Fue, tal vez, la cita más importante de sus vidas. Ese día el Distrito anunciaba el comienzo de un proceso de formación para convertir a las juntas comunales en organizaciones empresariales que podrán, inclusive, contratar con el Estado y la empresa privada. Y todos acudieron puntualmente. El ambiente era de película. Una alfombra roja, un voceador vestido de época anunciando la premiere, fotógrafos disparando sus flashes, entrevistas a la entrada del teatro... Se sentían como estrellas. Y lo eran. Mejor dicho: lo volvían a ser.
El sociólogo Orlando Fals Borda había dado la partida siete años atrás, en la vereda de Saucío, Cundinamarca, cuando reunió a 80 campesinos para demostrar que el futuro de la comunidad estaba en la organización y autogestión. Y poco a poco se fue generando el gran movimiento comunal del país, que hoy cuenta 45.000 juntas.
Las 346 de Cartagena han sido decisivas en el desarrollo de la ciudad. En los 80 coadyuvaron la construcción de escuelas, parques y puestos de salud. En los 90 sirvieron de base a la descentralización con el sistema de comunas que impulsó, de paso, a las Juntas Administradoras Locales, integradas en sus comienzos por comunales.
Durante la reciente pandemia “asumieron el valiente liderazgo apoyar a las familias, repartir las ayudas oficiales y liderar la vacunación”, según destacó esa tarde, la secretaria (e ) de Participación, Cielo Blanco Flórez. Pero fenómenos como la corrupción, la politiquería y la misma interinidad política de Cartagena sumieron a muchas de ellas en un letargo.
Desde entonces los comunales venían luchando por un proceso que los preparara para asumir los nuevos retos de país. Querían volver a ser actores protagonistas. Y lo lograrán mediante Comunales a la obra, que “no es un programa para cumplir una meta del Plan de Desarrollo de Cartagena sino una apuesta por avanzar en un modelo de gestión pública donde la participación y la gestión popular se vincule con la transparencia”, señaló la Secretaria. Se trata de una escuela de formación dirigida a las lideresas y líderes de las organizaciones comunales.
El propósito es entregarles herramientas metodológicas, conceptuales, de planificación y tecnológicas, que les permitan desplegar una acción eficiente, eficaz y transparente en favor de las comunidades. Serán tres diplomados, a través de la Universidad San Buenaventura, en: Fortalecimiento de la organización comunal, Formulación de proyecto y manejo administrativo, y Habilidades tecnológicas, con formación transversal en: habilidades para la vida, rendición de cuentas, ética e integridad, cultura ciudadana, enfoques de género, medio ambiente y discapacidad.
El proceso contempla un acompañamiento para que saneen sus asuntos legales y administrativos, así como la entrega de muebles, equipos y enseres; centros de innovación y un centro de producción audiovisual.