La delincuencia no da tregua a la biblioteca Caimán, ubicada en el centro cultural Estefanía Caicedo, del sector La Puntilla en Olaya Herrera. Allí, este miércoles 17 de octubre en la madrugada, los ladrones ingresaron por el techo y hurtaron elementos importantes como sillas y mesas que servían para las reuniones comunales.
Y aunque el valor económico de lo hurtado aparentemente no es significativo, sí es un llamado de alerta a las autoridades, ya que dicho recinto se encuentra sin seguridad privada hace muchos meses.
Los vecinos contaron que en octubre pasado ocurrió el último robo, en el que también desaparecieron sillas, mesas y otros enseres. Incluso, hace un par de años, de la misma biblioteca fueron sustraídos 10 computadores portátiles que eran de gran valía y utilidad para las decenas de niños que frecuentaban este sector de Olaya.

La biblioteca está en la calle Miramar del sector La Puntilla. //Foto: Aroldo Mestre
Yesenia Bello, presidenta de la Junta de Acción Comunal de La Puntilla, lamentó que se siga atentando contra dicha biblioteca, considerada uno de los mayores patrimonios del barrio, y pidió al Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) tomar cartas en el asunto cuanto antes.
(Lea: Olaya Herrera: iban tres en una moto, lo arrollan y muere en la Barú).
“Ya estamos cansados de los robos a nuestra biblioteca comunitaria, se ha convertido en la caja menor de algunos inescrupulosos. El problema radica en que no tiene vigilantes, está sola y abandonada por el Distrito. La comunidad se esfuerza por cuidarla y protegerla pero es imposible hacerlo las 24 horas del día. Hoy se metieron de madrugada por el techo, la vez pasada partieron los candados, estamos desesperados con esta situación”, sostuvo la presidenta de la JAC.
(Lea: Video: La mujer que vive para cuidar a sus 3 hijos que sufren una rara enfermedad).
En este 2021 la biblioteca empezó a funcionar de manera presencial tras un largo periodo cerrada por la pandemia del COVID-19. El espacio, además de proporcionar una inmensidad de libros a los estudiantes, también sirve para reuniones comunales y actividades culturales y deportivas.
Este medio se comunicó con la directora del IPCC, Saia Vergara, quien sobre la situación de la biblioteca Caimán expresó que por ser comunitaria lo usual es que los propios vecinos sean los garantes de su seguridad y limpieza.
“Lo que hace el IPCC es proveer servicios técnicos de asistencia para temas de lectura, escritura, manejo de colecciones, etc, pero no tenemos competencia para intervenir en infraestructura u otros servicios. Incluso a las bibliotecas distritales las provee de vigilancia la oficina de Apoyo Logístico, no el IPCC, precisamente porque los recursos de inversión se destinan a esas asistencias técnicas que nos ayudan a cumplir con el Plan de Desarrollo”, manifestó la funcionaria.

