Inseguridad, deterioro de puentes y vías, altas tarifas de servicios públicos y mala prestación de los mismos; mala atención al usuario, falta de oportunidades de empleo y negligencia médica fueron algunas de las razones por las que los cartageneros salieron a las vías más importantes de la ciudad para exponer pancartas y cantar arengas durante el mes pasado. Lea aquí: 10 protestas en 20 días: ¿los cartageneros están siendo escuchados?
Y es que parece que todos los males de Cartagena hubiesen “despertado” el mismo mes. Las protestas empezaron a hacer parte de la cotidianidad de los locales, pues mientras pasaban los días del octavo mes del año se volvía más común salir de nuestras viviendas camino al trabajo y encontrarnos con trancones interminables. ¿Por qué?, pues por las protestas en Patio Portal, en La Cordialidad o Mamonal.
La pregunta es: ¿el Distrito, las empresas y entes de control han atendido el clamor de los cartageneros?
Antes de darle respuesta al interrogante, aquí el recuento de las 25 manifestaciones realizadas en agosto:
Raúl Puello Arrieta, docente de filosofía de la Universidad de Cartagena, empezó su discurso diciendo que “la protesta, como mecanismo alternativo de participación ciudadana, es la expresión de la inconformidad de actores de la sociedad civil ante necesidades insatisfechas”.
Y añadió: “¿Funciona? Pues en Cartagena la efectividad de las protestas se ve diezmada debido a que dichas necesidades, que el Distrito no ha logrado satisfacer, se tratan de problemas estructurales, es decir, conflictos que no se pueden resolver de inmediato”.
Lo anterior explica por qué la percepción en torno a la efectividad de la protesta en la ciudad suele ser de inutilidad. De acuerdo con Puello, la inseguridad por hurtos, sicariatos, la deficiente prestación del servicio eléctrico, inconvenientes con el Sistema Integrado de Transporte Masivo, la implementación del pico y placa durante casi todo el día y el día sin moto, son algunos de los conflictos estructurales, sin una aparente solución, que atraviesa Cartagena.
“La administración puede tener muy buenas intenciones en sus respuestas, pero en política el éxito de una gestión se mide por los resultados y los resultados dejan mal parado al Distrito, pues hasta en el Centro Histórico se están presentando situaciones que solo tenían lugar en los denominados ‘barrios tenebrosos’ por parte del alcalde William Dau”, dijo el docente.
La respuesta del Distrito es insuficiente, más cuando se trata de problemas que se presentan desde hace décadas, que el Distrito quizá no pueda solucionar, pero que promete hacerlo, lo cual incrementa la insatisfacción de la ciudadanía cartagenera.
Según Puello Arrieta, podemos concebir a Cartagena como una ciudad fallida, principalmente por la relación entre el sector ejecutivo y legislativo, o sea, la eterna confrontación que ha habido desde hace años entre el Concejo y la Alcaldía, en gran parte por la corrupción endémica que ha azotado a la ciudad.
El docente de la UdeC finalizó diciendo: “La solución para estos problemas es a largo plazo, y requiere el liderazgo ciudadano de las nuevas generaciones, pues las actuales y anteriores no hemos logrado llegar a unos acuerdos mínimos que nos permitan elegir dirigentes que no solo se enfoquen en una Cartagena turística, para los extranjeros, sino en una Cartagena para los cartageneros”.
Para el lunes 5 de septiembre el Comité Cartagena sin Peajes tiene programada una caravana con la que exigirán el desmonte de los denominados “retenes vehiculares”. Hasta el momento, esta sería la primera manifestación del mes, pero ¿cuántas más nos esperan?
