A finales de los años 80 e inicios de los 90 el conjunto Santo Domingo que se encuentra ubicado en el Centro Histórico frente a las murallas se caracterizaba por ser un lugar donde se respiraba familiaridad, armonía y tranquilidad. Los residentes que aún habitan este complejo residencial señalan que todas las bondades que disfrutaron en el pasado hoy se han visto interrumpidas por el alquiler de apartamentos por días. (Lea: Incendio en el conjunto residencial Santo Domingo)
“Yo llegué al conjunto en el año 89 cuando recién murió mi esposo. Yo vivía con mis hijos. Esto aquí era una vida de familia hermosa. Por eso escogí vivir aquí a pesar que todavía no era considerado como patrimonio histórico”, dijo una residente de la edificación. (También le puede interesar: Vecinos dan nueva versión de accidente ocurrido en conjunto residencial)
Relata que en el patio del complejo residencial jugaban fútbol, tomaban café y se mantenían tertulias entre los habitantes. “Nosotros nos manteníamos con las puertas abiertas. Llevábamos una relación linda porque éramos como una familia. Los niños se paseaban de apartamentos en apartamentos pero poco a poco los apartamentos los fueron vendiendo y llegaron personas maravillosas que con el tiempo también se fueron mudando”, reiteró.
Según los copropietarios, su calidad de vida de ha visto afectada porque algunos apartamentos están siendo alquilados para rumbas “Habemos varias personas de la tercera edad que aún vivimos en el conjunto y no podemos dormir por el ruido que hacen en las fiestas. “En ocasiones llegan a los apartamentos cinco muchachos con una mujer medio desnuda a hacer sus cosas. Llegan en grupos porque son problemas seguro si uno llega a decir algo”, señaló otra residente.
Y concluyeron: “Las navidades aquí eran lindas porque hacíamos los pesebres, se adornaban los balcones. Ahora no dejamos bajar a los niños porque no sabemos qué enfermo hay en esos apartamentos porque algunos visitantes consumen trago y droga. Ellos - los niños - tienen que bajar acompañados para que no les vaya a pasar nada. La droga es fija en todos los apartamentos que entran”.
Los habitantes del conjunto esperan volver a la tranquilidad de años anteriores. Señalan que han realizado a la administración de la copropiedad que controle el ingreso de visitantes para evitar enfrentamientos e inconformidades por quienes tienen apartamento propio en la edificación.
(Reserva de identidad por temor a represalias)