Atracos a diario, hurtos a viviendas y desmedido consumo de drogas era lo que apreciaba antes de la llegada de la pandemia en la urbanización Barlovento. Durante años el flagelo de la inseguridad azotó a los residentes, por eso tomaron la decisión de reunir fondos para adquirir e instalar rejas y talanqueras en sus calles internas.
Esta urbanización colinda con barrios como Los Calamares o el Nuevo Bosque, y allí los habitantes de las 120 casas afirman que aunque la situación actual en materia de seguridad no es perfecta, sí ha mejorado más de un 80 por ciento.
Luz Elena Castillo, una de las integrantes del grupo impulsor que vela por los intereses de la comunidad, contó que se instalaron tres rejas en los accesos que conectan directamente con la calle de La Lengua, de Los Calamares, y se colocaron tres talanqueras del lado contrario, que sale a la calle de las urbanizaciones Laureles y Britania. El valor de estas estructuras fue millonario y para reunirlo recurrieron a rifas, bingos y otras actividades.
Sin embargo, esa tranquilidad que hoy gozan podría perderse a raíz de una querella que reposa en la Casa de Justicia de El Country, instaurada por un vecino que no vive en Barlovento y que se queja de supuestos perjuicios a la libre movilidad en vías públicas originados por las rejas.
“Ya hemos ido a cinco audiencias y nos falta la última el 9 de marzo donde darán el veredicto. La comunidad se opone rotundamente a que el fallo sea en nuestra contra, por eso ya van varias protestas pacíficas, hemos marchado internamente de forma simbólica para exigir el derecho a nuestra seguridad. Nadie de afuera puede venir a prohibirnos que nos protejamos de los robos, nosotros somos quienes sufrimos en carne propia el azote de la delincuencia, somos las verdaderas víctimas”, aseguró Castillo, recalcando que las rejas permanecen abiertas durante el día y solo son cerradas de 12 de la medianoche a 5 de la mañana.
“La persona que necesite caminar de madrugada para venir a Barlovento bien puede hacerlo por las dos entradas principales, esas nunca se cierran, las únicas que tienen rejas y talanqueras son las laterales”, agregó la lideresa.
En la urbanización también conformaron recientemente un frente de seguridad que trabaja de la mano con la Policía Metropolitana de Cartagena.
