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Cartagena

Verena: más de un año de un feminicidio que aún sigue impune

Verena Hernández Ponce fue asesinada el 1 de mayo de 2022 por quien era su pareja. El feminicida aún no ha sido condenado y la familia teme el olvido.

Verena: más de un año de un feminicidio que aún sigue impune

Verena Hernández Ponce.

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“Hay momentos en que estás cocinando, te arañas con el cuchillo y te duele. ¿Cuánto habrá sufrido mi hermana? Mi hermana murió aproximadamente en una hora. Confundió el dolor del amor con el de la muerte, al recibir no caricias sino golpes y ultrajes de la persona que se suponía que la amaba”.

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El 1 de mayo de 2022 Verena Hernández Ponce fue asesinada en su vivienda por quien era su pareja sentimental, Devany Beleño Caamaño. El hombre también hirió a la hija de Verena, que en ese entonces tenía 14 años y tuvo que ser hospitalizada por varios días para poder recuperarse.

Lea aquí: Verena Hernández Ponce, una mujer valiosa a la que asesinaron

Devany fue capturado el mismo día del feminicidio y posteriormente fue asegurado en la cárcel de Ternera, aunque aún no se ha emitido una condena en su contra. Allí reside el temor de la familia de Verena, pues en casi 14 meses que han pasado, se han venido dando varios aplazamientos que no han permitido comenzar con el juicio.

“Es común que las personas crean que él está condenado porque ya está en la cárcel de Ternera, pero el proceso penal sigue y a él no se le ha definido su situación jurídica”, cuenta Alejandra López, hermana de Verena.

Es por esto por lo que la familia tiene miedo de que eventualmente pueda darse un vencimiento de términos y peor aún, que no solo el Estado sino también la sociedad se olvide de Verena, una mujer valiosa de 44 años, arquitecta, trabajadora incansable y solidaria.

“Las mujeres cuando sufren feminicidios se convierten en una cifra y eso es desolador. Tú quisieras que el Estado tuviera un sistema que nos garantizara al menos una atención integral pero no la tenemos”, dice la familiar.

Y es que ella se ha apersonado del proceso de Verena, lo ha sentido como propio y por eso busca mantener viva la memoria de su hermana y que a través de esto otras mujeres también puedan identificar los diversos tipos de violencias a las que pueden estar sometidas sin siquiera darse cuenta y así tener la oportunidad de salvarse de ser víctimas de feminicidio.

“Tenemos que seguir avanzando, no solamente por dejar el recuerdo de Verena vivo, recordar que no es solo un número o una estadística sino que con esto que le pasó hay que educar a otras mujeres, desde niñas, incluso a los hombres. Hacer prevención educando, sensibilizando, sin olvidarnos de esa mujer fuerte y valerosa que fue Verena a través de esta triste y desoladora experiencia que nos ha enseñado a su hija y a nosotros el valor de la resiliencia”, puntualiza.

Un sistema con fallas

El feminicidio es considerado como la última expresión de la violencia contra la mujer y contrario a lo que se piensa no deja una única víctima. Alrededor de Verena está su hija, que también fue atacada ese mismo día; está su mamá, está su hermana, hay toda una serie de personas que están sufriendo tras este feminicidio y que les ha tocado afrontar este proceso emocional y judicial, solas.

“No hay una ruta clara para la comunidad en general, un mecanismo o un apoyo integral. El sistema de salud brinda los apoyos iniciales, los necesarios, pero el tema humano es un poco carente. Lo digo porque si tú no llegas a tocar la puerta, aunque el Estado sepa que eres víctima de una situación tan desoladora como esta que es impactante, desgastante física y mentalmente, no recibes una intervención integral”, cuenta Alejandra.

Para ella hace falta que el sistema brinde más acompañamiento a quienes quedan tras el feminicidio de una mujer, de la cual dependen muchas personas. Es por eso que asegura que su familia ha llevado su duelo en silencio y de forma muy reprimida.

“El llamado es a que no nos olvidemos de la humanidad, de esa parte humana que debemos ver en las víctimas. El tema aquí es cómo el sistema podría sensibilizarse con las víctimas, acompañarlas en su dolor. Sostener al otro desde la institucionalidad también es posible. No solamente se trata de garantizarle al investigado su derecho a la defensa, sino también permitirle a la víctima descansar y sanar su dolor, en la justicia”, asegura.

Una condena ejemplarizante

Si bien ya nada va a devolverle la vida a Verena hoy su familia se aferra a que haya justicia en su caso y que Devany sea condenado por el delito de feminicidio agravado. “Yo aspiro a que tengamos una condena ajustada al derecho, que este sea un proceso ejemplarizante para que otras personas entiendan que al cometer una acción contraria a la ley tendrán una sanción, que corrija y además reafirme el respeto por el otro”, dice Alejandra.

En este sentido de la mano de la Mesa del Movimiento Social de Mujeres, también se están preparando acciones para mantener viva la memoria de Verena y luchar por que haya justicia en su caso.

“Sin duda el olvido es cómplice de la impunidad y por eso siempre tenemos que estar haciendo un ejercicio de recordación. Eso viene desde la familia y es importante porque en un feminicidio la víctima no es solo la mujer asesinada, sino también su familia”, cuenta Leidy Laura Perneth, secretaria técnica de la Mesa.

En ese sentido también resaltó que es clave que las entidades encargadas de la administración de justicia cumplan con sus responsabilidades y no sean cómplices de la violencia feminicida.

“La justicia no solo se cumple cuando llega el fallo. Todo el tiempo que demoran los procesos también son mensajes de impunidad y aumentan el dolor. La condena no es el hito sanador, pero al sentir que hubo justicia hay un descanso. En medio de la impunidad no se puede sanar y eso lleva mucho tiempo”, comenta.

De esta manera, indicó que es importante hacer énfasis en una noción de justicia integral y en mandar un mensaje a la sociedad que diga que el feminicidio no es aceptable. Por este motivo también se van a adelantar acciones de movilización con el fin de contribuir a la búsqueda de justicia en el caso de Verena y rechazar estos casos en Cartagena.

“Hay que decirle a la ciudad que esto está pasando y hacerlo implica salir del silencio. Que esto no quede en la privacidad de unas instituciones que están mirando el proceso jurídico. Esto hay que volverlo un asunto de agenda pública y en ese sentido la movilización es importante”, concluyó.

Es de esta forma que se busca que la muerte de Verena no sea en vano, sino que mueva a las personas y a las instituciones a verdaderamente brindar una atención integral a las mujeres y así, erradicar el feminicidio y cualquier tipo de violencia.

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“Este año ha sido devastador. Muy duro. Hay noches en las que simplemente te acuerdas de que tu hermana murió y simplemente no está, porque alguien le arrebató la vida”.

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