodando para que fuera del agrado de los clientes”, recalca.

Es un tipo agradecido, que valora el esfuerzo de los demás, sabe que siempre hay ángeles en el camino que le ayudan a uno en la vida.

“Doy gracias a Dios porque me ha rodeado de personas buenas, gracias a mi primo por acogerme en su casa con su familia, fueron seis meses en su hogar. Luego decidí arrendar un aparta-estudio, hasta que llegaron mi esposa e hija”, agrega.

Hija cartagenera

Héctor no se cambia por nadie, aquí vino al mundo hace menos de un año su otra hija (Liah), cartagenera de nacimiento y corazón.

“Es una alegría grandísima, fruto del amor con Liliana que siguió en esta hermosa ciudad. Mi esposa ha sido fundamental en todo este camino, ha estado ahí en los momentos más difíciles, me ha apoyado y respaldado siempre, aquí nació nuestra pequeña Liah, lucho por mi familia cada día de mi vida”, sostiene.

Todos los días, Héctor se levanta con las mismas ganas, atrás quedaron los días más difíciles de su vida, por fortuna cada vez tiene más clientes en Héctor Barber.

Tiene claro lo que significa esta ciudad en su vida. “Cartagena ha sido una gran bendición para mí, me gustaría quedarme aquí para siempre”, puntualiza.

La frase

“Ser barbero me ha ayudado a sacar a mi familia adelante. Me ha tocado duro, pago dos arriendos, el de la casa y el del local. Agradezco a todos los clientes que me han apoyado”.

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