La intervención realizada por el Club de Pesca en el Fuerte de San Sebastián del Pastelillo ha sido uno de los temas con más despliegue mediático en el país por estos días. El Ministerio de Cultura realizó una visita técnica ayer en la mañana a la fortificación para evaluar el posible daño y comenzar las investigaciones.
En el lugar hubo una reunión en la que participaron directivas del club, delegados ministeriales de Patrimonio y Cultura, representantes de la Procuraduría General de la nación; Saia Vergara, directora del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC), y el capitán Christian Sotelo, comandante de Turismo y Patrimonio de la Policía Metropolitana.
La directora del IPCC fue la encargada de rendir declaraciones posteriores a la reunión ante los medios. Vergara indicó que reconoce la voluntad del club en brindar toda la información necesaria para propiciar el buen puerto de las investigaciones y su compromiso de restituir las afectaciones que estas determinen. “En estos momentos, es inconveniente definir el grado de afectación al patrimonio sin que las investigaciones técnicas que expertos arquitectos del Ministerio de Cultura realizarán”, expresó.
La funcionaria recalcó que la obra no tuvo permiso de Mincultura, y que trabajos de restauración o mantenimiento a fortificaciones deben estar sujetos a la legalidad y autorizados por la entidad distrital o nacional responsable. “El Club de Pesca va a presentar un informe de lo que ocurrió y una propuesta de intervención y restauración tanto al Ministerio como a IPCC y al Comité Técnico de Patrimonio, autoridad local que otorga estos permisos para este tipo de intervenciones”, señaló.
Vergara confirmó que las investigaciones serán coordinadas por el Ministerio de Cultura y serán los encargados de establecer los procesos administrativos y sancionatorios que haya lugar.
El Universal consultó con el Club de Pesca sobre la identidad del contratista para poder conocer su concepto, sin embargo, no fue posible ni fue mencionado en el comunicado oficial.
Jaime Correa Vélez, arquitecto restaurador, coautor del PEMP del Centro Histórico de Cartagena y autor del proyecto de Restauración Monumental del Convento de San Diego, expuso, en sus términos, que la polémica se alimentó de la desinformación residente en las redes sociales. Para él no hubo un “atentado al patrimonio” sino una restauración monumental realizada con rigor científico con asesoría de un reconocido restaurador como Alberto Samudio. Correa consideró que si bien hubo errores como no solicitar la autorización debida y una presunta mala técnica aplicada por el contratista, el tema ha generado una controversia innecesaria.
“El color amarillo de la pátina no es ningún capricho del restaurador de turno, responde a los códigos militares de la Arquitectura Militar de la Escuela Italiana del siglo XVII. Todas las murallas de Cartagena fueron pañetadas desde 1614 durante 182 años de construcción. Tramos de cortinas de muralla en las Bóvedas y la avenida del Pedregal, aún conservan su pañete original, que tiene como objeto proteger la piedra de la estructura muraria de la meteorización producida por la brisa. Se trata de una protección ante el comportamiento químico de la piedra caliza”, explicó el experto.
Al igual que Correa Vélez, otro arquitecto restaurador consultado por El Universal, quien prefirió reservar su nombre, indicó que la fachada pedregosa de la muralla es un imaginario romántico, una visión urbana de nuevas generaciones que no se relaciona con el necesario empañetado que siempre se ha aplicado bajo rigor científico sobre las murallas para neutralizar la vaporización, la humedad y el hongo.
Sin embargo, este último argumentó que, a espera de los resultados del estudio técnico, la uniformidad sintética de la superficie intervenida y pintada en el Fuerte del Pastelillo denota mala praxis, ya que el empañetado tradicional no tiene un resultado así, acercándose más al estilo de antigüedad al que locales y turistas están acostumbrados. Además, afirmó que “en la actualidad y con la evolución de las cosas, hay líquidos limpiadores e hidrofugantes que, al ser transparentes, permiten seguir viendo una superficie rocosa y antigua”.
La arquitecta Luisa Álvarez, con una vasta experiencia restaurando fortificaciones en las islas antillanas del Caribe, argumentó que una de las causas que genera problemas como el del Fuerte del Pastelillo es la falta de robustez y control gubernamental. “El señor Alberto Escovar, director de Patrimonio de Mincultura, está acompañado de excelentes profesionales, pero desde Bogotá se dificulta el control. La entidad no tiene oficina en la ciudad para administrar las fortificaciones. Y, en el caso del IPCC, carecen del número de funcionarios necesarios para tener vigías e inspectores expertos radicados en cada fortificación”, opinó la experta.
