Solo entre el miércoles 25 y el jueves 26 de agosto, atendiendo el llamado de varias comunidades, el Establecimiento Público Ambiental (EPA) recolectó más de 400 caracoles africanos.
Este proceso lo realizó con apoyo de la Guardia Ambiental, en beneficio de barrios como Olaya Herrera (sector Ricaurte), San Fernando, El Cabrero, Alameda La Victoria y Castillogrande.
La autoridad ambiental capacitó a habitantes de esos sectores sobre cómo atender la presencia de este tipo de caracoles, debido a que se reproducen en cientos de huevos por día.
“Lo importante es que la ciudadanía maneje directamente la presencia del caracol. Porque mientras espera que los técnicos acudan al llamado es demorado”, aseguró el EPA, reiterando la alerta por el aumento de casos en Cartagena, especialmente en esta temporada de lluvias.
Cómo identificarlo
El caracol africano tiene una concha cónica con rayas longitudinales de color marrón oscuro y beige, su tronco y cabeza tienen textura gomosa y de color marrón. Puede alcanzar hasta los 30 centímetros de longitud y la concha del caracol en su parte final posee entre 7 y 9 espirales.
El EPA señaló que “esta especie de caracol es considerada una especie invasora y una de las 100 clases más perjudiciales del mundo, tanto para el ambiente como para la salud humana”.
Anotó que “este molusco porta parásitos en su baba que ocasionan graves enfermedades como la meningitis, la bronquitis, la estrongiloidiasis, entre otras; se reproduce por huevos en la arena y la humedad”.
Por estos motivos, técnicos del Área del Flora y Fauna del EPA recomiendan no manipular estos animales sin protección. Otra vía de contagio del parásito es el consumo de frutas y verduras sin lavar que han estado expuestas a la baba del caracol.
Qué hacer
Ante la presencia del caracol gigante africano se recomienda:
- No tocar los caracoles y evitar el contacto con la baba, especialmente con ojos, nariz, boca y heridas.
- Lavar inmediatamente sus manos si tocó al caracol o cualquier superficie que pueda haber estado en contacto con su baba o sus heces.
- No utilizar el caracol como mascota o carnada.
- No utilizar venenos contra el caracol, ya que pueden afectar a niños y adultos, mascotas, fauna nativa, cultivos y contaminar el suelo, las aguas y los alimentos.
- Eliminar del jardín basura, escombros, restos de madera o cualquier elemento que pueda ser usado como refugio por el caracol.
- Capturar los caracoles, cuando sea necesaria su manipulación, sin tocarlos directamente con las manos, usar guantes.
- Acumularlos en recipientes o bolsas bien cerradas con cal o sal, para su posterior disposición final.